ESTIMADA MAYO CLINIC:
Tengo 81 años y gozo de buena salud, pero las piernas se me hinchan a veces. No me duelen, ni parece que tengan nada más mal. ¿Cuál podría ser la razón para esto, y sería motivo para ir al proveedor de atención médica?
RESPUESTA:
La hinchazón leve de ambas piernas, sin ningún otro síntoma, es algo relativamente común entre los ancianos y no suele ser grave. Sin embargo, lo recomendable es que el proveedor de atención médica lo vea porque la causa, o las causas, pueden apuntar a un trastorno más grave.
La hichazón de las piernas producida por la retención de líquidos en los tejidos de las extremidades inferiores se conoce como edema periférico. El edema ocurre cuando algo perturba la forma en la que el cuerpo equilibra los líquidos, y eso provoca una fuga de líquido hacia los vasos sanguíneos más pequeños y su acumulación en los tejidos circundantes. Además de la hinchazón, tal vez haya observado que la piel está estirada o brillosa, o que la piel permanece hundida después de presionarla durante 5 segundos por lo menos.
Ese tipo de acumulación de líquido en ambas piernas, incluido los pies, los tobillos, las pantorrillas y los muslos, pero sin otros síntomas, puede deberse a muchas cosas. A veces, ocurre después de haber consumido más cantidad de sal de lo normal el día anterior. La gordura también puede llevar a la hinchazón, igual que permanecer sentado o de pie durante períodos extensos de tiempo y usar medias apretadas.
La hinchazón de las piernas es también un efecto secundario de ciertos medicamentos, como los antagonistas del calcio, los corticosteroides y los antiinflamatorios no esteroides.
Si el proveedor de atención médica le diagnostica edema leve, sin ninguna otra causa inquietante, el tratamiento posiblemente implique lo siguiente:
En ocasiones, la causa escondida del edema puede ser más grave, lo cual es particularmente cierto cuando la hinchazón ocurre en una sola pierna o en conjunto con otros signos y síntomas, como falta de aire, hinchazón abdominal o presión arterial alta.
Las causas potencialmente graves del edema incluyen coágulos sanguíneos en la pierna, problemas con el sistema linfático, enfermedad del hígado o de los riñones, problemas con la tiroides, apnea del sueño, malnutrición e insuficiencia cardíaca. En esos casos, el tratamiento se dirige hacia la causa escondida y suele añadirse a las medidas terapéuticas antes mencionadas.
Haga una cita con el proveedor de atención médica para hablar acerca de sus síntomas. Ese profesional podrá aclarar sus dudas y ofrecerle alternativas de tratamiento para su situación. (Adaptado de Mayo Clinic Health Letter).
Dr. Robert McBane, Medicina Vascular de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
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