El liquen escleroso requiere cuidados continuos
ESTIMADA MAYO CLINIC:
Hace poco más de dos años, me diagnosticaron liquen escleroso vulvar. El médico me recetó una crema tópica que todavía uso, entre 1 o 2 veces por semana. Nunca regresé para otra revisión médica, pero acabo de leer que debería ir regularmente a un examen porque esta afección puede causar cáncer de la vulva. ¿Con cuánta frecuencia recomiendan ustedes que yo vaya al médico?
RESPUESTA:
Gracias por su pregunta. Debido a que se trata de una afección crónica, la mayoría de las mujeres con liquen escleroso vulvar necesitan tratamiento a largo plazo. Por el momento, no existen pruebas claras respecto a que el liquen escleroso realmente aumente el riesgo para cáncer de la vulva, pero tal vez haya una pequeña posibilidad de que el cáncer se desarrolle. Por lo tanto, usted necesita evaluaciones regulares de seguimiento, según la recomendación médica. Mientras sus síntomas estén bien controlados con la crema que usa, una revisión con el médico de cabecera cada 6 o 12 meses probablemente baste para controlar adecuadamente la afección.
El liquen escleroso puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Es más común en la piel de la vulva, en el prepucio del pene y en la piel alrededor del ano. El liquen escleroso vulvar produce unas manchas de color claro y que pican en la piel de la vulva. Al principio, esas manchas de la piel pueden tener una apariencia brillosa y lisa; pero luego las manchas se arrugan y afinan. Esa piel fina puede desgarrarse, magullarse o sangrar con facilidad, ocasionando muchas molestias. Con el tiempo, también pueden quedar cicatrices en la piel, las que asimismo pueden conducir a sentir dolor en las relaciones sexuales y dolor o dificultad al orinar o defecar.
Cualquier persona de su edad puede tener liquen escleroso, pero las mujeres posmenopáusicas son las más frecuentemente afectadas. No se entiende bien cuál es la causa de esta afección. Puede haber una relación con los cambios hormonales del cuerpo, o también podría ser un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a sus propios órganos o tejidos sanos. Es importante recordar que el liquen escleroso no es producto de un virus, ni es una enfermedad de transmisión sexual; tampoco es contagioso, ni puede transmitirse de una a otra persona.
El tratamiento más común para el liquen escleroso es una crema de corticosteroides de venta bajo receta médica. Ese medicamento suele poner fin a la comezón y las molestias, además de evitar la formación de cicatrices. Cuando se usa la crema de corticosteroides por primera vez, normalmente hay que aplicarla a diario sobre las zonas afectadas de la piel durante varias semanas. Una vez que los síntomas están bajo control, muchas mujeres necesitan continuar usando la crema de corticosteroides de forma prolongada, entre 2 y 3 veces por semana, para evitar que los síntomas reaparezcan. En la mayoría de los casos, no es necesario ningún otro tratamiento.
Por el momento, no se entiende claramente la conexión entre el liquen escleroso vulvar y el cáncer de la vulva. Algunos estudios parecen mostrar que puede haber una pequeña probabilidad de que la piel afectada por el liquen escleroso corra más riesgo de desarrollar cáncer; sin embargo, los resultados de otros estudios no han descubierto la misma correlación.
Es importante ver al médico de cabecera con regularidad para que ese profesional pueda confirmar que el tratamiento del liquen escleroso está funcionando. El proveedor de atención médica también puede revisar si hay efectos secundarios del tratamiento y vigilar cualquier otro cambio nuevo de la piel que amerite más evaluación. Por lo general, se recomienda un examen de seguimiento cada 6 o 12 meses. Comuníquese con su médico para decidir el horario de seguimiento más adecuado para su situación.
Dra. Beatriz Stamps, Ginecología de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona.