El dinero habla cuando de perder peso se trata, descubre estudio de Mayo Clinic

SAN FRANCISCO, California — 7 de marzo de 2013.  Los participantes en un estudio para perder peso que recibieron incentivos económicos fueron más proclives a cumplir con el programa para reducción de peso y perdieron más libras que los participantes que no recibieron dichos incentivos, indica una investigación de Mayo Clinic presentada el sábado 9 de marzo durante la LXII Reunión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología.

Los estudios anteriores demostraron que los incentivos económicos ayudaban a la gente a perder peso, pero este estudio examinó a un grupo mayor de participantes (100 personas) y durante un período más largo (un año), comenta el autor principal Dr. Steven Driver, residente de medicina interna en Mayo Clinic. Cien adultos sanos que trabajan en Mayo, o sus dependientes, cuyas edades oscilaban entre 18 y 63 años de edad y tenían un índice de masa corporal entre 30 y 39,9 kg/m2, fueron asignados a uno de cuatro grupos para perder peso: dos con incentivos económicos y dos sin dichos incentivos. Se habla de obesidad en el adulto cuando el índice de masa corporal, o cálculo determinado según el peso y la estatura, es de 30 o más, dicen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

La meta de todos los participantes era perder 4 libras por mes, hasta alcanzar un peso objetivo previamente determinado. Los participantes se pesaron mensualmente durante un año, a diferencia de otros estudios anteriores con incentivos económicos que dieron seguimiento a los pacientes durante sólo 12 a 36 semanas. Los participantes de los grupos con incentivos recibían 20 dólares mensuales cuando alcanzaban la meta, mientras que quienes no lo lograban aportaban 20 dólares a un fondo de bonificación. Los participantes de ambos grupos con incentivos que culminaban el estudio calificaban para ganar el fondo mediante un sistema de lotería.

La tasa de culminación del estudio para los grupos con el incentivo fue significativa, comparado con los grupos sin el incentivo: 62 por ciento frente a 26 por ciento. En los grupos con el incentivo, la pérdida de peso media de los participantes fue de 9,08 libras, frente a 2,34 libras del grupo sin el incentivo. "La moraleja es que el incentivo económico permite continuar perdiendo peso", señala el Dr. Driver. "El incentivo económico es capaz de mejorar los resultados, el cumplimiento y la observancia".

Los científicos descubrieron que hasta aquellos participantes del grupo con incentivo que pagaron multas fueron más proclives a continuar participando en el estudio que los pertenecientes a los grupos sin incentivo, explica el doctor Driver.

El autor experto del estudio Dr. Donald Hensrud, perito en medicina preventiva en Mayo Clinic y editor médico de La dieta de Mayo Clinic, anota que la obesidad no deja de ser una de las principales preocupaciones en Estados Unidos porque el exceso de peso contribuye a muchas afecciones, tales como enfermedades cardíacas y diabetes.

"Las terapias tradicionales no surten efecto en muchas personas y, por ello, buscamos formas creativas de ayudar a la gente a perder peso y no volver a recuperarlo", añade el Dr. Hensrud. "Los resultados del estudio revelan el potencial que encierran los incentivos económicos".

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