• La vacuna contra la tos ferina es eficaz, pero la inmunidad tiende a debilitarse con el tiempo

Un bebé triste o enfermo y envuelto en una manta color rosa llora y tose ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Por qué los niños vacunados contra la tos ferina acaban de todas maneras por contraer la enfermedad? ¿No surtió efecto la vacuna que recibieron? En nuestra escuela se han presentado muchos casos nuevos y ahora se pide que  los adultos reciban un refuerzo de la vacuna. ¿Es eso solamente para proteger a los niños, o pueden también los adultos contraer la enfermedad?

RESPUESTA:
La vacuna contra la tos ferina o pertussis surte efecto, pero la inmunidad generada por la vacuna tiende a debilitarse con el tiempo. Para contrarrestar eso, se recomienda administrar refuerzos a los niños a medida que crecen. Los adultos también pueden contraer tos ferina. Por ello, la mejor protección contra esta infección es administrar un refuerzo de la vacuna a los adultos que estén en contacto estrecho con niños pequeños, lo que también evita su propagación.

La tos ferina es una infección bacteriana sumamente contagiosa que ocasiona una tos fuerte y áspera. Los ataques de tos pueden estar seguidos por una inhalación de aire estridente que suena como el “aullido de una fiera”, lo que da el nombre a la enfermedad. Los espasmos de tos pueden provocar cansancio extremo y vómito, además de dificultar la respiración. En los bebés, la enfermedad generalmente es grave porque sus vías respiratorias son pequeñas y pueden tener dificultad para inhalar suficiente oxígeno durante los ataques de tos. Además, la tos fuerte puede ocasionar hemorragias pequeñas en los ojos y el cerebro.

La vacunación es la mejor manera de prevenir la tos ferina. Los bebés deben vacunarse a los 2, 4 y 6 meses de edad. La vacuna contra la tos ferina se administra en combinación con la del tétanos y la difteria, por lo que su abreviatura es DPT (D de difteria, P de pertussis y T de tétanos). Se recomienda administrar un refuerzo a los 12 y 18 meses, luego entre los 4 y los 6 años y finalmente a la edad de 11 años. Los refuerzos de la tos ferina también se pueden administrar en adultos y se recomiendan mucho a quienes mantienen estrecho contacto con niños pequeños, especialmente durante un brote de tos ferina.

Las vacunas contra la tos ferina son muy seguras, eficaces y provechosas. Antes de que existiese la vacuna, la tos ferina era una enfermedad temida que anualmente cobraba la vida de miles de niños. En cambio, ahora ocurren al año tal vez 10 o 20 muertes por tos ferina en Estados Unidos y casi todos los fallecidos son bebés.

Cualquier persona, tenga la edad que tenga, puede contraer la enfermedad. Desde la década de los años 80, ha aumentado la cantidad de casos de tos ferina en Estados Unidos. La tos ferina es persistente debido a varias razones: primero, la vacunación no es universal y no todos los que necesitan vacunarse reciben la vacuna; segundo, la eficacia de la vacuna se debilita con el tiempo y por eso, los adolescentes y los adultos que no reciben un refuerzo pueden desarrollar tos ferina.

Los pacientes mayores normalmente presentan un tipo más leve de la enfermedad gracias a que mantienen algo de inmunidad de las vacunas anteriores. No obstante, incluso quienes sufren un caso leve de tos ferina todavía pueden contagiarla. La enfermedad se transmite a través de gotitas llenas de microbios que salen despedidas al aire con la tos o los estornudos.

A la gente que padece tos ferina se le trata con un tipo específico de antibiótico. A fin de evitar que la enfermedad se propague, es necesario quedarse en casa, sin ir a la escuela, ni a la guardería ni al trabajo, hasta completar cinco días de antibióticos. El médico puede recomendar antibióticos para todas las personas que viven en la casa porque la tos ferina es fácilmente transmisible.

Los antibióticos funcionan mejor cuando se administran pronto en la evolución de la enfermedad, aunque el tratamiento no elimina la tos de inmediato. De hecho, a veces, a la tos ferina se la llama la tos de los 100 días porque los síntomas pueden durar todo ese tiempo.

Los cuidados caseros incluyen mucho reposo y líquidos. Los medicamentos para la tos no sirven ni se recomiendan. Los bebés con tos ferina posiblemente requieran control hospitalario para verificar que pueden respirar por sí mismos después de un ataque de tos.

La mejor manera de combatir la tos ferina es evitar que empiece a desarrollarse. Todos los bebés y niños pequeños, así como los adultos que sean familiares o cuidadores, necesitan recibir todas las vacunas contra la tos ferina. En caso de que usted no tenga seguridad de si necesita un refuerzo de la vacuna contra la tos ferina, consulte con su médico para revisar su registro de vacunas, pero asegúrese que esté al día.

Dr. Thomas Boyce, Enfermedades Infecciosas Pediátricas de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.  

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