La clave para evitar los cálculos de oxalato de calcio es consumir la cantidad correcta de calcio
ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Cuál es la diferencia entre la leche de almendra y la leche normal? Cuando yo bebía leche normal, solía tener cálculos de oxalato de calcio cada dos años; pero desde que suspendí los lácteos, los cálculos renales también desaparecieron. Tengo mis dudas respecto a volver a consumir lácteos, pero me pregunto si la leche de almendra hará alguna diferencia.
RESPUESTA:
Me parece entender que su pregunta respecto a la leche y demás productos lácteos es si el calcio estimularía el desarrollo de más cálculos renales en usted. A decir verdad, las personas que han tenido cálculos renales de oxalato de calcio necesitan consumir una cierta cantidad de calcio en la alimentación para evitarlos; pero aunque la leche de almendra y otras de origen vegetal (como la leche de soja) contengan calcio, también tienen oxalato y se suele advertir a quienes tienen antecedentes de cálculos de oxalato de calcio que eviten los alimentos con alto contenido de oxalato. Por lo tanto, la leche de vaca que no contiene oxalato, pero aporta el calcio necesario, sería una buena alternativa para usted.
Los cálculos renales de oxalato de calcio se forman cuando la orina contiene más de esas sustancias que del líquido que puede diluirlas. Cuando eso ocurre, el calcio y el oxalato forman cristales y si en ese momento la orina carece de las sustancias que impiden la aglutinación de los cristales, entonces se crea el ambiente ideal para la formación de los cálculos renales.
Parecería sensato decir que si el calcio y el oxalato forman cálculos renales, evitar ambas sustancias ayudaría; pero el calcio es una parte fundamental de la alimentación y el cuerpo lo necesita no solo para mantener sanos a los huesos, sino también para regular la presión arterial y sustentar la función muscular. El oxalato, por su parte, es una sustancia natural que está presente en muchos alimentos y en niveles elevados, a veces, como en ciertas frutas y verduras o en los frutos secos y el chocolate; además, el hígado también produce oxalato.
La clave para evitar la formación de cálculos de oxalato de calcio es consumir la cantidad correcta de calcio. La recomendación normal es ingerir entre 1000 y 1200 miligramos de calcio diarios. Cuando uno consume bebidas o alimentos ricos en calcio con cada comida, la cantidad de oxalato absorbida por el torrente sanguíneo disminuye y eso reduce el riesgo de formar nuevos cálculos renales.
Lo mejor para evitar los cálculos es que el calcio provenga de los alimentos, no de las pastillas de calcio. Cuando de buenas fuentes de calcio se trata, los productos lácteos encabezan la lista. Fíjese en la etiqueta con información nutricional para saber cuánto calcio contiene un producto, una bebida o cualquier otro alimento.
Aparte de consumir la cantidad correcta de calcio, hay también otros cambios que usted puede hacer para disminuir el riesgo de cálculos renales de oxalato de calcio. Por ejemplo, es importante beber mucha cantidad de agua o de otros líquidos, así que beba entre 8 y 10 onzas de líquido por hora mientras esté despierto. La mejor manera de saber si usted bebe suficiente cantidad de líquido es observar la orina: debe ser casi transparente.
Además, es posible que deba reducir el consumo de alimentos ricos en oxalato. Es una lástima que las etiquetas alimentarias no mencionen el contenido de oxalato de los alimentos; pero tenga presente que ciertas frutas, verduras y otros vegetales (como los frutos secos) son los que mayor cantidad de oxalato contienen, mientras que las carnes, los huevos, los productos lácteos, el arroz blanco y los fideos generalmente son bajos en oxalato. Si su proveedor de atención médica le recomienda restringir los alimentos con alto contenido de oxalato, considere reunirse con un especialista en dietética para evaluar los alimentos que ingiere.
Por otro lado, tanto el azúcar como el sodio pueden aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales, de manera que restringir ambos ingredientes en su alimentación también le ayudaría. Por último, demasiada cantidad de carne, pollo o pescado puede aumentar la probabilidad de cálculos renales; por lo tanto, restrinja esos alimentos a no más de 3 onzas en el almuerzo y 3 onzas en la cena.
Si desea más información acerca de los cambios alimentarios que pueden disminuir el riesgo para cálculos renales, converse con su proveedor de atención médica o con un especialista en dietética. Esa persona puede guiar su selección alimentaria para reducir el riesgo de cálculos renales y al mismo tiempo aportarle la nutrición que necesita.
Katherine Zeratsky, especialista en dietética diplomada, Endocrinología y Nutrición, Mayo Clinic de Rochester, Minnesota.