Preguntas y respuestas: La alimentación y el estilo de vida pueden reducir el riesgo de que la diverticulosis se convierta en diverticulitis
ESTIMADA MAYO CLINIC:
Me diagnosticaron diverticulosis recientemente y deseo saber si hay alimentos que debo evitar por completo y si existen otros que podrían beneficiarme.
RESPUESTA:
La diverticulosis es una afección común que normalmente no produce ningún síntoma. Sin embargo, en algunos casos, la diverticulosis puede transformarse en un trastorno más grave, conocido como diverticulitis. Los estudios han revelado que comer una alimentación con alto contenido de fibra puede servir para prevenir la diverticulitis en las personas con diverticulosis. Otros cambios en la alimentación y en el estilo de vida también pueden hacer una diferencia.
La diverticulosis afecta al tracto gastrointestinal porque forma unas bolsas pequeñas, llamadas divertículos, en la pared del colon. Esta afección se vuelve más común, a medida que la gente envejece y se calcula que alrededor de la mitad de la población estadounidense de 50 años o más tiene diverticulosis. La mayoría de las personas la padecen hacia los 80 años. Una vez que los divertículos se forman, nunca desaparecen.
La diverticulosis, en sí misma, no suele ser notoria. Rara vez, sangran los divertículos y eso da lugar a la presencia de sangre en las heces. Por lo general, la diverticulosis se descubre durante una colonoscopia de rutina o un examen por imágenes, como una tomografía computarizada que se realiza por otro motivo. Se puede tener diverticulosis durante años, sin ninguna complicación o problema. No obstante, cuando uno o más divertículos se inflaman o infectan, la afección se convierte en diverticulitis.
A diferencia de la diverticulosis que no provoca molestias, la diverticulitis puede ser dolorosa. Los síntomas comunes incluyen mucho dolor abdominal, así como fiebre, estreñimiento o diarrea, náuseas y cansancio.
A fin de prevenir la diverticulitis, ingiera una alimentación rica en fibra, con muchas frutas, verduras y cereales integrales. Ese tipo de alimentación suaviza los desperdicios y ayuda a que transiten más rápido por el colon, lo cual reduce la presión sobre el tracto digestivo y, por lo tanto, puede disminuir el riesgo de que los divertículos se inflamen. Los estudios han descubierto que restringir la cantidad de carne roja en la alimentación, sobre todo de carnes procesadas, puede reducir el riesgo de sufrir diverticulitis.
Anteriormente, a la gente con diverticulosis se le decía que evitara los frutos secos, las semillas y las palomitas de maíz, porque se creía que esos alimentos podían alojarse en los divertículos y provocar su inflamación. Sin embargo, no existe evidencia científica respecto a que estos alimentos causen diverticulitis, así que no necesita dejar de comerlos.
Aparte de modificar su alimentación, hay también otras medidas que puede tomar para reducir el riesgo de diverticulitis. Mantenga un peso sano y haga ejercicio con regularidad, porque las personas gordas corren más riesgo de diverticulitis. Los fumadores también tienen más probabilidad de sufrir el trastorno que las personas que no fuman. Por lo tanto, si fuma, este es el momento perfecto para dejarlo.
La hipertensión y el colesterol elevado pueden contribuir a que aumente el riesgo de diverticulitis. Si tiene alguna de esas afecciones, consulte al proveedor de atención médica acerca de cómo puede mantenerlas bajo control.
El consumo regular de antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno o aspirina, puede igualmente aumentar el riesgo de diverticulitis. No obstante, si usted actualmente toma antiinflamatorios no esteroides para otra enfermedad, no los suspenda hasta consultar con el proveedor de atención médica acerca de si es lo correcto en su caso.
Si observa algún síntoma de diverticulitis, comuníquese de inmediato con su proveedor de atención médica. En muchos casos, la diverticulitis puede tratarse con analgésicos de venta libre y antibióticos. Además, posiblemente deba ingerir una dieta líquida durante varios días mientras el colon sana.
Dra. Kellie Mathis, Cirugía de Colon y Recto de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.