ESTIMADA MAYO CLINIC:
Mi marido tiene estenosis severa en la carótida. A fin de reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, el proveedor de atención médica recomendó un procedimiento para destapar la oclusión en la arteria carótida, pero después nos enteramos que el procedimiento mismo puede ponerlo en peligro de sufrir un accidente cerebrovascular. ¿Existe alguna otra alternativa de tratamiento que no conlleve el riesgo de accidente cerebrovascular?
RESPUESTA:
La estenosis carotídea es una causa común para los accidentes cerebrovasculares, de modo que es fundamental tratar la afección de su marido. Los tratamientos convencionales de la estenosis carotídea pueden conllevar un riesgo pequeño de provocar un accidente cerebrovascular; pero ahora existe un nuevo tratamiento, llamado revascularización arterial transcarotídea (TCAR, por sus siglas en inglés), que utiliza una metodología diferente para destapar la oclusión de la arteria carótida. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular durante este procedimiento probablemente es menor que el de otros métodos.
La estenosis carotídea se produce cuando los depósitos grasos, o placa, ocluyen las arterias carótidas, que son los vasos sanguíneos encargados de transportar sangre al cerebro y al corazón. Una oclusión aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, que constituye una emergencia médica y ocurre cuando la provisión sanguínea al cerebro se interrumpe o reduce significativamente. El accidente cerebrovascular es una de las causas principales de discapacidad permanente en Estados Unidos.
La estenosis carotídea es especialmente peligrosa porque la placa va perdiendo estabilidad a medida que se acumula dentro de la arteria carótida y cuando la oclusión estalla, se liberan pedazos de placa en el torrente sanguíneo. Esos pedazos llegan al cerebro, donde pueden alojarse en un vaso sanguíneo y conducir a un accidente cerebrovascular.
El tratamiento de la estenosis carotídea severa consiste en eliminar la oclusión de la arteria y la manera más común de hacerlo es mediante una cirugía, conocida como endarterectomía carotídea. Esta operación se realiza a través de una incisión en toda la parte frontal del cuello a fin de destapar la arteria carótida y extraer la placa.
Si es muy difícil llegar al sitio de la oclusión mediante la cirugía o el paciente padece más enfermedades que hacen muy peligrosa la operación, otra alternativa es la angioplastia carotídea con la colocación de un estent. En este procedimiento, se introduce en la arteria de la ingle una sonda con un globo diminuto en la punta y se la moviliza hasta llegar a la zona del taponamiento. Una vez allí, se infla el globo para expandir la arteria y así empujar la placa hacia el costado y luego se introduce un espiral de malla, llamado estent, para mantener destapada la arteria.
Ambos procedimientos conllevan el riesgo de que se produzca un accidente cerebrovascular porque, a medida que el cirujano trabaja, la placa se desprende y viaja hasta el cerebro. En la angioplastia, existe además el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en la sonda o que la placa se desprenda y llegue al cerebro, lo cual puede llevar a un accidente cerebrovascular.
La nueva técnica de revascularización arterial transcarotídea es una amalgama de ambas técnicas e implica hacer una incisión muy pequeña en la base del cuello para, desde allí, introducir un estent en la arteria carótida. Mientras se coloca el estent, el flujo sanguíneo en la arteria carótida se revierte temporalmente mediante la introducción de un pequeño dispositivo que extrae la sangre y la desvía a una vena de la pierna, a través de un circuito extracorpóreo.
El circuito externo cuenta con una bomba para movilizar la sangre y un filtro para extraer toda la placa que se podría desprender de la arteria durante el procedimiento. La revascularización arterial transcarotídea permite colocar un estent para destapar la arteria y aliviar la oclusión, al mismo tiempo que cierra el paso al cerebro a todo tipo de resto que pudiese llevar a un accidente cerebrovascular.
Los estudios revelan que la reversión temporal del flujo sanguíneo durante la revascularización arterial transcarotídea no es peligrosa. Además, el tratamiento demostró que conlleva menos riesgo de accidente cerebrovascular que la colocación tradicional de un estent o que la cirugía. Aunque no sea la mejor opción para todos, la revascularización arterial transcarotídea puede ser una alternativa de tratamiento atractiva para muchas personas con estenosis carotídea severa y alto riesgo de accidente cerebrovascular.
Dr. Andrew Oldenburg, Cirugía Vascular de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida.
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