• La pérdida del equilibrio puede ser la señal de una enfermedad subyacente

Una mujer joven pone el brazo alrededor de los hombros de una anciana mientras caminan afuera, alejándose de la cámaraESTIMADA MAYO CLINIC:
Mi abuela de 82 años no tiene mayores problemas de salud, pero se ha vuelto débil y frágil en los últimos años y no tiene buen equilibrio. Hace varias semanas, se cayó en el baño y pese a que sufrió lesiones menores, mi familia está preocupada. ¿Qué podemos hacer para evitar que se caiga otra vez?

RESPUESTA:
Ustedes tienen toda la razón en estar preocupados por la seguridad de la abuela. En Estados Unidos, las caídas son la principal causa de lesiones en los ancianos y representan una amenaza tanto para su seguridad como para su independencia.

Un buen punto de partida es mantener una conversación con su abuela. Es posible que ella tenga temor de caerse y eso puede reducirle la movilidad dentro de la casa y la participación en la comunidad. Pese a que su abuela no tenga grandes problemas de salud, igual vale la pena que vaya al médico porque la debilidad y la pérdida del equilibrio pueden ser las señales de una enfermedad subyacente.

Un examen físico y una conversación con el médico acerca de la salud general de su abuela pueden revelar ciertos factores de riesgo para caídas o la necesidad de recibir servicios de salud, como fisioterapia. Un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios provechosos para ella, puesto que hasta las actividades suaves y de bajo impacto mejoran la fuerza, el equilibrio, la resistencia, la flexibilidad y la coordinación. Además, el fisioterapeuta puede determinar si un andador o un bastón le permitirían movilizarse con más seguridad.

El médico de su abuela también puede revisar los medicamentos que toma para verificar que no tengan efectos secundarios que tal vez contribuyan al riesgo de sufrir una caída. Asimismo, es importante revisar la cantidad de calcio y vitamina D que su abuela necesita para optimizar la salud de los huesos, además de realizarle exámenes anuales de la vista y del oído.

A fin de evitar que su abuela sufra otra caída, examine bien el entorno de la casa para cerciorarse que es seguro. Tomar medidas básicas para que la casa ofrezca más seguridad sirve de mucho a fin de reducir el riesgo de caídas e incluye: mover cajas y cables eléctricos o de teléfono fuera de las áreas de paso para eliminar el peligro de tropezar; retirar toda mesa pequeña, revistero, maceta y colgador de abrigos de las zonas de mucho tránsito; asegurar las alfombras con cinta adhesiva de doble cara o con protector antideslizante, o simplemente quitarlas; reparar cualquier tabla del suelo o alfombra que estén flojas; guardar la ropa, los platos, la comida y otros artículos de uso frecuente al alcance de la persona.

La iluminación de la casa también hace mucha diferencia. Aparte de mantener la casa bien iluminada durante el día, también se puede colocar luces nocturnas en la habitación de la abuela, en el baño y en los corredores, además de una lámpara junto a la cama. De igual manera, considere instalar interruptores que brillan en la oscuridad o con iluminación propia que sean más fáciles de encontrar en la penumbra y siempre mantenga despejado el camino hacia ellos.

Debido a que usted menciona que su abuela tiene problemas de debilidad y equilibrio, asegúrese que la casa sea propicia para una fácil movilización. Por ejemplo, debe haber pasamanos a ambos lados de la escalera y cintas antideslizantes en cada escalón de madera o de otra superficie resbalosa.

El baño es una zona particularmente peligrosa, pero los siguientes ajustes pueden ayudar: un elevador para la taza del inodoro o un escusado con reposabrazos pueden hacer más fácil sentarse y levantarse sin perder el equilibrio; instalar en la ducha o en la tina alfombrillas antideslizantes, barras para sujetarse, una silla plástica fuerte y una ducha teléfono para bañarse sentado puede reducir la probabilidad de que su abuela resbale y sufra una caída mientras se baña.

Muchas comunidades ahora cuentan con programas para prevenir caídas, los cuales se crearon específicamente para ayudar a los ancianos a disminuir el riesgo de sufrirlas y generalmente se ofrecen en clases grupales. Esos programas normalmente se concentran en instruir sobre el tema, ejercicios, equilibrio y estado físico. Parece que a su abuela le beneficiaría uno de esos programas, así que pregunte al médico de ella si hay alguno disponible en esa área o comuníquese con la Agencia para el Envejecimiento local para obtener más información.

Dra. Connie Bogard, fisioterapeuta y doctora en investigación, Medicina Física y Rehabilitación de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

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