Preguntas y respuestas: Tratamiento de la enfermedad de Graves

Ilustración médica de una glándula tiroides normal

ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Cuál es, normalmente, la mejor alternativa para el tratamiento de la enfermedad de Graves en alguien que está en los 20 años: el tratamiento con yodo radioactivo o la extirpación quirúrgica de la tiroides?

RESPUESTA:
Ambas alternativas mencionadas pueden tratar bien la enfermedad de Graves, pero también eliminan permanentemente la capacidad del cuerpo de producir las hormonas tiroideas, por lo que a partir de ese momento, hay que administrar terapia con hormonas tiroideas a diario. Por ello, antes de estas dos terapias, lo que normalmente se recomienda es un medicamento antitiroideo a fin de conservar la función tiroidea. Antes de proseguir, hable sobre estas tres alternativas con su proveedor de atención médica.

En las personas con enfermedad de Graves, el sistema inmunitario produce un anticuerpo que afecta a las células de la glándula tiroides, que está ubicada en el cuello y produce hormonas. Como resultado de esto, la glándula tiroides produce demasiada cantidad de hormonas tiroideas. Esa afección se conoce como hipertiroidismo.

Ilustración médica de la enfermedad de Graves
La enfermedad de Graves puede llevar a hipotiroidismo y agrandamiento de la tiroides. La ilustración médica muestra la diferencia de tamaño entre una tiroides normal y una tiroides agrandada.

El hipertiroidismo producido por la enfermedad de Graves puede llevar a la presencia de varios síntomas, tales como pérdida no intencionada de peso, taquicardia o latidos irregulares, ansiedad e irritabilidad, temblores en las manos y los dedos, agrandamiento de la tiroides y sensibilidad al calor. En alrededor del 20 por ciento de los casos, la enfermedad causa una inflamación en la parte posterior de los ojos, afección conocida como oftalmopatía de Graves. En raras ocasiones, las personas con esta enfermedad presentan dermopatía de Graves, que consiste en una inflamación de la piel de los pies y parte inferior de la piernas.

La causa principal de la enfermedad de Graves es un proceso autoinmunitario para el que no existe tratamiento. Por ello, el tratamiento de esta enfermedad se concentra en controlar la hiperactividad de la tiroides. Según las recomendaciones de la Asociación Americana de la Tiroides, los pilares del tratamiento para la enfermedad de Graves son los medicamentos antitiroideos, la terapia con yodo radioactivo y la cirugía para extirpar la tiroides. La mejor alternativa para cada uno depende de los síntomas, de la severidad de la enfermedad, del estado médico general y de las preferencias personales.

Los medicamentos antitiroideos normalmente se recomiendan como el primer paso del tratamiento, porque son la única alternativa que mantiene abierta la posibilidad de que la enfermedad entre en remisión y al mismo tiempo conservan la función tiroidea normal. El medicamento que normalmente se receta es el metimazol, cuya función es dificultar la producción corporal de la hormona tiroidea.

En aproximadamente el 40 a 50 por ciento de los casos, los medicamentos antitiroideos llevan a la remisión de la enfermedad de Graves, después de tomarlos a diario durante 12 a 18 meses. Si los análisis luego revelan que la actividad tiroidea ha recuperado los niveles normales, se puede entonces suspender el medicamento. Por otro lado, si la actividad de la tiroides ha disminuido, pero no ha descendido a los niveles considerados normales, no hay peligro en continuar con el medicamento antitiroideo. El medicamento normalmente se administra en una dosis menor, pero por un período más largo.

La enfermedad siempre puede reaparecer, incluso después de haber entrado en remisión. Por ello, se suele programar citas de seguimiento para revisar la actividad de la tiroides cada 6 meses durante los primeros 2 años después de la remisión de la enfermedad. Pasado ese tiempo, las revisiones pueden programarse una vez al año.

La terapia antitiroidea tiene algunos inconvenientes y no es adecuada para todos. Las personas que toman medicamentos antitiroideos necesitan seguimiento regular para controlar estrechamente su estado porque estos fármacos pueden llevar a la presencia de efectos secundarios. Algunos medicamentos antitiroideos, como el metimazol, no son recomendables para las mujeres que desean embarazarse ni que están en el primer trimestre de gestación.

Si su proveedor de atención médica decide que el medicamento antitiroideo no es adecuado para usted, entonces la terapia con yodo radioactivo o la cirugía son alternativas factibles. En la primera alternativa, se le administra yodo radioactivo por vía oral. La tiroides necesita yodo para producir hormonas y al introducir el yodo radioactivo en la tiroides, la radioactividad destruye las células hiperactivas de la tiroides. Los síntomas disminuyen de forma gradual, en el transcurso de varias semanas o meses. La cirugía implica extirpar parte o toda la glándula tiroidea.

Después de la terapia con yodo radioactivo o de la cirugía, probablemente necesite tomar un reemplazo hormonal a diario y durante el resto de su vida para proveer al cuerpo de las hormonas que la tiroides ya no produce.

Dr. Vahab Fatourechi, Endocrinología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.