• Los niños que usan anteojos deben acudir regularmente a exámenes de los ojos para mantener actualizada la graduación ocular

ESTIMADA MAYO CLINIC:
Mi hijo de 11 años empezó a usar anteojos a los 7 debido a miopía. Desde entonces, la graduación ocular ha empeorado de manera constante y ha sido necesario cambiarle los anteojos cada ocho o diez meses. El optometrista dice que eso no es raro, pero a mí me preocupa la situación. ¿Hay una edad en la que los niños normalmente dejan de presentar cambios en la vista? ¿Debería llevar a mi hijo donde un oftalmólogo para que se le realice una evaluación más minuciosa?

Niño con anteojosRESPUESTA:
A partir de su descripción, parece que el cambio en la visión de su hijo se encuentra dentro del rango normal para un niño de esa edad. A menos que el niño presente otros síntomas o padezca alguna enfermedad que puede afectar la vista, por el momento es poco probable que necesite consultar con un oftalmólogo.

La miopía es una afección de la vista en la que se puede ver claramente de cerca, pero los objetos lejanos son borrosos. La miopía se presenta cuando la córnea, o membrana transparente que forma la parte anterior del ojo, tiene una curva muy pronunciada o el ojo es más largo de lo normal. Eso ocasiona que los rayos de luz que llegan al ojo se enfoquen delante de la retina, que está ubicada en la parte posterior del ojo, en lugar de directamente sobre ésta y de esa manera tornen borrosa la visión.

Muchos niños desarrollan miopía durante el período de la escolarización primaria, generalmente alrededor de los 6 o 7 años de edad, y la afección suele continuar empeorando durante la adolescencia con el crecimiento del niño. El aumento de la miopía normalmente es más rápido durante los primeros años de la adolescencia, alrededor de los 11 a 13 años de edad, pero suele detenerse y estabilizarse hacia el final de la adolescencia o hasta los 25 años.

Es muy raro que los cambios en la vista sean el síntoma de otra afección subyacente. Si bien es cierto que algunos trastornos genéticos raros pueden conducir a la miopía, en la mayoría de casos, esos cambios visuales vienen acompañados de otros signos y síntomas.

La miopía normalmente no conduce a ninguna otra afección visual, ni aumenta el riesgo del niño de presentar más problemas con los ojos, excepto en raras circunstancias.

Afortunadamente, la miopía puede corregirse bien con anteojos o lentes de contacto. A fin de mantener al día la graduación de los anteojos del niño, es importante examinarle regularmente los ojos, sobre todo durante los años en que la vista cambia de forma rápida. Examinar oportunamente la vista permite detectar pronto cualquier cambio y ajustar la graduación de los anteojos en caso necesario.

La miopía también puede tratarse mediante la cirugía con láser de la córnea, pero no se recomienda ese medio para los niños. Las últimas investigaciones plantean que usar colirios con un medicamento llamado atropina puede ayudar a detener el avance de la miopía. Los oftalmólogos de Estados Unidos están ahora estudiando estrechamente el empleo de la atropina en la miopía, pero por el momento, la evidencia no es clara respecto a cuán eficaces sean las gotas ni durante cuánto tiempo sea posible detener el avance de la miopía después de suspenderlas.

A pesar de que la situación de su hijo no parezca estar fuera de lo común, quizás sería prudente que usted conversara detalladamente con el proveedor de atención oftálmica del niño para dialogar sobre sus inquietudes y obtener información exacta respecto a cuán rápido cambia la graduación de los anteojos de su hijo y si dichos cambios recaen dentro del rango normal. No vacile en consultar con ese profesional toda duda que tenga.

Si después de dicha conversación usted todavía tuviese dudas o inquietudes, entonces sería oportuno buscar una segunda opinión o considerar cambiar de proveedor de atención médica. Un profesional oftálmico con capacitación y experiencia en la evaluación de niños, sea un optómetra o un oftalmólogo, debe poder realizar un examen minucioso de los ojos y ofrecerle información clara sobre la salud ocular del niño.

Dr. Brian Mohney, Oftalmología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota. 

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