• Las menstruaciones irregulares no son raras en la década previa a la menopausia

Una mujer sentada en un sofá con cólicos menstruales o dolor de estómagoESTIMADA MAYO CLINIC:
Tengo 41 años y durante toda mi vida he tenido menstruaciones regulares (cada 28 días) hasta hace poco, cuando no menstrué por más de dos meses. Cuando vino la menstruación, fue sumamente fuerte y duró mucho más tiempo de lo normal para mí. ¿Debo preocuparme por esto? ¿Necesito ir al médico?

RESPUESTA:
Esa es una situación muy común entre las mujeres de su edad. Una menstruación irregular normalmente no es motivo de preocupación, pero a partir de este momento, usted debe seguir la pista de sus menstruaciones. Haga una cita con el proveedor de atención médica para que la evalúen en caso de que las menstruaciones continúen siendo impredecibles o sean inusualmente fuertes, o si empieza a mostrar otros síntomas, tales como dolor, sofocos o sudores nocturnos.

A pesar de que la edad promedio para la menopausia es de 51 años aproximadamente, no es raro que la mujer presente menstruaciones irregulares en la década anterior a la menopausia, y lo más común es en los 40 años. Una vez observada la presencia de un cambio en la menstruación, valdría la pena empezar a vigilar más estrechamente. Escriba las fechas de las menstruaciones, la duración y la fuerza, en términos de cuántas toallas sanitarias o tampones usa en un período de 24 horas.

Si después de cuatro o seis meses sus menstruaciones todavía fuesen irregulares, entonces lo prudente sería evaluar la situación. En ese caso, el mejor punto de partida es el proveedor de atención médica principal, quien puede hacerle un examen físico, solicitar cualquier análisis necesario y revisar la posible presencia de alguna enfermedad subyacente capaz de desencadenar los síntomas.

Dos razones comunes para las menstruaciones irregulares son los trastornos de la tiroides y un trastorno llamado hiperplasia endometrial, en el que se engrosa el revestimiento uterino. Los crecimientos no cancerosos en el útero conocidos como fibromas uterinos también pueden conducir a cambios en la menstruación. Además, es posible que el proveedor de atención médica revise si usted sufre de anemia, afección en la que el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos. La anemia es un efecto secundario común de perder sangre con menstruaciones fuertes.

A medida que vigila sus ciclos menstruales en los siguientes meses, comuníquese de inmediato con el proveedor de atención médica si durante más de dos horas usted presentara un sangrado muy fuerte que empapa una toalla sanitaria o un tampón tamaño maxi, o si el sangrado durase más de 10 días sin importar cuán fuerte sea. Hágalo también si observa otros síntomas nuevos, tales como sudores nocturnos o sofocos.

Por otro lado, si las menstruaciones irregulares continúan y usted tiene factores de riesgo para hiperplasia endometrial, entre ellos obesidad, presión arterial alta y diabetes, el tiempo de vigilancia de la afección es más corto. Comuníquese con el proveedor de atención médica si usted corre más riesgo de hiperplasia endometrial y la irregularidad en las menstruaciones continuara durante dos o tres meses.

A pesar de que una afección subyacente puede conducir a presentar menstruaciones irregulares, los cambios presentados por muchas mujeres de su edad que atraviesan por la etapa previa a la menopausia son resultado del envejecimiento reproductivo y no la señal de un problema médico. En caso de que las menstruaciones fuertes sean un problema continuo, existen varios tratamientos para controlarlas. Las alternativas, entre otras, son los fármacos antiinflamatorios no esteroides o AINES (como el ibuprofeno), los anticonceptivos orales y un dispositivo intrauterino hormonal.

Por ahora, sin embargo, lleve en los siguientes meses un cuadro de sus menstruaciones. Anote cualquier cambio y si las irregularidades continúan, hable con el proveedor de atención médica. Esa persona puede valorar la situación y recomendar las medidas adecuadas que deben tomarse a continuación en su caso.

Dra. Petra Casey, Obstetricia y Ginecología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

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