• Descubiertas células zombi en cerebros de ratones antes de pérdida cognitiva

ROCHESTER, Minnesota: Las células zombi son aquellas que no pueden morir, pero que tampoco son capaces de realizar las funciones de una célula normal. Estas células zombi, o células senescentes, participan en varias enfermedades relacionadas con la edad y dicha lista acaba de ampliarse con una nueva carta enviada por los investigadores de Mayo Clinic a Nature.

Ilustración de las células senescentes (representadas en color verde)
Las células senescentes (representadas en color verde) ya no funcionan, pero pueden enviar señales inflamatorias a las células aledañas. Estas células participan en varias enfermedades relacionadas con la vejez.

Los científicos informaron que en ratones de laboratorio con enfermedad cerebral, hubo acumulación de células senescentes en ciertas células cerebrales antes de la pérdida cognitiva; pero al prevenir la acumulación de estas células, fue posible reducir la agregación de la proteína tau, la muerte neuronal y la pérdida de la memoria.

“Se sabe que, a medida que avanza el envejecimiento natural, las células senescentes se acumulan en lugares relacionados con las enfermedades propias de la vejez, incluido osteoartritis, ateroesclerosis y trastornos neurodegenerativos como las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson. En estudios anteriores, también se descubrió que la eliminación de las células senescentes en ratones con envejecimiento natural prolongaba el tiempo de vida sana”, explica el Dr. Darren Baker, biólogo molecular de Mayo Clinic y autor experto del trabajo.

En el estudio actual, el equipo usó un modelo que imita algunos aspectos de la enfermedad de Alzheimer.

El Dr. Darren Baker, biólogo molecular de Mayo Clinic, (derecha) y Tyler Bussianestudiante de la Escuela de Posgrado en Ciencias Biomédicas de Mayo Clinic (izquierda)
El Dr. Darren Baker, biólogo molecular de Mayo Clinic y autor experto del trabajo, (derecha) y el primer autor Tyler Bussian, estudiante de la Escuela de Posgrado en Ciencias Biomédicas de Mayo Clinic (izquierda).

“Usamos un modelo de ratón de laboratorio que forma ovillos (similares a telarañas viscosas) de proteína tau en las neuronas y contiene modificaciones genéticas que permiten eliminar a las células senescentes. Descubrimos que al eliminar a las células senescentes, los animales enfermos retenían la capacidad de crear recuerdos, se eliminaban los signos de inflamación, no se formaban los ovillos neurofibrilares y se conservaba la masa cerebral normal”, dice Tyler Bussian, estudiante de la Escuela de Posgrado en Ciencias Biomédicas de Mayo Clinic e integrante del laboratorio del Dr. Baker. Los científicos asimismo informaron que la intervención farmacológica para eliminar a las células senescentes modulaba la acumulación de las proteínas tau.

El Dr. Baker añade que el equipo también pudo identificar el tipo específico de célula que se torna senescente.

“Al observar el tejido cerebral bajo el microscopio, se descubrió que había senescencia en dos tipos de células cerebrales diferentes, llamados microglia y astrocitos. Ambos tipos de células son importantes porque sustentan la salud neuronal y la señalización; por lo tanto, es lógico que la aparición de senescencia en cualquiera de ellas repercuta negativamente sobre la salud de las neuronas”, anota Bussian.

El Dr. Baker explica que el resultado les sorprendió un poco, porque cuando comenzó el estudio, no se había establecido ningún vínculo causal entre células senescentes y enfermedades neurodegenerativas.

“No teníamos idea de que las células senescentes contribuían activamente a la patología de la enfermedad cerebral y, por ello, fue un tanto sorprendente descubrir la propensión de los astrocitos y de la microglia hacia la senescencia”, señala el Dr. Baker.

En cuanto a futuros trabajos, el Dr. Baker explica que este estudio expone las mejores circunstancias, o sea, el hecho de que la prevención del daño cerebral evitó la enfermedad. “Aunque claramente sea imposible aplicar este mismo método de forma clínica, estamos empezando a tratar a los animales después del aparecimiento de la enfermedad y usando nuevos modelos para examinar las alteraciones moleculares específicas que ocurren en las células afectadas”, añade el Dr. Baker.

Aparte del Dr. Baker y de Bussian, otros autores del trabajo son Asef Aziz, exestudiante de medicina de Mayo Clinic, Charlton Meyer de Mayo Clinic, la Dra. Barbara Swenson de Mayo Clinic y el Dr. Jan van Deursen de Mayo Clinic. El Dr. van Deursen ostenta el título de profesor Vita Valley de senescencia celular. Los doctores Baker y van Deursen son inventores con patentes concedidas a Unity Biotechnology por Mayo Clinic y el Dr. van Deursen es uno de los fundadores de Unity Biotechnology.

El financiamiento para el estudio provino de la Fundación Médica Ellison, de la Fundación Glenn para Investigación Médica, de los Institutos Nacionales de Salud, del Centro para Investigación Pediátrica de Mayo Clinic y del Centro para Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic.

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