Ambas cifras de la presión arterial son importantes para la salud general
ESTIMADA MAYO CLINIC:
Tengo alta la presión sistólica (primera cifra), pero normal la presión diastólica (segunda cifra). ¿Qué significa esto? ¿Se considera hipertensión? ¿Necesito algún tratamiento?
RESPUESTA:
Al medir la presión arterial, ambas cifras son importantes para la salud general. Cuando la presión sistólica es alta, aunque la presión diastólica sea normal, el riesgo para varios problemas de salud aumenta y es necesario lidiar con la situación. Si bien los medicamentos para la presión arterial pueden ayudar, en ciertos casos todo el tratamiento necesario puede ser realizar cambios en el estilo de vida para reducir la presión arterial sistólica a un nivel más sano.
La presión arterial es la medida de la presión dentro de las arterias cuando el corazón bombea sangre. La medición de la presión arterial es un medio importante que permite al médico controlar la salud general. La presión arterial se lee en milímetros de mercurio (mmHg) y se compone de dos cifras: la primera cifra mide la presión en las arterias cuando el corazón late, y se conoce como presión sistólica; mientras que la segunda cifra mide la presión en las arterias cuando el corazón late, y se conoce como presión diastólica.
Tradicionalmente, los médicos prestaban más atención a la presión diastólica que a la sistólica porque creían que el cuerpo podía tolerar aumentos ocasionales en la presión sistólica, pero que una presión diastólica constantemente alta podía conducir a problemas de salud. Sin embargo, las investigaciones más contemporáneas han demostrado que tanto la presión sistólica como la diastólica deben encontrarse constantemente dentro del rango normal para reducir los riesgos médicos vinculados a la hipertensión.
El tipo de presión arterial alta que usted describe, conocido como hipertensión sistólica, generalmente se observa en los adultos mayores y es muy común que ocurra en las personas cuyas arterias perdieron su elasticidad debido a la edad o la diabetes. Sin tratamiento, la hipertensión sistólica puede aumentar el riesgo de muerte, de accidente cerebrovascular, de cardiopatía y de enfermedad renal.
La presión sistólica se considera ideal cuando se encuentra entre 100 y 120 mmHg; por tanto, toda presión sistólica que exceda de 120 mmHg se consideraría alta. No obstante, en las personas menores de 60 años, los médicos por lo general solamente recomiendan tratamiento con medicamentos cuando la presión sistólica es mayor de 140 mmHg. En las personas mayores de 60 años, normalmente se recomienda tratamiento con medicamentos cuando la presión sistólica supera los 150 mmHg.
Varios cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir la presión arterial. Los médicos suelen recomendar una alimentación con bajo contenido de sodio o sal. El nivel de sodio exacto para una persona depende de la edad y de la salud general. Concéntrese en alimentarse con frutas, verduras, cereales integrales y productos lácteos descremados, además de restringir el consumo de grasas y alcohol. Consulte al médico respecto a la alimentación correcta para usted.
Hacer actividad física con regularidad también puede ayudar a reducir la presión arterial. Procure hacer ejercicio diariamente durante por lo menos 30 minutos. Mantener un peso sano también influye en el resultado. La presión arterial generalmente aumenta cuando uno sube de peso, de manera que si está gordo, perder apenas 5 o 10 libras puede ayudar a reducir la presión arterial.
Por último, es fundamental que usted no consuma tabaco. Fumar acelera el daño producido por la hipertensión y daña las paredes de los vasos sanguíneos, lo que endurece más las arterias. Si usted fuma, consulte al médico sobre programas o recursos disponibles en su zona que pueden ayudarle a dejar el hábito.
Converse con el médico respecto a cómo puede controlar mejor la hipertensión sistólica. Recibir tratamiento oportuno es importante para mantener la presión arterial bajo control y disminuir aquellos riesgos graves para la salud que derivan de la hipertensión no tratada.
Dr. Andrew Rule, Nefrología, Mayo Clinic de Rochester, Minnesota.