• Varios factores deben considerarse antes del tratamiento del esófago de Barrett

ESTIMADA MAYO CLINIC:
Mi marido tiene 68 años y acaban de diagnosticarle esófago de Barrett. El médico dijo que se trata de una displasia de bajo grado y que el tratamiento por ahora puede ser sin cirugía, pero que será necesario operarle en el futuro. Nos preocupa que esta afección termine por convertirse en cáncer de esófago y deseamos saber si es necesario considerar la cirugía ahora.

Ilustración del esófago normal (arriba) y del esófago de Barrett (abajo)
Ilustración del esófago normal (arriba) y del esófago de Barrett (abajo)

RESPUESTA:
Antes de que usted y su marido decidan el tipo de tratamiento que desean, hay que considerar atentamente varios factores y discutirlos con el gastroenterólogo.

Ante todo, la manera de diagnosticar la afección es fundamental. En el esófago de Barrett, se presenta un cambio en el color y en la composición de las células que revisten la porción inferior del esófago. El tejido esofágico normal es pálido y lustroso, mientras que el esófago de Barrett muestra un tejido rojo y aterciopelado. Cuando se descubre esófago de Barrett, hay que obtener muestras (biopsias) para determinar el grado de los cambios tisulares.

El esófago de Barrett normalmente recae dentro de una de tres categorías: cuando la afección está presente, pero al examinar las muestras tisulares no se encuentran cambios precancerosos en las células, la clasificación es de displasia; cuando las células muestran pequeñas señales de cambios precancerosos, la clasificación es de displasia de bajo grado; y, cuando las células muestran muchos cambios, la clasificación es de displasia de alto grado.

A fin de clasificar con exactitud el esófago de Barrett, es preciso examinar gran cantidad de muestras tisulares, porque eso garantiza que no se pasen por alto cortes de tejido que podrían mostrar displasia de alto grado. A medida que más extensión del tejido esofágico esté afectada, más importante es obtener la cantidad adecuada de muestras. Además, el médico que realiza el procedimiento debe examinar muy atentamente cualquier protuberancia o bulto en el esófago que volvería preocupante el hallazgo de displasia de bajo grado.

Consulte al médico de su marido cómo se realizó el diagnóstico. Además, confirme que las biopsias hayan sido interpretadas por dos patólogos, porque la displasia de bajo grado suele ser difícil de diagnosticar. Si desea, también puede solicitar que otro patólogo revise las muestras tisulares de su marido a fin de garantizar que el diagnóstico sea correcto. Por otro lado, puede asimismo consultar con un experto en esófago de Barrett para revisar en detalle la situación de su marido.

Si se confirma el diagnóstico de displasia de bajo grado, entonces es posible que su marido solamente requiera controles para seguir el curso de la afección con el tiempo. Si la afección avanzase a displasia de alto grado, entonces se recomendaría tratamiento, el mismo que puede incluir una cirugía para extirpar el tejido afectado, aunque normalmente eso no es necesario.

Anteriormente, las investigaciones parecían mostrar que el riesgo de que la displasia de bajo grado avanzase a cáncer de esófago era de alrededor de 5 por ciento; pero un estudio muy reciente reveló que el riesgo es mucho mayor, de aproximadamente 20 por ciento. Esos resultados todavía no se han confirmado, por lo que es difícil saber el riesgo verdadero. En contraposición con el riesgo de avanzar hacia cáncer, en algunas personas con displasia de bajo grado parece que la afección desaparece sin ningún tipo de tratamiento.

A fin de ayudarles a tomar decisiones sobre el tratamiento, pueden ustedes considerar la realización de pruebas genéticas. Los últimos análisis para examinar anomalías genéticas podrían ser valiosos para determinar si la afección de su marido corre más riesgo de avanzar hacia cáncer. Además, valdría la pena conversar con el gastroenterólogo de su marido respecto a las posibles terapias que pueden aplicarse por ahora, a fin de reducir la probabilidad de que la enfermedad avance hacia una displasia de alto grado o a cáncer de esófago.

Dr. Kenneth Wang, Gastroenterología y Hepatología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

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