Puntos destacados de la edición de septiembre de 2014 de Mayo Clinic Health Letter

ROCHESTER, Minnesota: Estos son los puntos más destacados de la edición de septiembre de Mayo Clinic Health Letter. Puede citar esta publicación con la frecuencia que desee, pero para reimprimirla debe pagar una cuota.  Es necesario hacer referencia a Mayo Clinic Health Letter; por lo que según sus políticas editoriales, incluya la siguiente información para suscribirse: Visite www.HealthLetter.MayoClinic.com o llame gratis para solicitar información sobre suscripciones al 800-333-9037, extensión 9771. Texto completo de la publicación: Mayo Clinic Health Letter, septiembre de 2014 (sólo para periodistas).

Después del júbilo, los supervivientes del cáncer generalmente sienten ansiedad y miedo

Personal médico en el quirófano, realizando la operaciónLa adaptación de ser paciente oncológico a superviviente del cáncer no solamente implica celebraciones y gratitud. La edición de septiembre de Mayo Clinic Health Letter trata sobre los motivos por los que la transición no siempre ocurre con facilidad y sin complicaciones. Aparte del cansancio y otros efectos secundarios de la cirugía o del tratamiento, los pacientes pueden sorprenderse por sentir miedo, incertidumbre, ansiedad, tristeza e irritabilidad.

Entre los temas comunes de angustia pueden estar:

Temor a la reaparición del cáncer. Muchos supervivientes de cáncer dicen que antes de las revisiones médicas se sienten como en una montaña rusa de miedo, a la que sigue una sensación de bienestar después de una revisión “exitosa”. A estos pacientes puede ayudarles recibir el apoyo de grupos para supervivencia del cáncer o de comunidades electrónicas.

Expectativas sobre el superviviente. Algunas personas asumen su papel de supervivientes del cáncer participando en eventos públicos, mientras que otros prefieren distanciarse de la enfermedad. Los supervivientes no tienen que amoldarse a las expectativas de los demás sobre lo que significa sobrevivir el cáncer.

Reanudación de las actividades regulares. Reasumir las actividades cotidianas puede ser tanto un alivio como una frustración debido a la falta de energía o de concentración. El equipo de tratamiento del paciente puede ayudarle a desarrollar un plan realista, con objetivos flexibles y alcanzables. Ingerir una alimentación sana, evitar el tabaco, permanecer activo y mantener un peso sano ayudan a recuperar los niveles de energía anteriores.

Reanudación de la actividad sexual. El cansancio, los efectos secundarios duraderos del tratamiento, la ansiedad y la depresión pueden restringir el deseo sexual. Por lo general, la recuperación de la intimidad sexual requiere de tiempo, esfuerzo y mutua comprensión entre la pareja.

Dificultades económicas. El tratamiento del cáncer puede conllevar problemas económicos que contribuyen al estrés y ansiedad de tener que abstenerse o retrasar el tratamiento médico. Cuando los obstáculos económicos interfieren con el tratamiento recomendado, los pacientes deben consultar al equipo de atención médica sobre los recursos disponibles.

 

Seis sugerencias para el éxito quirúrgico

Las evidencias plantean que una preparación activa para la cirugía, llamada pre-habilitación, sirve para minimizar las complicaciones y maximizar la recuperación. La edición de septiembre de Mayo Clinic Health Letter ofrece algunas sugerencias para pre-habilitarse.

Desarrollar fuerza: Mejorar el estado físico antes de la cirugía puede reducir el tiempo de internamiento en el hospital, así como disminuir el riesgo de complicaciones postoperatorias. De manera general, las personas que pueden caminar algunas cuadras o subir varios pisos por las escaleras sin problema enfrentan menos complicaciones después de la cirugía que quienes no son capaces de realizar esas tareas.

Dejar de fumar: Fumar es un factor de riesgo para muchas complicaciones quirúrgicas, entre ellas, dificultades con la incisión, infecciones, neumonía y problemas cardiovasculares. Dejar de fumar, aunque sólo sea pocos días antes de la cirugía, puede ayudar.

Controlar la glucosa sanguínea: En los pacientes diabéticos, las complicaciones pueden reducirse cuando se logra controlar la glucosa sanguínea. La cirugía y la anestesia provocan una respuesta hormonal de estrés que aumenta la glucosa sanguínea. Las personas que no padecen diabetes pueden compensarlo produciendo más insulina, pero el organismo de los diabéticos generalmente no puede compensarlo y ese aumento deriva en hiperglicemia. Además, padecer diabetes aumenta los riesgos posquirúrgicos de cicatrización lenta, infecciones y/o problemas cardíacos y renales. Estos problemas pueden minimizarse cuando la glucosa sanguínea está bien controlada antes de la operación.

Controlar la apnea del sueño: La apnea del sueño aumenta el riesgo de problemas respiratorios y oxigenación sanguínea después de la operación. Los pacientes diagnosticados con apnea del sueño deben informar al equipo quirúrgico sobre el tratamiento continuo que reciben. Los pacientes que roncan fuerte, sufren de congestión nasal constante por la noche o presentan otros síntomas de apnea del sueño deben considerar someterse a una evaluación antes de la cirugía. El equipo quirúrgico puede utilizar un medio de anestesia diferente con los pacientes que padecen apnea del sueño.

Mejorar la alimentación: Lo deseable antes de la cirugía es tener un peso sano, en lugar de estar gordo o mórbidamente obeso. Estar bajo de peso, especialmente si la pérdida de peso fue brusca, priva al cuerpo de las reservas de energía y nutrientes necesarios durante la cirugía y la recuperación. Después de cualquier tipo de cirugía, la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos en las piernas, los que pueden desplazarse hasta los pulmones y provocar una situación potencialmente mortal.

De manera general, es provechoso ingerir más proteína como carnes magras, productos lácteos descremados, pescado, frutos secos y legumbres, así como disminuir la cantidad de grasa, azúcar y sal que se consume.

Controlar el estrés: Los medios para controlar el estrés pueden ayudar con la ansiedad por la cirugía y la recuperación. Técnicas como la respiración profunda y la visualización dirigida pueden reducir la necesidad de analgésicos, disminuir la presión arterial, favorecer la inmunidad e incluso mejorar la calidad de vida.

 

Entender y buscar tratamiento para los trastornos de ansiedad

Si bien sentir ansiedad es una respuesta humana natural y sana ante circunstancias estresantes, cuando los miedos y temores se tornan excesivos o alteran la calidad de vida, lo mejor es considerar una alternativa de tratamiento, dice la edición de septiembre de Mayo Clinic Health Letter. El boletín trata sobre los signos comunes de los trastornos de ansiedad, los tipos de trastornos y por qué es importante el tratamiento.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, que oscilan desde una fobia específica hasta el trastorno de estrés postraumático. Todos los tipos presentan signos y síntomas que giran alrededor de preocupaciones o terrores excesivos y recaen dentro de tres categorías:

  • Pensamientos: la mente puede estar dominada por pensamientos temerosos respecto a lo que podría ocurrir.
  • Sensaciones físicas: la persona puede presentar sensaciones físicas, como taquicardia, sudoración, malestar estomacal y sensación de sofoco, mareo, agitación o inquietud. Algunos pueden interpretar mal esas sensaciones y asociarlas con alguna enfermedad grave. Dichos signos y síntomas físicos pueden exacerbar ciertas afecciones físicas, tales como la migraña o el síndrome del colon irritable.
  • Comportamientos: las personas con trastornos de ansiedad podrían evitar salir fuera de casa por temor a las multitudes, o a veces repetir ciertas actividades, tales como revisar una y otra vez la cerradura de la puerta o llamar repetidamente a los seres queridos varias veces al día. Esos comportamientos pueden disminuir temporalmente la ansiedad, pero con el transcurso del tiempo, generalmente se convierten en parte del problema.

No hay que pasar por alto los síntomas de los trastornos de ansiedad. El primer paso para reducir la repercusión de la ansiedad es buscar ayuda, lo que incluye someterse a una evaluación completa y recibir el diagnóstico correcto. La ansiedad generalmente se ve complicada u opacada por otras enfermedades, tales como depresión, cardiopatía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes y otras afecciones. Vivir con un trastorno crónico de ansiedad puede aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades, entre ellas, accidentes cerebrovasculares y cardiopatías coronarias.

El tratamiento podría incluir aprender nuevos métodos para lidiar con las situaciones, conversar con un terapeuta o administrarse medicamentos.

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