Preguntas y respuestas: La sepsis no controlada puede avanzar a choque séptico
ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Quiénes tienen mayor riesgo de sepsis y cuáles son los síntomas que hay que vigilar? ¿Cuál es la diferencia entre sepsis y choque séptico?
RESPUESTA:
La sepsis es una complicación grave de una infección y generalmente provoca varios síntomas, entre ellos, fiebre alta, frecuencia cardíaca elevada y respiración agitada. Cuando la sepsis no se controla, puede avanzar a choque séptico, afección grave en la que desciende la presión arterial y dejan de funcionar los órganos. La sepsis suele afectar más a los ancianos, los bebés, las personas con sistemas inmunitarios débiles y a quienes necesitan dispositivos médicos.
Cuando se presenta una infección, el cuerpo libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo para combatirla. En algunos casos, esas sustancias químicas provocan una inflamación en todo el cuerpo y esa respuesta inflamatoria es lo que se conoce como sepsis. Cuando no se la trata oportunamente, la sepsis puede avanzar, reduciendo la presión arterial y dificultando la provisión de sangre a órganos vitales. Como resultado, el corazón, los pulmones, el cerebro y los riñones pueden sufrir daños. Si la sepsis continúa, puede producirse un choque séptico, situación mortal en la que los órganos empiezan a fallar y la presión arterial desciende aún más.
Cualquier tipo de infección puede desencadenar una sepsis, pero algunas infecciones, como la neumonía, las infecciones abdominales o renales y las infecciones de la sangre, tienen mayor probabilidad de provocar sepsis.
La edad también es un factor de riesgo importante para la sepsis. Los ancianos y los niños muy pequeños son los que mayor riesgo corren, porque el sistema inmunitario tiende a ser más débil en los ancianos y no está completamente desarrollado en los bebés.
De igual manera, otras personas con sistemas inmunitarios débiles son más vulnerables a la sepsis. Muchas personas tienen sistemas inmunitarios debilitados debido a enfermedades, como diabetes, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y SIDA. Algunos tratamientos médicos también pueden debilitar al sistema inmunitario, como es el caso de los fármacos que se administran después de un trasplante de órgano y de algunos tratamientos oncológicos. Asimismo, una enfermedad seria que amerita hospitalización puede llevar a problemas con el sistema inmunitario y aumentar el riesgo de sepsis.
Las personas que requieren dispositivos médicos, como un marcapasos, una prótesis articular, un catéter intravenoso o una sonda respiratoria, corren más riesgo de sepsis, igual que quienes sufrieron heridas o quemaduras con anterioridad.
La sepsis se desarrolla rápidamente, pero puede ser difícil identificarla en las primeras etapas. Los síntomas incluyen fiebre alta, frecuencia cardíaca acelerada y respiración agitada; pero a medida que la sepsis empeora, puede provocar un cambio brusco en el estado mental, como desorientación o confusión. Una disminución importante en la producción de orina normalmente es un signo de que la sepsis está afectando los riñones y otros órganos vitales.
Cuando alguien sufre una infección y empieza a presentar síntomas de sepsis, es fundamental prestarle atención médica de inmediato. El personal del hospital vigila estrechamente los signos de sepsis en los pacientes, sobre todo en quienes están en el departamento de emergencia y en las unidades de cuidados intensivos. A los pacientes en quienes se diagnostica sepsis, se administra de inmediato mucha cantidad de líquido por vía intravenosa y antibióticos.
Una persona que presenta sepsis posiblemente requiera ingresar al hospital. Aparte de los antibióticos, se puede recurrir a otros medicamentos para tratar síntomas como presión arterial baja. Las personas cuya afección avanza a choque séptico generalmente requieren ingresar a la unidad de cuidados intensivos para recibir oxígeno y líquidos por vía intravenosa, además de que posiblemente necesiten una máquina para ayudarlos a respirar.
Cuanto más se permite avanzar a la sepsis, mayor es la probabilidad de que se convierta en una amenaza mortal. De hecho, los estudios revelan que cuando se empieza con el tratamiento en las primeras horas de aparición de la sepsis, la tasa de mortalidad desciende significativamente. Por lo tanto, es fundamental tratar la sepsis rápido y agresivamente porque cuando se la detecta pronto, generalmente, se la puede manejar bien.
Dra. Alice Gallo De Moraes, Neumología y Cuidados Intensivos de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.