ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Qué es un “mini accidente cerebrovascular” y en qué se diferencia del accidente cerebrovascular normalmente conocido? Mi madre sufrió recientemente un mini accidente cerebrovascular, pero los síntomas desaparecieron y ahora parece encontrarse bien. ¿Corre mi madre más riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular?
RESPUESTA:
La afección que usted describe se llama accidente isquémico transitorio, o AIT. Los síntomas de un AIT aparecen y desaparecen, e igual que ocurrió con su madre, no ocasionan problemas duraderos. Sin embargo, nunca se debe ignorar un AIT porque éste puede aumentar de forma significativa el riesgo de sufrir un futuro accidente cerebrovascular.
Existen dos tipos principales de accidentes cerebrovasculares: el isquémico y el hemorrágico. Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos ocurren cuando se produce un sangrado en el tejido cerebral. Éstos suelen ser mucho menos comunes que los accidentes cerebrovasculares isquémicos que ocurren cuando una arteria obstruida interrumpe la provisión de sangre al cerebro. El tipo isquémico es el que se presenta en aproximadamente 85 por ciento de todos los casos de accidentes cerebrovasculares.
En el AIT, el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe debido a un coágulo u otro obstáculo en la arteria. El cuerpo a veces logra disolver el coágulo y la sangre vuelve nuevamente a circular hacia el cerebro. Eso significa que las personas que sufren un AIT normalmente presentan los mismos síntomas que los de un accidente cerebrovascular isquémico, pero dichos síntomas pasan dentro de un período corto. La mayoría de accidentes isquémicos transitorios sólo dura pocos minutos, aunque los síntomas del AIT pueden a veces continuar durante una hora o más, antes de desaparecer.
Los síntomas del accidente cerebrovascular isquémico y del AIT incluyen debilidad repentina en la cara, brazo y pierna; entumecimiento súbito de la cara, brazo o pierna; dificultad que se presenta de improviso para hablar o entender a los demás; y/o dificultad repentina para ver o caminar.
Es fundamental no ignorar jamás estos síntomas porque la persona debe recibir inmediatamente atención médica de emergencia, y esto aplica igual en los casos en que los síntomas desaparecen, como ocurre en el AIT. Cuando los síntomas conducen a un accidente cerebrovascular completo, hay tratamientos que pueden prevenir problemas duraderos, pero sólo si se administran de inmediato. Cuando los síntomas desaparecen por sí solos, los médicos cuentan con maneras de reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en el futuro.
En la persona que sufrió un AIT o un accidente cerebrovascular isquémico, se pueden realizar exámenes para lograr identificar el motivo de la obstrucción en la arteria. Existen muchas causas posibles para un AIT o un accidente cerebrovascular isquémico, tales como: la formación de un pequeño coágulo en el corazón que luego se desprende y llega a una arteria cerebral donde queda atascado; la formación de un coágulo en la porción estrechada de una arteria (debido a la acumulación de depósitos grasos que contienen colesterol y se conoce como placa) que luego se desprende e interrumpe la provisión sanguínea al cerebro; o la obstrucción de la arteria debido a una anomalía en la sangre que produce excesiva coagulación.
Una vez descubierta la causa subyacente del AIT o del accidente cerebrovascular isquémico, los médicos pueden determinar la mejor táctica para prevenir que ocurra un futuro accidente cerebrovascular. En algunos casos, el tratamiento posiblemente implique administrar medicamentos, tales como aspirina, warfarina u otro anticoagulante, a fin de hacer menos probable la formación de coágulos. En otras situaciones, se puede recurrir a un procedimiento como la angioplastia para destapar la arteria obstruida, o también podría requerirse una operación para despejar los depósitos grasos de las arterias que conducen al cerebro.
La evaluación y el tratamiento son fundamentales para prevenir otro accidente cerebrovascular en el futuro. Además, hacer ciertos cambios en el estilo de vida puede ayudar. Por ejemplo, controlar el colesterol alto, la presión arterial alta y la diabetes puede reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. De igual manera, abstenerse de fumar, mantener un peso sano, beber alcohol sólo moderadamente o no consumirlo, y hacer ejercicio también puede influir en el resultado.
Debido al antecedente de AIT de su madre, es importante que ella revise con el proveedor de atención médica los síntomas del accidente cerebrovascular y los factores de riesgo que tiene, a fin de que se le pueda realizar cualquier análisis necesario. Después, ellos podrán conversar sobre los mejores medios para prevenir un accidente cerebrovascular.
Dr. Robert D. Brown Jr., Neurología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota
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