• Decisión de tratar o no tratar un aneurisma cerebral intacto depende de varias consideraciones

ESTIMADA MAYO CLINIC:
En una resonancia magnética reciente, el médico detectó que tengo un pequeño aneurisma cerebral sin reventar. ¿Qué pudo haberlo ocasionado, y cómo debo tomar la decisión de tratar o no este aneurisma intacto?

Ilustración médica de un aneurisma cerebral intacto y reventado
Ilustración de una mujer con un aneurisma intacto. El recuadro muestra el aneurisma antes de la rotura (sobre la izquierda) y luego de la rotura (sobre la derecha).

RESPUESTA:
El aneurisma cerebral es un abultamiento o globo que se forma dentro de un vaso sanguíneo del cerebro. Cuando un aneurisma cerebral revienta, pueden suscitarse problemas médicos graves; no obstante,  la mayoría de aneurismas cerebrales pequeños permanecen intactos o no requiere tratamiento. La decisión de tratar o no tratar el aneurisma cerebral depende de varias consideraciones.

Las arterias son los vasos sanguíneos que transportan la sangre hacia el corazón y el resto del cuerpo, y tienen tanto paredes gruesas como un revestimiento interior fino y liso. A medida que transcurre el tiempo, las paredes arteriales pueden mostrar algunos puntos débiles y eso permite el desarrollo de un bulto que puede avanzar hasta formar un globo en forma de bolsa dentro la arteria, llamado aneurisma.

Existen varios factores de riesgo que pueden repercutir sobre la posibilidad de desarrollar un aneurisma cerebral, el cual es más común a medida que uno avanza en edad: la presión arterial alta, por ejemplo, aumenta la probabilidad de un aneurisma; algunos aneurismas cerebrales pueden ser producto de una infección sanguínea o de lesiones en la cabeza; y, ciertos comportamientos, como fumar o consumir drogas recreativas, también pueden incrementar el riesgo.

El aneurisma cerebral es preocupante porque si se rasga o rompe, ocasiona un sangrado dentro o alrededor del cerebro que se conoce como accidente cerebrovascular hemorrágico. Un aneurisma reventado puede rápidamente convertirse en una amenaza mortal, y por ello amerita tratamiento médico inmediato.

Sin embargo, la mayoría de aneurismas cerebrales no revienta, ni crea problemas médicos, ni ocasiona síntomas. Ese tipo de aneurismas generalmente se detecta al realizar análisis para otra afección o ante la presencia de síntomas no relacionados. Cuando se encuentra un aneurisma intacto, hay muchos factores que inciden sobre la decisión de tratarlo o no.

El médico compara el riesgo de ruptura entre dejar en paz al aneurisma y el peligro de tratarlo. En la decisión sobre el tratamiento, intervienen el tamaño del aneurisma, la ubicación y la apariencia general, además  del estado de salud y el expediente médico. Los antecedentes familiares también influyen, pues las investigaciones plantean que las personas que tienen el padre, la madre, un hermano(a) o un hijo(a) con un aneurisma cerebral reventado podrían ser también más proclives a tenerlo. Considerar atentamente toda esa información puede permitir al médico y a usted sopesar los riesgos y ventajas de tratar un aneurisma cerebral frente a solamente controlarlo.

Si decide proseguir con el tratamiento, existen varias opciones. La primera es el pinzamiento quirúrgico microvascular, procedimiento en el que un neurocirujano extirpa un pedazo pequeño del cráneo para llegar hasta el aneurisma. Luego, localiza el vaso sanguíneo que lo alimenta y entonces coloca una diminuta pinza metálica en toda la base del aneurisma para detener el flujo sanguíneo hacia el mismo.

Una segunda opción es la embolización endovascular, que es una alternativa menos invasiva que el pinzamiento quirúrgico. En ese procedimiento, el médico introduce una pequeña sonda plástica, o catéter, dentro de la arteria y la atraviesa por todo el cuerpo hasta las arterias cerebrales a fin de ingresar directamente al aneurisma. A través de la sonda se introduce un espiral de platino suave, que de manera inmediata se enrosca dentro del aneurisma, reduciendo el flujo sanguíneo hacia el mismo.

Una tercera opción, desarrollada en los últimos años, emplea un dispositivo llamado desviador de flujo, que consiste en colocar un dispositivo de malla pequeño sobre el aneurisma mediante un procedimiento similar al de la embolización endovascular. Una vez colocado el dispositivo, el flujo sanguíneo hacia el aneurisma decae significativamente, y en muchos casos el aneurisma desaparece.

Si decide no tratar el aneurisma, consulte con el médico respecto a la frecuencia correcta con la que se lo debe controlar, pues se pueden realizar exámenes radiológicos de vez en cuando para verificar que el aneurisma no crezca. Además, usted puede reducir el riesgo de rotura del aneurisma si controla su presión arterial, no consume drogas recreativas, hace ejercicio regularmente, y en caso de consumir alcohol, solamente lo hace en moderación.

Dr. Robert D. Brown, Jr., Neurología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

 

 

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