La falta de sueño puede afectar a la presión arterial

hombre de mediana edad que sufre de insomnio y sentado al borde de la cama en un cuarto oscuro mira al despertador, mientras una mujer duerme profundamente junto a élESTIMADA MAYO CLINIC:
Escuché que tener apnea del sueño puede aumentar la presión arterial. ¿Sube igualmente la presión arterial cuando uno no duerme bien, aunque no tenga apnea del sueño?

RESPUESTA:
Las investigaciones plantean que dormir 5 horas o menos puede, con el tiempo, aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión, o empeorarla. Dormir entre 5 y 6 horas por noche también puede aumentar el riesgo de hipertensión, y eso puede ocurrir con o sin la presencia de la apnea obstructiva del sueño, trastorno en el que la persona repetidamente deja de respirar mientras duerme.

En un estudio de Mayo, se restringió las horas de sueño de los participantes a 4 por noche durante 9 noches; luego, en la segunda parte del estudio, los mismos participantes durmieron 9 horas todas las noches. En el período en el que los participantes en el estudio durmieron 4 horas, el promedio de la presión arterial sistólica (primera cifra) durante la noche fue 10 milímetros de mercurio (mm Hg) más que en la fase de 9 horas de sueño. Además, el descenso normal de la presión arterial que ocurre por la noche no fue tan pronunciado en el período de privación del sueño.

No se entiende bien por qué ocurre eso, pero se cree que el sueño permite regular las hormonas del estrés y ayuda a mantener sano el sistema nervioso. La falta de sueño, con el transcurso del tiempo, puede perjudicar la capacidad del cuerpo de regular las hormonas del estrés y conducir a presión arterial alta.

Casi todas las personas, de vez en cuando, duermen mal una o dos noches; pero si usted constantemente duerme menos de 6 horas, consulte al médico cómo puede mejorar su sueño. Dormir mal no solo se vincula con un aumento de la presión arterial, sino que también repercute bastante sobre la alegría de vivir y se relaciona con otros riesgos de salud, tales como obesidad, diabetes, depresión, riesgo de sufrir accidentes o caídas, e incluso muerte prematura. (Adaptado de Mayo Clinic Health Letter).

Dra. Naima Covassin, Enfermedades Cardiovasculares de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.