ESTIMADA MAYO CLINIC:
Hace años, hice que me sacaran de la cara unas manchas de melasma con el tratamiento de luz intensa pulsada. Ahora que fui a hacer una cita con el dermatólogo para la misma afección, me dijeron que no se debe usar la terapia con luz intensa pulsada para el melasma. ¿Cuál es la razón y qué tratamiento debo usar?
RESPUESTA:
Librarse completamente del melasma de la piel puede resultar complicado y como es una afección crónica, es posible que reaparezca después del tratamiento. En realidad, el melasma suele reaparecer pronto con el tratamiento de luz intensa pulsada (IPL, por sus siglas en inglés) que usted menciona. La luz intensa pulsada también conlleva el riesgo de aumentar la temperatura de la piel circundante, lo cual se cree que empeora el melasma. Para tratar el melasma y alcanzar los mejores resultados, por lo general, se combina protección solar con medicamentos tópicos y procedimientos estéticos.
El melasma es una afección común que, generalmente, aparece en la cara y luce como manchas irregulares de pigmento en tono bronceado, marrón o café grisáceo. El melasma afecta a las mujeres con mucha más frecuencia que a los hombres y la gente de piel más oscura también es más proclive a él.
El desencadenante más común del melasma es la luz ultravioleta fruto de la exposición al sol, aunque también puede aparecer como resultado de cambios hormonales por el embarazo o debido a ciertos medicamentos, como los anticonceptivos orales. Hace poco, los estudios descubrieron que el melasma empeora con la luz azul emitida por los focos y las pantallas tanto de computadoras como de otros dispositivos electrónicos. El melasma suele ser un mal de familia y eso apunta hacia la existencia de un componente genético en este trastorno.
Cuando la pigmentación facial empieza a aparecer, es importante acudir donde un dermatólogo para obtener un diagnóstico definitivo, porque el melasma puede ser sutil y lucir como otras afecciones de la piel. Una vez diagnosticado, el objetivo del tratamiento contra el melasma es disminuir la producción de pigmento y eliminar aquellas áreas de pigmentación excesiva que ya aparecieron.
La terapia con luz intensa pulsada para el melasma emplea una luz de amplio espectro que genera calor y se apunta hacia el pigmento para eliminarlo; pero dado que el calor se difunde a todo el tejido circundante, esto puede llevar a complicaciones, incluida una afección conocida como hiperpigmentación postinflamatoria que provoca la aparición de manchas más oscuras. Los estudios revelan que si bien la luz intensa pulsada mejora el melasma a corto plazo, generalmente, hay una recaída en los primeros tres meses.
Últimamente, se ha estudiado al láser fraccionado y no ablativo para el tratamiento del melasma. Este procedimiento con láser repara la piel y elimina el pigmento a través de columnas de calor, pero deja intacta la piel alrededor de dichas columnas. A fin de personalizar el tratamiento de cada paciente, los dispositivos son diferentes y de distinta potencia. A diferencia de la cobertura fija del 100 por ciento de la luz intensa pulsada, estos rayos láser pueden tratar apenas el 5 por ciento de la piel para eliminar lentamente el pigmento, con un riesgo mucho menor de recaída o empeoramiento del melasma.
No obstante, al considerar el tratamiento contra el melasma, los tratamientos tópicos son, en general, la clave del éxito. Esos tratamientos deben usarse antes de cualquier procedimiento con luz o con láser y deben continuarse según las recomendaciones para disminuir el riesgo de recaída. La hidroquinona tópica es la sustancia despigmentante más común que existe y funciona porque reduce la producción de pigmento. El médico puede recomendar combinarla con treinoína, corticosteroides, antioxidantes u otros productos tópicos para más eficacia. En algunos casos, también se puede considerar la exfoliación química superficial para eliminar el pigmento.
Evitar la exposición al sol y proteger la piel contra el sol es absolutamente fundamental para evitar el desarrollo del melasma y conservar los resultados del tratamiento. Es decir, hay que usar un sombrero de ala ancha y gafas de sol para salir al aire libre, así como aplicarse a diario protector solar con factor de protección solar de 50 o más. Lo mejor es un protector solar que contenga un bloqueador físico, como óxido de zinc o dióxido de titanio, y volver a aplicarlo cada 1 o 2 horas.
Los estudios sobre el tratamiento del melasma avanzan y los últimos datos asocian al melasma con inflamación, descomposición de la barrera dérmica y más vasos sanguíneos. Estos resultados pueden guiar las nuevas alternativas terapéuticas. Consulte con su dermatólogo para saber más acerca de los tratamientos tópicos y orales que se avistan en el horizonte.
Dr. Elika Hoss, Dermatología de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona.
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