• Algunas actividades aumentan el riesgo para lesiones en el ligamento cruzado anterior

Ilustración médica del ligamento cruzado anterior y de un desgarre del mismoESTIMADA MAYO CLINIC:
Soy una mujer de 25 años y recién me desgarré el ligamento cruzado anterior mientras jugaba básquetbol. El médico dijo que no necesito cirugía, pero me recomendó rehabilitación física. ¿Logrará la rehabilitación arreglar completamente el problema para que yo pueda continuar activa? Adoro jugar básquetbol y esquiar… no deseo renunciar a ellos, pero tampoco quiero destrozar la rodilla.

RESPUESTA:
No siempre es necesaria la cirugía para tratar un desgarre del ligamento cruzado anterior (LCA). La rehabilitación física puede fortalecer los músculos que rodean la rodilla y, en algunos casos, permitir que uno retome la actividad física; pero eso solamente es cierto cuando la actividad no implica hacer movimientos de girar y rotar, ni saltos ni gran impacto. Las actividades que usted menciona, por el contrario, aumentan el riesgo de inestabilidad en la rodilla si usted no opta por la reparación quirúrgica del LCA.

Los ligamentos son bandas fuertes de tejido que conectan a los huesos entre sí. El LCA se compone de dos ligamentos que se cruzan en la mitad de la rodilla y conectan al fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla). Además, el LCA ayuda a mantener estable la articulación de la rodilla.

Cuando hay un desgarre del ligamento cruzado anterior, eso normalmente es causa de dolor e hinchazón en la rodilla. Después de una lesión en el LCA, también se puede sentir inestabilidad en la rodilla o que la rodilla “se sale del puesto” al girar repentinamente o rotar. Generalmente la persona escucha o siente un “crujido”. Las lesiones del ligamento cruzado anterior suelen ser producto de detenerse, cambiar de dirección o rotar repentinamente. Los deportes que colocan a una persona en riesgo de sufrir una lesión en el LCA incluyen el básquetbol, el tenis individual, el fútbol americano, el voleibol y el fútbol común. Esquiar cuesta abajo también plantea riesgo, porque la longitud del esquí, combinada con la rigidez de las botas, ejerce una fuerza considerable sobre la rodilla.

El propósito del tratamiento de una lesión en el LCA es reducir el dolor y la hinchazón, recuperar el movimiento normal de la rodilla, fortalecer los músculos que rodean la articulación y permitir que la persona recupere la actividad. En algunos, eso se puede lograr solamente con rehabilitación física. No obstante, cuando uno de los meniscos (el cartílago que acolcha la articulación de la rodilla) también sufre un desgarre, eso puede aumentar la inestabilidad de la rodilla, lo que convierte a la cirugía en la mejor alternativa. Vale la pena anotar asimismo que un desgarre en el LCA aumenta el riesgo de desarrollar artritis en la articulación de la rodilla más adelante en la vida, y los estudios revelan que ese riesgo es similar se realice o no la reconstrucción quirúrgica.

La rehabilitación generalmente implica trabajar con un fisioterapeuta para aprender ejercicios que fortalezcan los músculos de las piernas, las caderas, la pelvis y la parte inferior del abdomen. Mejorar la fuerza muscular ayuda a estabilizar la articulación de la rodilla y eso la hace menos susceptible a sufrir más daños.

A fin de reducir el riesgo de otro desgarre del LCA, un fisioterapeuta debe evaluar sus patrones de movimiento al saltar, aterrizar, rotar y cambiar de dirección. Eso generalmente incluye analizar un video de cómo aterriza usted después de un salto. Mejorar los patrones de movimiento con ejercicios correctivos puede hacer mucho para protegerla contra otras lesiones del LCA.

A medida que retoma sus actividades, contar con el equipo adecuado también puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir lesiones. Lleve calzado adecuado cuando juegue al básquetbol, y cuando vaya a esquiar cuesta abajo, ajuste correctamente las fijaciones de los esquís para que suelten ante una caída. Algunas personas usan un soporte ortopédico en la rodilla después de sufrir una lesión en el LCA, especialmente si nunca se sometieron a la reconstrucción quirúrgica. No obstante, las investigaciones han revelado que usar un aparato ortopédico no parece evitar ni reducir el riesgo de una lesión en el ligamento cruzado anterior.

Si pese a la rehabilitación física, usted continúa teniendo eventos de inestabilidad de la rodilla o desea retomar aquellas actividades que ponen a la rodilla en más riesgo de volver a sufrir daños, considere la reconstrucción quirúrgica del LCA. Debido a que es imposible juntar nuevamente un LCA desgarrado, la cirugía implica reemplazar el ligamento desgarrado con un trozo de tejido (un pedazo de la rótula o del tendón de la corva), llamado injerto.

Converse con el médico y el fisioterapeuta acerca de los deportes y las actividades que desea practicar después de la lesión del ligamento cruzado anterior. Ellos pueden crear un plan de tratamiento que se ajuste a sus objetivos y le brinde las mejores probabilidades de retomar sus actividades sin peligro.

Dr. Edward Laskowski, Centro de Medicina del Deporte de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

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