Preguntas y respuestas: Examinar riesgo de depresión en adolescentes
ESTIMADA MAYO CLINIC:
En la última cita para la revisión normal de mi hija de 13 años, le dieron un cuestionario sobre depresión, aunque ella no tiene ningún síntoma. ¿Es normal detectar depresión a esa edad? De serlo, ¿cómo se utilizan las respuestas?
RESPUESTA:
La depresión severa es algo común. Se calcula que el año pasado, hasta el 8 por ciento de los adolescentes sufrieron depresión. Cuando la depresión se deja sin tratar, el adolescente puede correr riesgo de sufrir más eventos recurrentes de depresión o puede aumentar el riesgo de suicidio. Los factores de riesgo para depresión varían, pero en general incluyen antecedentes familiares de depresión, edad (es un poco más común en los niños de mayor edad) y sexo (es más común en las niñas que en los niños). No obstante, es importante estar consciente que la depresión también puede presentarse en adolescentes que no tienen ninguno de los factores típicos de riesgo.
En la práctica médica, la norma es que los proveedores de atención médica detecten depresión en todos los adolescentes, a partir de los 12 años de edad. Las preguntas y sus respuestas pueden dar a los proveedores de atención médica una perspectiva acerca de si un adolescente corre riesgo de depresión o no. Además, pueden suscitar una conversación acerca de los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento del adolescente. Vale la pena repetir el cuestionario anualmente, durante toda la adolescencia, para que los proveedores de atención médica puedan vigilar cualquier cambio que tal vez indique mayor riesgo de depresión.
La manera en la que generalmente se detecta la depresión en los adolescentes es a través de un cuestionario sobre la salud del paciente, llamado PHQ-9 M. La letra “M” es para “modificado” y significa que el cuestionario se personalizó a fin de hacerlo idóneo para los adolescentes. El cuestionario es corto, con solamente nueve preguntas que llevan menos de 5 minutos en responder, y cubre temas acerca de cómo se siente el adolescente, el interés que tiene en las actividades, el patrón de sueño y de alimentación, la concentración y los niveles de energía y actividad. Averigua también si el adolescente ha pensando en hacerse daño a sí mismo o en hacérselo a otra persona.
Las respuestas se responden con una escala del 0 al 3 para indicar la frecuencia con la que el adolescente ha presentado cada uno de los síntomas en las últimas dos semanas. Luego, el cuestionario averigua cuán difícil han hecho la vida diaria los problemas allí identificados. Las respuestas se califican y la puntuación total se coloca dentro de una secuencia para la severidad de la depresión, que va desde el extremo inferior correspondiente a nada de depresión hasta el extremo superior que corresponde a depresión severa. En la misma visita, el proveedor de atención médica y el adolescente hablan sobre las respuestas y el significado de la puntuación total.
El PHQ-9 M es un medio útil de descubrir problemas e inquietudes importantes que deben abordarse, tales como sentimientos de tristeza o de fracaso y pensamientos suicidas, que no saldrían a la luz de ninguna otra manera en la cita para revisión normal del adolescente. Además, le brinda al proveedor de atención médica la oportunidad de sondear más y averiguar mayor cantidad de información.
Por ejemplo, cuando un adolescente responde “varios días” en la pregunta acerca de cuán a menudo “se siente mal consigo mismo”, “siente que es un fracaso” o “se ha decepcionado a sí mismo o a sus familiares”, eso incita al proveedor de atención médica a hacer más preguntas de seguimiento. Ambos pueden hablar acerca de qué ocurre en la vida del adolescente que provoca esos sentimientos y de si este asunto sería la señal de un problema mayor.
Si la puntuación del cuestionario muestra depresión, el proveedor de atención médica puede remitir al adolescente a un especialista en salud mental o recomendar otro tratamiento. Es importante anotar que el cuestionario se creó para mostrar si un adolescente corre más riesgo de depresión o de suicidio; no se elaboró como un medio de diagnosticar depresión, ni puede reemplazar a la evaluación minuciosa del proveedor de atención médica.
Es importar detectar la depresión en todos los adolescentes porque esta afección es un problema mental grave que amerita tratamiento. En muchos casos, los síntomas de depresión empeoran o conducen a otros problemas cuando se los deja sin tratar. Cuanto antes se identifica la depresión, antes se la puede abordar y en la mayoría de los adolescentes con depresión, el tratamiento con medicamentos y asesoramiento psicológico puede aliviar muy bien los síntomas y ayudarles a sentirse mejor.
Dra. Elizabeth Cozine, Medicina Familiar de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.