• Examen poco usado para el cáncer puede mejorar el tratamiento de miles, descubre estudio de Mayo Clinic

Una flebotomista le extrae sangre a un paciente.ROCHESTER, Minnesota: Un examen de sangre simple puede mejorar el tratamiento de 1 de cada 6 pacientes con cáncer de colon en etapa 2, plantea un nuevo estudio de Mayo Clinic. Los investigadores también descubrieron que este examen no se realiza en muchos pacientes que podrían beneficiarse de él. Los resultados se publicaron en la Revista de Cirugía Gastrointestinal.

Con la información de la base de datos nacional sobre el cáncer acerca de 40 844 pacientes, los médicos y los científicos de Mayo Clinic se asociaron para analizar las ventajas de un examen de sangre que mide la proteína llamada antígeno carcinoembrionario (ACE) en el cáncer de colon en etapa 2. El nivel del antígeno carcinoembionario es alto en las personas con ciertos tipos de cáncer, especialmente cáncer de colon.

Los investigadores descubrieron que al conocer los resultados de estos exámenes de sangre antes del tratamiento, la clasificación de 17 por ciento de pacientes con cáncer de colon en etapa 2 cambió de riesgo moderado a alto riesgo. Dicho cambio posiblemente modificó las alternativas de tratamiento, incluso la decisión de administrar quimioterapia.

“La decisión de administrar quimioterapia al paciente después de la cirugía no se toma a la ligera, pues los médicos sopesan los riesgos y las ventajas del tratamiento. Actualmente, usamos este examen de sangre como ayuda para tomar decisiones difíciles y sugerimos a otros médicos que también lo usen”, comenta la autora experta Dra. Kellie Mathis, médica cirujana de colon y recto en Mayo Clinic.

El examen de sangre ha existido desde hace décadas, pero su empleo no es amplio en todo el país, y solo se lo registró en el 54 por ciento de los casos que cumplían con otros criterios relevantes para el estudio. Aunque es posible que en algunos casos no se ingresara el examen en la base de datos, tampoco se lo hace en muchos otros pacientes.

“No hay ninguna razón para que un médico omita este examen de sangre, así que debemos esforzarnos más para que se haga en todos los pacientes”, añade la Dra. Mathis.

Los autores del trabajo señalan que cuando este examen de sangre se hace en los pacientes, generalmente es después de la cirugía y para controlar el desarrollo del cáncer. Los investigadores dicen que justifica dar mayor consideración al nivel de la proteína y antes.

El cáncer colorrectal es el cuarto cáncer más común en Estados Unidos y el segundo más mortal.

El cáncer de colon tiene cuatro etapas. En la etapa 2, el cáncer generalmente no se ha diseminado a ganglios linfáticos aledaños ni a órganos distantes, aunque ya ha invadido o ha atravesado la pared intestinal. Algunos pacientes en etapa 2 responden peor que otros en etapa 3, grupo a quien más beneficia la quimioterapia. No obstante, el equipo investigativo cree que este examen de sangre puede ayudar a determinar cuáles pacientes en etapa 2 corren más riesgo y, por tanto, se beneficiarían con la quimioterapia.

Los investigadores también descubrieron que en los pacientes en etapa 2 sometidos a cirugía pero sin quimioterapia, la tasa de supervivencia a 5 años fue de 66 por ciento en quienes tenían niveles elevados de la proteína y de 76 por ciento en los que no tenían alto ese nivel. Además, en los pacientes con niveles elevados de la proteína, los que recibieron quimioterapia y se sometieron a cirugía respondieron mejor que quienes solo fueron operados.

“Cuando un paciente con diagnóstico nuevo de cáncer de colon en etapa 2 muestra un nivel elevado del antígeno carcinoembrionario, los médicos deben considerar la administración de quimioterapia además de la operación”, dice la Dra. Mathis.

A fin de llevar a cabo esta investigación centrada en el paciente, los médicos de la División de Cirugía de Colon y Recto de Mayo Clinic colaboraron con los científicos del Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic.

El autor principal del trabajo es el Dr. Blake Spindler, residente médico de la Escuela para Educación Médica de Posgrado de Mayo Clinic. Otros autores, igualmente de Mayo Clinic, son el Dr. John Bergquist, el Dr. Cornelius Thiels (ambos residentes médicos de la Escuela para Educación Médica de Posgrado de Mayo Clinic), la investigadora Dra. Elizabeth Habermann y los médicos Dr. Scott Kelley y Dr. David W. Larson.

El estudio fue financiado por el Departamento de Cirugía de Mayo Clinic, el Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic y el Programa para Capacitación de Médicos Investigadores de Mayo Clinic.

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