• Los cambios en los síntomas de los pacientes con espondilitis anquilosante pueden ser difíciles de predecir

ESTIMADA MAYO CLINIC:
Durante años he sufrido de espondilitis anquilosante que suelo aliviar con analgésicos de venta libre, pero últimamente los brotes parecen ser más frecuentes y dolorosos. ¿Es común que la afección empeore con el tiempo, y qué tratamiento debería seguir ahora? Además, ¿ha funcionado alguna vez la cirugía para alguien en mi situación?

RESPUESTA:
Ilustración de una columna sana y otra con espondilitis anquilosante
En algunos casos, los síntomas de la espondilitis anquilosante pueden empeorar con el transcurso del tiempo, mientras que en otros, pueden mejorar o hasta desaparecer completamente. Esos cambios en los síntomas, por lo general, se presentan a intervalos irregulares, motivo por el que puede resultar difícil predecirlos. Los medicamentos normalmente son el tipo más eficaz de tratamiento y la mayoría de personas que sufre de espondilitis anquilosante no necesita cirugía.

La espondilitis anquilosante es una enfermedad que ocasiona inflamación y conduce a dolor y rigidez. La enfermedad puede afectar a muchas zonas del cuerpo, aunque las más comunes son las vértebras de la columna lumbar, las articulaciones entre la base de la columna y la pelvis (conocidas como articulaciones sacro-ilíacas), las articulaciones de la cadera y hombros, así como el cartílago entre el esternón y las costillas. En algunos pacientes, la inflamación puede afectar otros órganos, como los ojos, conduciendo a una afección llamada iritis o uveítis.

La espondilitis anquilosante también puede ocasionar síntomas en otros lugares del cuerpo donde los ligamentos y los tendones se unen a los huesos. Eso se conoce como entesitis y puede presentarse en la columna, aunque a veces también ocasiona síntomas en todo el talón, derivando en la tendinitis de Aquiles, por ejemplo. En algunos casos, la inflamación producida por la espondilitis anquilosante puede ocasionar la fusión de las vértebras de la columna, tornándola menos flexible.

A pesar de que no exista cura para la espondilitis anquilosante, los síntomas generalmente pueden tratarse bien con medicamentos. El tipo específico de medicamento que se necesita para los brotes depende del lugar de presentación en el cuerpo.

Los brotes que producen rigidez y dolor en la columna son una señal de inflamación activa. Cuando esos síntomas persisten, el tratamiento generalmente implica administrar los medicamentos conocidos como antagonistas del factor de necrosis tumoral (FNT). El factor de necrosis tumoral es una proteína celular que conduce a inflamación. Los antagonistas del FNT apuntan contra esa proteína para reducir el dolor, la rigidez, la sensibilidad y la hinchazón de las articulaciones. Algunos ejemplos de estos medicamentos son el adalimumab, el etanercept y el certolizumab. Los antagonistas del FNT se administran mediante inyección subcutánea o por vía intravenosa.

Cuando los brotes afectan las articulaciones de brazos y piernas, mas no la columna, entonces son útiles los medicamentos sulfasalazina o metotrexato. Sin embargo, estos fármacos generalmente no alivian la inflamación de la columna.

Conjuntamente con los medicamentos, la fisioterapia también puede servir para aliviar los síntomas de la espondilitis anquilosante, además de mejorar la fuerza y la flexibilidad del cuerpo. Consulte al médico si la fisioterapia sería útil en su caso, y de ser así, el médico puede recomendarle que se reúna con un fisioterapeuta a fin de aprender ejercicios adecuados para su situación.

La cirugía para la espondilitis anquilosante suele reservarse para aquellos casos en que la enfermedad ha ocasionado daños importantes en las articulaciones de brazos y piernas. Por ejemplo, cuando la articulación de la cadera sufre graves daños a consecuencia de la enfermedad, entonces una alternativa puede ser la cirugía para reemplazarla. La cirugía de la columna es necesaria solamente en ciertos casos raros.

No es extraño que, a medida que transcurre el tiempo, fluctúe la gravedad y frecuencia de los síntomas de la espondilitis anquilosante. Consulte con el médico respecto a los cambios que últimamente experimenta, pues con la ayuda de ese profesional, usted puede encontrar un tratamiento eficaz para tratarlos.

Dr. Eric Matteson, Reumatología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota

Artículos relacionados