Primero, superemos el impacto del hecho que la cena del Día de Acción de Gracias fácilmente puede llegar a 4000 calorías. Todos podemos comer así en un día cualquiera porque la comida de restaurante llega, sin problema, a la misma cantidad de calorías.
En lugar de concentrarse en la cantidad en sí, ¿por qué mejor no enfocarse en lo saludable que puede ser una cena del Día de Acción de Gracias preparada en casa?
Muchos alimentos que tradicionalmente se comen en la cena del Día de Acción de Gracias son en realidad nutritivos, pero todo depende de cómo se preparen:
El pavo. Es imposible prescindir del pavo en el Día de Acción de Gracias. Por suerte, el pavo es proteína magra y contiene selenio, que es un antioxidante. Además, el pavo casi no contiene grasa saturada, a menos que uno compre el previamente bañado y listo para hornear que viene inyectado con mantequilla o aceite. En lugar de comprar uno de esos pavos, báñelo usted mismo con caldo, vino o jugo bajos en grasa y sal.
El relleno. Prepárelo con pan integral en vez de blanco para aprovechar las ventajas de los cereales integrales. Condiméntelo con hierbas aromáticas y verduras frescas, como zanahorias, cebollas y apio. Puede también preparar el relleno con arroz silvestre, que es otra buena fuente de fibra.
Las vainitas (ejotes, habichuelas o judías verdes). Prepárelas como siempre, pero sin la crema de hongos. Puede también recurrir a otras verduras de color verde, como las coles de Bruselas, los espárragos o el brócoli. Cuézalos al vapor y rocíelos con un poco de ralladura de limón.
Los arándanos agrios. Esta maravillosa fruta está llena de antioxidantes. Procure reducir a la mitad, por lo menos, la cantidad de azúcar de la receta tradicional. Puede también darle nueva vida a esta guarnición, sustituyéndola con semillas de granada, mezcladas con un poco de azúcar, cebolla picada y jugo de limón.
El puré de papas. Ahorre trabajo y déjelas sin pelar porque la cáscara contiene fibra y potasio. Puede también hacer el puré con batatas (boniato, camote) o con zapallos (calabaza) tostados al horno.
El zapallo (calabaza). Tueste en el horno esta verdura repleta de vitamina A y sorpréndase con su sabor naturalmente dulce. Trocee el zapallo en cubos pequeños o en pedazos con forma de media luna y mézclelos con un poco de aceite de oliva y hierbas frescas; luego, distribúyalos equitativamente sobre una bandeja para el horno y tuéstelos hasta que estén suaves y los bordes tostados. Si desea reducir calorías, sustituya por zanahorias que también puede tostar al horno con la misma receta.
La salsa. Gracias a que uno de los ingredientes es el jugo de la carne o del ave, la salsa contiene vitaminas. Si desea reducir las calorías, intente prepararla con menos grasa… No echará de menos las calorías adicionales.
Con porciones razonables y unas pocas sugerencias culinarias creativas usted puede quedar contento, satisfecho y agradecido de empezar a celebrar las fiestas.
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