ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Qué recomiendan ustedes para alguien con linfedema en la pierna que no responde a las vendas ni a la compresión? ¿En qué punto es la cirugía para reducir la hinchazón una opción razonable?
RESPUESTA:
El pilar del tratamiento para el linfedema es la terapia conservadora, que no implica cirugías, y normalmente empieza con la aplicación de vendas y compresión. Cuando eso no funciona, existen otras alternativas no quirúrgicas que también pueden emplearse; aunque cuando no hay mejoría después de la aplicación rigurosa del tratamiento conservador, puede ser necesario considerar una cirugía.
El linfedema afecta al sistema linfático, que es parte del sistema inmunitario del cuerpo. El sistema linfático hace circular la linfa por todo el cuerpo y va recolectando bacterias, virus y productos de desecho; además, transporta a la linfa y a esas sustancias por los vasos linfáticos hacia los ganglios linfáticos, donde las células que combaten infecciones luego filtran los productos de desecho.
El linfedema se presenta cuando los vasos linfáticos no transportan adecuadamente la linfa. Eso normalmente ocurre debido al daño o a la extracción de los ganglios linfáticos por motivo de una infección, un traumatismo, un tratamiento contra el cáncer o una cirugía. Cuando la linfa no circula con normalidad, se produce acumulación de líquido y eso provoca hinchazón, más frecuentemente en el brazo o la pierna. Si el problema no se trata pronto y bien, la acumulación de linfa termina por formar depósitos sólidos de grasa y fibra en las zonas afectadas por el linfedema. Eso puede dificultar el tratamiento eficaz de la afección y, por lo tanto, aumentar la probabilidad de necesitar una cirugía.
La terapia de compresión normalmente es el tratamiento de primera línea para el linfedema, e implica vendar todo el brazo o la pierna con una venda apretada u otra prenda de compresión para reducir la hinchazón y promover la circulación de la linfa.
Cuando vendar no es suficiente, puede resultar útil un método conocido como terapia descongestiva compleja que incluye vendar y aplicar otras técnicas, como masaje, ejercicio y cuidado de la piel, a fin de aliviar la hinchazón. El médico también puede recomendar un dispositivo que aplica presión sobre la extremidad para hacer circular la linfa: esos dispositivos de compresión normalmente se componen de una manga que se coloca en el brazo o la pierna y de una bomba que la infla intermitentemente para ejercer presión.
En los casos en que no se observa mejoría con la terapia descongestiva, el siguiente paso en el tratamiento muy probablemente sea la cirugía. Algunas de las técnicas quirúrgicas para el linfedema deben realizarse cuando la afección todavía se encuentra en la fase líquida, antes de la aparición de depósitos sólidos en la zona afectada. El retraso en el tratamiento permite la acumulación de sólidos y eso puede requerir de métodos quirúrgicos más complejos y, con el paso del tiempo, hacer que el linfedema sea más difícil de tratar.
Las técnicas quirúrgicas que pueden aplicarse para tratar el linfedema mientras se encuentra en la etapa líquida son tres: la transferencia ganglionar vascularizada, la anastomosis linfática-venosa y el baipás linfático-linfático.
En la primera técnica, la transferencia ganglionar vascularizada, se libera el tejido fibroso que obstruye a la linfa y se transfiere a la zona afectada un colgajo donado de tejido blando que contiene componentes del sistema linfático. En la segunda técnica quirúrgica, la anastomosis linfática-venosa, se conectan los vasos linfáticos existentes a los capilares aledaños para permitir que el exceso de linfa desemboque directamente en las venas. En la tercera técnica, el baipás linfático-linfático, se hace una conexión entre los vasos linfáticos de la extremidad afectada con otros vasos linfáticos donados que funcionan normalmente.
Cuando el linfedema avanza hasta el punto en el que empiezan a acumularse sólidos en la extremidad, hay que emplear otros procedimientos quirúrgicos para extraer el material. Sin embargo, esas técnicas no tratan la causas subyacentes del linfedema y, por lo tanto, todavía puede ser necesaria la compresión u otra terapia después de la cirugía. En algunos casos, la cirugía para extraer los depósitos sólidos puede combinarse con las técnicas quirúrgicas antes mencionadas a fin de resolver el linfedema.
El procedimiento quirúrgico correcto para el linfedema varía según la situación personal, aunque el diagnóstico y la evaluación adecuados permiten aplicar las técnicas quirúrgicas para tratar el linfedema de forma segura y eficaz en muchas personas, cuando se las combina con las terapias integradas para el linfedema.
Dr. Kevin Cohoon, Enfermedades Cardiovasculares de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
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