Consejos de salud: Programa de acondicionamiento físico: 5 pasos para comenzar
¿Estás pensando en comenzar un programa de
entrenamiento? ¡Bien por ti! Estás a solo cinco pasos de un estilo de vida más
saludable.
Escrito
por el personal de Mayo Clinic
Comenzar
un programa de acondicionamiento físico puede ser una de las mejores decisiones
que tomes para tu salud. La actividad física puede reducir el riesgo de padecer
enfermedades crónicas, mejorar el equilibrio y la coordinación, ayudar a adelgazar
e incluso mejorar los hábitos de sueño y la autoestima. Además, otro aspecto
positivo del acondicionamiento físico es que se puede comenzar un programa con
tan solo 5 pasos.
1. Evalúa
el nivel de tu estado físico
Aunque probablemente
tengas una idea de cómo está tu estado físico, tomar mediciones iniciales y registrarlas
puede ayudarte a establecer puntos de referencia para ver tu progreso. A fin de
evaluar tu estado físico aeróbico y muscular, la flexibilidad y la composición
del cuerpo, considera registrar las siguientes medidas:
El pulso antes e inmediatamente después de caminar
1 milla (1,6 km).
El tiempo que tardas en caminar 1 milla
(1,6 km) o 400 metros, o el tiempo que tardas en correr
1,5 millas (2,41 km).
La cantidad de sentadillas y de flexiones de pecho
normales o modificadas puedes hacer por
vez.
Límite hasta el que puedes estirarte hacia adelante
sentado en el suelo con las piernas extendidas al frente.
La circunferencia de tu cintura, justo arriba del
hueso de la cadera.
Tu índice de masa corporal
2. Elabora
tu programa de entrenamiento
Es fácil
decir que vas a hacer ejercicio todos los días, pero necesitarás un plan. Para elaborar
tu programa de entrenamiento, ten presente lo siguiente:
Considera cuáles son tus objetivos para el
acondicionamiento físico. ¿Comienzas este programa para adelgazar o
tienes otra motivación, como prepararte para una maratón? Tener objetivos
claros puede ayudarte a medir tu progreso y a mantenerte motivado.
Crea una rutina equilibrada. El
Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos recomienda hacer al
menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de
actividad aeróbica intensa por semana, o una combinación de actividad moderada
e intensa. Por ejemplo, intenta hacer al menos 30 minutos de ejercicios
aeróbicos la mayoría de los días de la semana. Además, incorpora
fortalecimiento muscular de todos los grupos musculares importantes a una
rutina de ejercicios, por lo menos, dos días por semana.
Comienza de a poco y avanza lentamente. Si
estás recién empezando a hacer ejercicio, comienza con precaución y avanza
despacio. Si tienes una lesión o una enfermedad, consulta con un médico o un
fisioterapeuta para que te ayuden a elaborar un programa de acondicionamiento físico que mejore
progresivamente la amplitud de movimiento, la fuerza y la resistencia.
Incorpora la actividad física en tu rutina diaria. Encontrar
tiempo para hacer ejercicio puede ser todo un reto. A fin de facilitar la
tarea, programa la actividad física como lo harías con cualquier otro
compromiso: planifica para ver tu programa de televisión favorito mientras
caminas en la cinta de andar, lee mientras pedaleas en una bicicleta fija o tómate
un descanso en el trabajo y da un paseo.
Piensa en incluir actividades diferentes. Hacer
actividades diferentes (entrenamiento cruzado) puede evitar que te aburras. El
entrenamiento cruzado con tipos de actividad de bajo impacto, como andar en
bicicleta o hacer ejercicios acuáticos, también reduce las probabilidades de
sufrir lesiones o de usar excesivamente un determinado músculo o articulación.
Planifica alternar entre actividades que se centren en diferentes partes del
cuerpo, como caminar, nadar y hacer fortalecimiento muscular.
Tómate el tiempo para recuperarte. Muchas
personas comienzan a hacer ejercicio con frenesí y hacen actividad física
durante mucho tiempo o de manera muy intensa, para luego verse obligadas a
suspenderla porque les duelen los músculos o las articulaciones, o se lesionan.
Tómate un tiempo entre una y otra sesión para que el cuerpo descanse y se
recupere.
Escríbelo. Un plan escrito puede
mantenerte encaminado.
3. Prepara
tu equipo
Probablemente
empieces por el calzado deportivo, así que asegúrate de elegir uno apropiado
para la actividad que piensas hacer. Por ejemplo, las zapatillas de correr son
más livianas que las de entrenamiento cruzado, que ofrecen más soporte.
Si piensas
invertir en equipo para hacer ejercicio, elige algo práctico, agradable y fácil
de usar. Puede ser buena idea que primero pruebes algunos equipos en un
gimnasio, antes de invertir en el tuyo propio.
Puedes
usar las aplicaciones para ejercicio de los dispositivos inteligentes, u otros
dispositivos de seguimiento, como los que registran la distancia, las calorías
quemadas o controlan la frecuencia cardíaca.
4. Para
comenzar
Ahora
estás listo para la acción. Cuando empieces tu programa de acondicionamiento
físico, ten en cuenta estos consejos:
Comienza lentamente y aumenta de forma gradual. Date
suficiente tiempo para entrar en calor y descansar con una caminata fácil o un
estiramiento suave. Luego acelera a un ritmo que puedas continuar de 5 a
10 minutos sin cansarte demasiado. A medida que aumenta tu resistencia, incrementa
gradualmente la cantidad de tiempo en que haces ejercicios, hasta llegar a 30 o
60 minutos la mayoría de los días
de la semana.
Divide el ejercicio en caso necesario. No tienes
que hacer todo el ejercicio de una sola vez, sino que puedes intercalarlo en tu
actividad a lo largo del día. Las sesiones más cortas pero más frecuentes
también tienen beneficios aeróbicos. Hacer ejercicio en sesiones cortas unas
cuantas veces al día puede adaptarse mejor a tu horario que una sola sesión de
30 minutos. Cualquier cantidad de actividad que hagas es mejor a que no
hagas nada.
Sé creativo. Tal vez tu rutina de ejercicios
incluya varias actividades, como caminar, andar en bicicleta o remar; pero no
te detengas ahí. Ve de caminata el fin de semana con tu familia o a bailar una
noche. Busca actividades que disfrutes para agregarlas a tu rutina de
ejercicios.
Escucha a tu cuerpo. Si sientes dolor, dificultad
para respirar, mareos o náuseas, haz una pausa, porque posiblemente estás
presionando demasiado.
Sé flexible. Si no te sientes bien, date
permiso para tomarte uno o dos días libres.
5.
Controla tu progreso
Vuelve a
evaluar tu estado físico seis semanas después de haber empezado el programa y,
de allí en adelante, cada pocos meses. Podrías notar que necesitas aumentar el
tiempo de entrenamiento para seguir mejorando o quizás te sorprendas gratamente
al darte cuenta de que estás entrenando lo suficiente para alcanzar tus
objetivos.
Si pierdes
la motivación, fija nuevos objetivos o prueba otra actividad diferente. Hacer
ejercicio con amigos o tomar clases en un centro de acondicionamiento físico
también pueden incentivarte.
Comenzar
un programa de ejercicios es una decisión importante, pero no tiene por qué ser
abrumador. Si lo planificas cuidadosamente y regulas el ritmo según tus
posibilidades, puedes establecer un hábito saludable que dure toda tu vida.
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