Los adolescentes generalmente dejan atrás el síndrome de taquicardia postural ortostática

Ilustración médica del estudio con la mesa basculante para el diagnóstico de taquicardia postural ortostática.  ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Qué es el síndrome de taquicardia postural ortostática y cómo se diagnostica? ¿Se lo puede tratar o no hay más remedio que vivir con él?

RESPUESTA:
El diagnóstico de síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS, por sus siglas en inglés) normalmente se basa en los síntomas y en los resultados de una valoración llamada estudio con mesa basculante. A pesar de que no exista cura para el síndrome de taquicardia postural ortostática, generalmente se lo puede controlar bien con cambios en el estilo de vida y medicamentos. Por fortuna, los adolescentes, grupo muy frecuentemente afectado por el síndrome de taquicardia postural ortostática, suelen dejar atrás el trastorno entre los 20 y los 30 años.

El síndrome de taquicardia postural ortostática afecta al sistema nervioso autónomo que controla las funciones involuntarias del cuerpo, tal como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. En el síndrome de taquicardia postural ortostática, los nervios que regulan el flujo sanguíneo se desequilibran y por ello, no llega suficiente sangre al sitio correcto en el momento indicado. El resultado es la presencia de una variedad de síntomas, incluido taquicardia al ponerse de pie desde la posición acostada.

La frecuencia cardíaca de una persona en reposo generalmente es de alrededor de 70 u 80 latidos por minuto. Normalmente, la frecuencia cardíaca aumenta en 10 o 15 latidos por minuto al ponerse de pie y luego vuelve a bajar. En las personas con el síndrome de taquicardia postural ortostática, la frecuencia cardíaca es considerablemente mayor al ponerse de pie y suele llegar a 30 o 50 latidos por minuto, o más. Eso puede llevar a aturdimiento, mareo y desmayo.

Otros síntomas del síndrome de taquicardia postural ortostática pueden incluir cansancio crónico, dolor de cabeza u otro tipo de dolor crónico y problemas digestivos, tales como náusea y cólicos. Esos síntomas pueden variar de forma considerable entre una y otra persona. Cuando los síntomas parecen apuntar hacia el síndrome de taquicardia postural ortostática, el diagnóstico normalmente se confirma con el estudio de la mesa basculante.

El estudio de la mesa basculante se realiza con el paciente acostado boca arriba sobre una mesa y  sujetado con correas por todo el cuerpo para mantenerlo en su lugar. Después de 30 minutos de estar acostado boca arriba, la mesa se eleva rápidamente para levantar el cuerpo hasta la posición vertical, similar al cambio de la posición acostada a la de pie. Luego, se controla la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante alrededor de 10 minutos. En las personas con síndrome de taquicardia postural ortostática, la frecuencia cardíaca sube más de 30 latidos por minuto cuando se las levanta (40 latidos por minuto o más en los adolescentes), mientras que la presión arterial permanece estable o apenas cambia un poco.

El síndrome de taquicardia postural ortostática empieza en la adolescencia o en los primeros años de la juventud. A pesar de que el síndrome de taquicardia postural ortostática sea una afección crónica, alrededor de 80 por ciento de los pacientes lo supera; hasta que eso ocurra, el tratamiento alivia los síntomas.

Las personas con síndrome de taquicardia postural ortostática tienen los vasos sanguíneos muy relajados y necesitan más líquido para llenarlos a fin de que la sangre fluya adecuadamente; sin embargo, no basta con solo consumir más líquidos, sino que también es necesario ingerir más sal para retener el líquido en los vasos sanguíneos. Además, para las personas con síndrome de taquicardia postural ortostática es igualmente importante evitar la cafeína y el alcohol.

El ejercicio es fundamental. Hacer a diario ejercicio aeróbico moderado, tal como andar en bicicleta, remar o nadar, no solo mejora el estado físico y aumenta el nivel de energía, sino que también reentrena al sistema nervioso autónomo a regular bien el flujo sanguíneo. Usar prendas de vestir que compriman ligeramente los muslos y el abdomen también puede promover un flujo sanguíneo adecuado y reducir los síntomas del síndrome de taquicardia postural ortostática.

Existen varios medicamentos que tratan el síndrome de taquicardia postural ortostática, pero por lo general no surten mucho efecto cuando se implementan sin las otras tácticas de líquido, sal, compresión y ejercicio.

Debido a que el síndrome de taquicardia postural ortostática es un trastorno complicado que puede presentarse de varias maneras, quienes lo sufren tal vez necesiten aplicar diferentes alternativas de tratamiento. A veces, puede ser difícil encontrar un régimen de tratamiento que controle con éxito los síntomas del síndrome de taquicardia postural ortostática. Si usted no responde bien al tratamiento inicial, es importante que continúe atendiéndose y trabaje con un proveedor de atención médica que sepa sobre el síndrome de taquicardia postural ortostática y quien pueda personalizar sus necesidades.

Dr. Jeremy Cutsforth-Gregory, Neurología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.