• Aumenta significativamente la cantidad de niños con alergia al maní

ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Por qué ahora hay tantos niños con alergia al maní? No recuerdo que antes eso fuese un problema, ni siquiera hace 20 años. ¿Es algo que la mayoría de niños logra superar con el crecimiento? He escuchado que se lleva a cabo un estudio sobre la alergia al maní en los niños para “curarlos” de las alergias. ¿Qué implica eso?

Letrero para alergia alimentaria que dice “no se permite el maní”, colocado junto a un frasco de mantequilla de maní
Letrero para alergia alimentaria que dice “no se permite el maní”.

RESPUESTA:
Usted está en lo correcto respecto a que la cantidad de niños con alergia al maní ha aumentado significativamente en las últimas décadas. A pesar de que los investigadores tienen varias teorías, por ahora no hay ninguna explicación definitiva para dicho aumento. Actualmente están en curso varios estudios para entender mejor las alergias al maní y descubrir maneras más eficaces de tratarlas.

En las últimas décadas, ha más que triplicado la prevalencia de las alergias infantiles al maní en Estados Unidos. No son claras las razones detrás de dicho aumento drástico, pero parece que tanto el estilo de vida como las opciones alimentarias y la genética desempeñan alguna función.

Por ejemplo, una teoría llamada la hipótesis de la higiene resalta cómo la forma de vivir de la gente en los países desarrollados puede influir sobre las alergias infantiles, entre ellas, la alergia al maní. Los recién nacidos de países en vías de desarrollo tienen menor incidencia de alergias que los nacidos en países desarrollados; sin embargo, cuando una familia de un país en vías de desarrollo se muda a un país más desarrollado, la incidencia de sus hijos a las alergias infantiles aumenta. Por lo tanto, parece que el simple hecho de encontrarse en el ambiente de un país desarrollado cambia las cosas.

La hipótesis de la higiene plantea que los niños que se exponen a microbios y ciertas infecciones a muy temprana edad desarrollan sistemas inmunitarios que los preparan mejor para diferenciar entre sustancias inocuas y sustancias nocivas. Según esta teoría, la exposición a ciertos microbios enseña al sistema inmunitario a no reaccionar de forma exagerada y también explica por qué los niños que crecen en granjas o los que tienen cierto tipo de mascotas son menos proclives a desarrollar alergias que otros pequeños. No obstante, es necesario investigar mucho más para entender exactamente cómo podría la exposición infantil a los microbios ayudar a prevenir alergias.

En alrededor de 20 por ciento de las personas que desarrollan una alergia al maní a edad temprana, la alergia acaba por pasar con el tiempo. El 80 por ciento restante mantiene alguna sensibilidad al maní durante toda su vida, pero la gravedad de los síntomas varía ampliamente de una a otra persona.

Vale la pena anotar que, en realidad, el maní es una legumbre y no está relacionado con los demás frutos secos, conocidos también como frutos de cáscara. Desgraciadamente, muchos niños con alergia al maní luego desarrollan alergia a los frutos secos. Además, los frutos secos pueden tener contaminación cruzada o confundirse con el maní, razón por la que se suele pedir a los niños con alergia al maní que también eviten los frutos secos.

Varios estudios en curso examinan posibles maneras de tratar las alergias al maní y muchos de ellos implican administrar una pequeña cantidad de proteína de maní a los niños alérgicos y luego aumentar la dosis con el tiempo. En algunos de esos estudios, los niños comen la proteína del maní, mientras que en otros se la administra a través de un parche colocado en la piel. El objetivo es que los niños se tornen menos sensibles al maní para que en caso de verse expuestos a una pequeña cantidad del mismo, no presenten anafilaxia (reacción alérgica potencialmente mortal que ocasiona un descenso de la presión arterial y un estrechamiento de las vías respiratorias que restringe la respiración).

Dichos estudios han logrado ciertos éxitos, pero conllevan riesgos. Aparte de la posibilidad de anafilaxia, algunos participantes en los estudios desarrollaron una afección conocida como esofagitis eosinofílica, que es resultado de la acumulación de un tipo de glóbulos blancos llamados eosinófilos en el revestimiento del esófago, lo que daña el tejido esofágico y dificulta la deglución. Debido a estos riesgos, es preciso controlar estrechamente a los niños que participan en esos estudios.

Por el momento, la manera más eficaz de controlar la alergia al maní es evitándolo rigurosamente y portando siempre una dosis inyectable del medicamento epinefrina para aplicarlo como tratamiento de emergencia ante la eventualidad de una exposición accidental al maní.

Si su hijo es alérgico al maní, o usted sospecha que su bebé lo es, consulte con un alergólogo pediátrico. Esos especialistas pueden evaluar minuciosamente al niño y ofrecerle vasta información respecto a la mejor manera de lidiar con la alergia al maní.

Dra. Martha Hartz, Alergia e Inmunología Pediátrica de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

 

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