Estudio de Mayo Clinic descubre diferencia en genes para recurrencia del cáncer de colon entre negros, blancos y asiáticos
ROCHESTER, Minnesota: La composición genética del cáncer de colon y las tasas de supervivencia de los pacientes que padecen la enfermedad difieren según la raza, dice un estudio realizado por los científicos del Centro Oncológico de Mayo Clinic y publicado en la edición de octubre de 2015 de la Revista del Instituto Nacional del Cáncer.
“Estos resultados resaltan más el punto racial en el radar de los investigadores, en el sentido de que la biología del cáncer puede contribuir a disparidades raciales”, comenta el coautor principal del estudio, Dr. Harry Yoon, oncólogo de Mayo Clinic. “A pesar de que es muy pronto para cambiar la forma de tratar a estos pacientes, los resultados obtenidos muestran la necesidad de que los estudios futuros examinen más estrechamente las posibles razones biológicas de tales diferencias”.
Según la Sociedad Oncológica Americana, el cáncer de colon es la tercera causa más común de cáncer masculino y femenino, con un diagnóstico estimado de 93 000 casos en 2015. Desde hace mucho, los científicos saben que las personas de raza negra desarrollan cáncer de colon a edad más temprana y que los negros que padecen cáncer de colon corren más riesgo de fallecer que los blancos, pero ha sido difícil identificar el motivo de las diferencias en la supervivencia.
Por ello, los científicos analizaron los datos de un gran ensayo clínico con más de 3000 pacientes de cáncer de colon en etapa III. El análisis reveló que los tumores de las personas de raza blanca, negra y asiática presentaban frecuencias de mutaciones diferentes en dos importantes genes relacionados con el cáncer, el BRAF y el KRAS, ambos vinculados con peores resultados. Se descubrió también que el cáncer de colon tiene doble probabilidad de recurrir en los pacientes negros que en los blancos, aunque la discrepancia solamente fue evidente en los menores de 50 años.
Algunas de las posibles razones para esta disparidad incluyen factores socioeconómicos, tales como un diagnóstico en etapa más avanzada, menos acceso a atención médica y tratamiento no óptimo.
“Nunca se había examinado tan extensamente la función de la biología de los tumores del colon según la raza”, acota el Dr. Yoon. “Esta biología puede reflejarse en la composición genética de los tumores, así como en la reaparición o no del cáncer y en la velocidad con la que eso ocurre después del tratamiento del paciente”.
El Dr. Yoon y sus colegas concentraron sus esfuerzos en descubrir si el cáncer de colon difería genéticamente según la raza y si las tasas de recurrencia presentaban diferencias raciales. A fin de lograrlo, los científicos examinaron los datos de un gran ensayo clínico, el Alliance N0147, que incluye pacientes con cáncer de colon en etapa III, procedentes de varios centros norteamericanos y sometidos a cirugía para extirpar el cáncer y a quimioterapia posterior.
Como parte del ensayo, los pacientes mismos identificaron su raza como blanca, asiática, negra o afroamericana. Luego, los científicos evaluaron los tumores de los participantes para ver si existía una mutación en los genes BRAF y KRAS relacionados con el cáncer. Además, observaron si el cáncer reaparecía después del tratamiento.
El análisis de los datos reveló que los tumores de los blancos, negros y asiáticos eran diferentes en términos de frecuencia de mutaciones en los genes BRAF y KRAS. Los tumores de los blancos eran doblemente proclives a presentar mutaciones en el gen BRAF, mientras que los negros presentaban con mayor frecuencia mutaciones en el gen KRAS; y los tumores de los asiáticos, por su parte, eran los que mayor probabilidad tenían de mostrar copias normales de ambos genes.
El análisis también mostró que el riesgo de recurrencia del cáncer de colon en los negros duplica al de los blancos, aunque dicha discrepancia solamente se observó entre los pacientes jóvenes, o sea los menores de 50 años. Casi la mitad de los pacientes negros jóvenes presentaron recurrencia del cáncer de colon durante el transcurso de cinco años, frente a solamente 22 a 35 por ciento de los pacientes blancos y asiáticos de toda edad.
Las mutaciones genéticas más comúnmente encontradas en los tumores de las distintas razas no pudieron explicar esa diferencia. Por ello, los científicos realizaron ajustes para varios otros posibles aspectos, tales como la etapa del tumor, el grado de implicación de los ganglios linfáticos, la profundidad de la invasión tumoral, el índice de masa corporal, la ubicación del tumor dentro del colon, los antecedentes de consumo de tabaco, y las anomalías en genes de reparación de desajustes; sin embargo, nada pareció alterar el resultado en los negros jóvenes.
“Debido a que todos los pacientes recibieron tratamiento y su enfermedad se controló dentro de un ensayo clínico, la disparidad no se puede explicar por un tratamiento no óptimo, ni por diferencias en la etapa del cáncer, ni por menos acceso a atención médica”, señala el Dr. Yoon.
“Además de los datos publicados que indican que una cierta cantidad de genes mutan preferentemente en el cáncer de colon de los pacientes negros, en comparación con los blancos, nuestro estudio reveló diferencias en las frecuencias de mutación de los oncogenes BRAF y KRAS que brindan información sobre el pronóstico de los pacientes con cáncer de colon”, dice el Dr. Frank Sinicrope, oncólogo de Mayo Clinic y coautor principal. “Nuestros datos brindan más evidencia respecto a que el cáncer de colon de los negros es intrínsecamente diferente y se vincula con comportamientos clínicos más agresivos en los pacientes negros jóvenes”.
Otros autores del trabajo son la Dra. Qian Shi, el Dr. Steven Alberts, el Dr. Stephen Thibodeau, y el Dr. Daniel Sargent de Mayo Clinic; así como el Dr. Richard Goldberg de la Universidad Estatal de Ohio.
El estudio se financió mediante el Premio al Científico Principal (K05CA-142885) del Instituto Nacional del Cáncer y el Subsidio para Recursos de Especímenes Biológicos (CA-11474) del Grupo de la Región Norcentral para Tratamiento del Cáncer (NCCTG, por sus siglas en inglés), otorgado por los Institutos Nacionales de Salud. El apoyo para los estudios de correlación también provino de fondos no restringidos de Bristol-Myers Squibb, ImClone Systems, Sanofi-Aventis y Pfizer. El estudio se realizó como un ensayo cooperativo del Grupo de la Región Norcentral para Tratamiento del Cáncer y Mayo Clinic, financiado en parte por los subsidios CA-25224 y CA-37494 de los Servicios de Salud Pública, perteneciente al Instituto Nacional del Cáncer, parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos. El estudio también se financió parcialmente con los subsidios del Instituto Nacional del Cáncer a la Alianza para Ensayos Clínicos en Oncología (U10CA180821) y al Centro de Estadística y Datos de la Alianza (U10CA180882).
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