• La composición genética y la alimentación interaccionan con el microbioma, repercutiendo sobre la salud

ROCHESTER, Minnesota - 25 de septiembre de 2013.   Un científico de Mayo Clinic, junto a sus colaboradores, demostró que la composición genética y la alimentación de una persona interaccionan para determinar el tipo de microbios existente y cómo actúan en el intestino que los alberga. El estudio se realizó en ratones con inactivación genética y sin microbios a fin de imitar el estado genético que afecta a 1 de cada 5 personas y aumenta el riesgo de padecer enfermedades digestivas. Los resultados aparecen en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.

"Nuestros datos revelan que los factores que ocasionan las diferencias en la composición genética de la persona, que en este caso son los genes que afectan a los carbohidratos en el intestino, interaccionan con el tipo de comida ingerida. Dicha combinación determina la composición y función de los microbios residentes", comenta el Dr. Purna Kashyap, gastroenterólogo de Mayo Clinic y primer autor del estudio, quien también colabora en el Programa del Microbioma del Centro de Mayo Clinic para Medicina Personalizada.

Importancia de los resultados

Aproximadamente 20 por ciento de los seres humanos carece de un gen que codifica las proteínas para procesar un carbohidrato específico, un azúcar en la mucosa intestinal conocida como fucosa. La interacción demostrada por el equipo de investigación es valiosa porque muchas bacterias son diestras en la utilización de los carbohidratos como la fucosa, cuya presencia es abundante en el intestino. Al enfrentarse a una alimentación que contiene poca o ninguna azúcar vegetal compleja, estas bacterias se ven obligadas a cambiar su función, especialmente en las personas que carecen de la fucosa. Esto se observó con la expresión alterada del gen metabólico de uno de los microbios principales del intestino: el bacteroides tetaiotaomicron. Los cambios en la membresía o función microbiana demostrados en este estudio pueden, a su vez, fomentar un "panorama digestivo" capaz de promover afecciones inflamatorias como laenfermedad de Crohn.

El microbioma representa a millones de microbios presentes en el intestino y demás partes del cuerpo, que realizan funciones especializadas para ayudar a mantener equilibrado al metabolismo. La combinación microbiana es única en los seres humanos y en otros animales, por lo que para una existencia sana, deben funcionar bien el genoma y la alimentación personales.

Otros investigadores del estudio son, por parte de la Universidad de Stanford, la Dra. Angela Marcobal, Samuel Smits, la Dra. Erica Sonnenburg, la Dra. Elizabeth Costello, Steven Higginbottom, la Dra. Susan Holmes, el Dr. David Relman y el Dr. Justin Sonnenburg; por parte de la Universidad de Colorado en Boulder, Luke Ursell; por parte del Instituto Médico Howard Hughes y de la Universidad de Colorado en Boulder, el Dr. Rob Knight; por parte de la Universidad de Michigan el Dr. Steve Domino; y por parte de la Universidad de Washington, el Dr. Jeffrey Gordon.

La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud, laFundación de Estados Unidos para la Enfermedad de Crohn y la Colitis, laFundación Walter e Idun Berry y la Dotación "Thomas y Joan Merigan" en Stanford.

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