• Caninos Cariñosos brindan consuelo y calma a los pacientes y sus familias en Mayo Clinic

JACKSONVILLE, Florida — 19 de septiembre de 2013.  Lillian Shirley viajó desde la zona central de Florida a Jacksonville para tratarse un problema renal, confiando en la eficiencia de la Clínica Mayo. Mientras esperaba por un procedimiento endoscópico en el cuarto piso del establecimiento hospitalario, Shirley recibió un beneficio adicional de un inesperado visitante de cuatro patas.

"Lo miré directamente y le dije que lindos ojos marrones tienes", cuenta Shirley. El fervoroso visitante responde al nombre de Sunday y es parte del programa "Caninos Cariñosos" de Clínica Mayo. En el programa de voluntariado participan perros especialmente entrenados y sus dueños quienes conocen y saludan a los pacientes y sus visitantes en la clínica.

La eficiencia clínica trajo a Shirley a la Mayo, pero Sunday le ha entregado una experiencia empática adicional que no aparecerá en su factura de hospital.

En una sala de espera llena de gente, Sunday llegó directamente hasta ella, le permitió sostener su cara entre sus manos y le mantuvo fijamente la mirada, aceptando su cumplido con gracia, en silencio, haciéndole saber que todo estará bien.

En la misma sala de espera, Wanda Aills se sentó junto a su cuñada y a otros miembros de su familia en espera de noticias de la cirugía de su hermano. El rostro de Aills se iluminó cuando Sunday llegó, y él respondió caminando en dirección hacia ella y colocando suavemente su pata en su regazo.

"Sentí una sensación de calma", dice Aills. "Interactuar con un perro de terapia te saca de la situación en que te encuentras, aunque sea por unos minutos. He oído hablar de la utilización de estos perros en residencias para enfermos terminales, y me sorprendió que los incorporaran en un hospital. Pero tiene sentido, pues se dice que aliviar el estrés es el comienzo de la curación".

El principio de la medicina integrada y de la curación de cuerpo y alma está completamente incorporado en la filosofía de la Clínica Mayo. En sus tres sedes — en Arizona, Florida y Minnesota — se han adoptado programas que refuerzan los tratamientos con arte, música y terapia con animales. En Florida, los perros terapeutas comenzaron visitando el departamento de Oncología Radioterápica en 2011. A medida que los beneficios se hicieron evidentes (con base en encuestas a los pacientes y al personal), más voluntarios y sus perros se unieron al programa.

En la actualidad, 18 perros y sus respectivos dueños hacen voluntariado en las áreas de espera de pacientes en Oncología Radioterápica, Cirugía y Radiología Diagnóstica. Otros 17 equipos están en lista de espera para el entrenamiento requerido.

"La gente espera un cuidado eficiente y compasivo en la Clínica Mayo, y los perros de terapia brindan un beneficio extra a su experiencia", aclara Nancy Skaran, administradora internacional y una de las fundadoras del programa. "Ellos proporcionan una grata distracción de los procedimientos médicos en muchas maneras — entretención, enriquecimiento, estimulación mental y reducción de la ansiedad".

Kristi Leonard es la dueña de Sunday, un suave y tranquilo goldendoodle de 3 años de edad (con los bonitos ojos marrones). Cuenta que un paciente programó su tratamiento de radiación coincidiendo con los días en que Sunday iba de voluntario, sólo para poder pasar tiempo con él.

"Hemos trabajado como voluntarios todos los jueves durante los últimos dos años", relata Leonard. "Uno de los requisitos es que el perro debe ser bañado en las 24 horas antes de entrar. Nosotros debemos ofrecer desinfectante de manos a todos quienes tocan al perro. No tanto por el animal, sino debido a la cantidad de personas que interactúan con él durante una visita".

Los Caninos Cariñosos llevan su propia tarjeta de identificación de la Clínica Mayo, y tienen que pasar varias pruebas antes de ser admitidos en el programa.

"Tuvimos ocho semanas de entrenamiento, donde no sólo el perro es entrenado, sino que también el dueño debe aprender a leer sus señales", explica Leonard. Los perros y sus amos están capacitados para manejar diferentes situaciones estresantes, tales como ruidos fuertes o señales intermitentes de monitores, para asegurar que el perro permanezca suficientemente tranquilo en un entorno clínico. Las visitas a las zonas clínicas no pueden durar más de 90 minutos, para permitir al perro disipar parte de la energía que absorbe de los humanos.

Leonard es un ama de casa y madre de tres hijos, que tenía experiencia previa con perros terapeutas. Expresa que el voluntariado en la Clínica Mayo le da la oportunidad de tener un horario flexible y participar en la comunidad.

"A veces siento que obtengo más de esto que los mismos pacientes, y hay algunos momentos realmente tiernos", expresa Leonard. "Sólo sé que Sunday fue puesto en esta tierra para hacer esto. Yo sólo soy quien está al otro lado de la correa".

Lindy es una esbelta golden retriever de 5 años de edad, que hace tres a cuatro millas de ejercicio diario. Ella ama esos paseos, pero venir a la Clínica Mayo es lo que realmente le entusiasma.

Lindy y su dueña, Joan Streightiff, se unieron a Caninos Cariñosos en noviembre de 2012. Después de retirarse de una profesión altamente estresante, con responsabilidades administrativas, Streightiff estaba más que lista para participar en Caninos Cariñosos. "Quería hacer algo de más bajo perfil y que incluyese a Lindy", aclara. "Ella conoce la Clínica Mayo y se entusiasma cuando nos dirigimos hacia el estacionamiento. Todo empieza desde el momento en que salimos del carro. La gente sonríe y saluda. Los pacientes incluso han empezado a reconocerla cuando caminamos por los pasillos".

Un bello episodio reciente fue un encuentro con siete niños en un corredor; cuatro de ellos con un potencial paciente para trasplante. Mansamente, Lindy dejó que cada uno la acariciara. "¿Es una perra ayudante?", preguntó uno de ellos.

Lindy tiene una rutina cuando visita Radiología Diagnóstica — siempre saluda a los miembros del personal en primer lugar. Le encanta ser acariciada y da la espalda a los pacientes para que puedan acercarse a ella fácilmente. "Si se sienta en tu pie, significa que le gustas", dice Streightiff.

Cada perro y su dueño son puestos a prueba y registrados a través de una organización nacional. También pasan por un entrenamiento y orientación para voluntarios de la Clínica Mayo.

"La conclusión es que, debido a estos maravillosos voluntarios y sus perros, el costo del programa es de cero dólares", dice Skaran. "Pero los beneficios para los pacientes y sus familias no tienen precio".

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