El control regular de la colangitis esclerosante primaria puede ayudar a manejar los síntomas y detectar pronto las complicaciones
ESTIMADA MAYO CLINIC:
A mi marido de 48 años, el mes pasado le diagnosticaron colangitis esclerosante primaria. ¿Significa eso que terminará requiriendo un trasplante de hígado, o algunas personas que la tienen nunca llegan a ese punto? Él ha sufrido del síndrome del colon irritable durante años y me gustaría saber si ambas afecciones están relacionadas.
RESPUESTA:
La colangitis esclerosante primaria, o CEP, no se vincula con el síndrome del colon irritable; pero puede relacionarse con otra afección ampliamente denominada enfermedad inflamatoria del intestino, o más específicamente, colitis ulcerosa. Su marido debe someterse a las pruebas para colitis ulcerosa, si todavía no lo ha hecho. Si bien muchas personas con colangitis esclerosante primaria terminan requiriendo un trasplante de hígado, ese no es el caso de todos. El control regular y el seguimiento médico pueden ayudar a manejar los síntomas y detectar pronto las complicaciones de la CEP.
La colangitis esclerosante primaria afecta los conductos que transportan el jugo digestivo de la bilis al intestino delgado. En algunas personas con CEP, la inflamación produce fibrosis dentro de los conductos biliares, lo que los endurece y estrecha. Con el transcurso del tiempo, eso puede ocasionar daños graves en el hígado.
La colangitis esclerosante primaria generalmente avanza de forma lenta. A medida que avanza, la enfermedad puede derivar en repetidas infecciones capaces de conducir a la aparición de tumores en los conductos biliares o en el hígado. En última instancia, la CEP puede ocasionar insuficiencia hepática. En promedio, demora alrededor de 10 años hasta que las personas con colangitis esclerosante primaria requieren un trasplante de hígado; sin embargo, la velocidad con la que la CEP avanza varía ampliamente. Algunas personas que padecen esta enfermedad tienen un tiempo de vida normal y nunca avanzan a la insuficiencia hepática ni requieren un trasplante.
A fin de controlar la enfermedad de su marido a partir de este momento, él debe trabajar con un hepatólogo, médico especializado en trastornos hepáticos. En base a una cantidad de factores clínicos y de laboratorio, dicho especialista puede ayudar a calcular el riesgo de insuficiencia hepática de su marido y encargarse de coordinar el control incesante que él necesita.
Si su marido nunca se ha sometido a una colonoscopia, entonces debe hablar con el hepatólogo para que se le realice una ahora a fin de determinar la presencia de una colitis ulcerosa subyacente. Se recomienda obtener biopsias al azar del tejido del colon, incluso ante una apariencia normal de la mucosa, porque la colitis ulcerosa en las personas con colangitis esclerosante primaria puede ser muy leve al principio y no aparente sin muestras tisulares.
Aparte de controlar la afección, el hepatólogo también puede ayudar a su marido a manejar los síntomas y complicaciones de la colangitis esclerosante primaria, tales como cansancio, comezón e infecciones. Por el momento, el trasplante de hígado es el único tratamiento capaz de curar la colangitis esclerosante primaria. En el trasplante hepático, los cirujanos extraen el hígado enfermo y lo reemplazan con otro sano de un donante. El trasplante de hígado generalmente se reserva para quienes sufren insuficiencia hepática o enfrentan otras complicaciones graves de la CEP. Si bien es raro, no es imposible que la colangitis esclerosante primaria reaparezca incluso después del trasplante.
De ser posible, su marido debe pensar en consultar con un hepatólogo de un centro médico académico que cuente con una fuerte división de hepatología, porque los especialistas de dichos centros pueden ofrecerle la atención médica más actualizada. Además, esos centros generalmente tienen acceso a ensayos clínicos enfocados en nuevas alternativas de tratamiento.
A pesar de que actualmente no exista una terapia médica específica ya autorizada para la colangitis esclerosante primaria, están en curso varios ensayos clínicos que estudian tratamientos para la CEP, con más en camino. Dichos ensayos pueden ser una manera excelente de que las personas con colangitis esclerosante primaria obtengan un tratamiento posiblemente provechoso algunos años antes de que salga la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
Dra. Elizabeth Carey, Gastroenterología y Hepatología de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona