• Experiencia con los mentores inspira a los becarios de Mayo Clinic a ayudar a otros médicos residentes

La Dra. Suarez-Meade trabajando en el laboratorio de investigación con el equipo

JACKSONVILLE, Florida — Cuando era estudiante de medicina en México, la Dra. Paola Suarez-Meade quería una carrera que comprendiera la investigación y el trabajo clínico. Entre sus profesores, sin embargo, las trayectorias profesionales más comunes implicaban hacer una elección: tratar a los pacientes o estudiar las enfermedades. Su fascinación por las células madre la llevó a buscar una oportunidad de investigación en Estados Unidos con el médico neurocirujano Alfredo Quiñones-Hinojosa, que dirige el Brain Tumor Stem Cell Laboratory (Laboratorio de Células Madre y Tumores Cerebrales) en Mayo Clinic. Al observar su trabajo, tratando  a pacientes con cáncer cerebral y la dirigiendo un laboratorio para descubrir los secretos de tumores devastadores como los glioblastomas, se dio cuenta de que podía desarrollar una carrera que combinara sus dos pasiones.

“Quiero ayudar a la gente a través de mi investigación. Puedes ayudar a millones si encuentras algo interesante, así como a cada uno de mis pacientes uno por uno", afirma la Dra. Suarez-Meade. “Puedo ayudar a más gente si hago ambas cosas”.

Su trayectoria ilustra el importante papel que desempeñan los mentores en la formación de la próxima generación de médicos y científicos. Después de su oportunidad de investigación con el Dr. Quiñones-Hinojosa, quien es presidente de Neurocirugía en Mayo Clinic en Florida, profesor en William J. and Charles H. Mayo y presidente de Neurocirugía en Mayo Clinic, la Dra. Suarez-Meade regresó a Ciudad de México para realizar su pasantía clínica y trabajó como jefa de residentes en Médica Sur Hospital, miembro de la Red de Atención Médica de Mayo Clinic. Ahora, está de vuelta en el laboratorio del Dr. Quiñones-Hinojosa, donde desarrolla sus habilidades de investigación como becaria posdoctoral y estudia el cáncer cerebral. También ayuda a los residentes a dar los siguientes pasos en sus carreras en Estados Unidos y a través de la conexión de Mayo con Médica Sur.

“Para mí, una carrera exitosa significa poder retribuir al mundo de la neurociencia y la medicina, hacer descubrimientos que puedan aplicarse a los futuros pacientes y ayudar a crecer a otros científicos y estudiantes de medicina”, indica.

En Mayo, la Dra. Suarez-Meade cuenta con la tutoría del Dr. Quiñones-Hinojosa y el Dr. Kaisorn Chaichana, en materia de investigación clínica, mientras recopila datos en la sala de operaciones para realizar estudios de mapeo cerebral con el fin de mejorar las cirugías. También está investigando cómo proliferan y migran las células del glioblastoma que invaden el tejido sano, con la orientación del Dr. Hugo Guerrero-Cazares y la Dra. Paula Valentina Schiapparelli.

“Poder ir al quirófano, ver a los cirujanos interactuar con los pacientes y participar en la investigación clínica, todo esto da un significado especial a la razón por la que hacemos ciencia básica”, dice.

En un proyecto, está probando una nueva tecnología de microfluidos desarrollada con Johns Hopkins y patentada por el laboratorio del Dr. Quiñones-Hinojosa. La herramienta puede distinguir las células que se mueven fácilmente a través de canales estrechos, como los que existen en el cerebro, y ha permitido que el laboratorio identifique distintos genes asociados al cáncer cerebral agresivo. La Dra. Suarez-Meade busca determinar si esta tecnología puede utilizarse junto con la cirugía cerebral para comprender la enfermedad de cada paciente y ayudar a los médicos a elegir las quimioterapias más eficaces.

La Dra. Suarez-Meade también se ha convertido en mentora de otros científicos en formación, como Emily Norton, candidata al  doctorado en el programa de neurociencia de la Escuela de Posgrado en Ciencias Biomédicas de Mayo Clinic. Las dos trabajaron juntas en un estudio publicado y se encuentran trabajando en otro. Norton, que estudia la interacción de los tumores cerebrales con las células madre del cerebro, recalca la poderosa influencia de la Dra. Suarez-Meade.

“Su entusiasmo inagotable y sus conocimientos sobre la relación entre la ciencia básica y los problemas clínicos me han ayudado a dar forma a mis objetivos profesionales para trabajar en la investigación en la neurooncología traslacional”, afirma Norton.

La Dra. Suarez-Meade tiene previsto solicitar una residencia en neurocirugía, continuar con su investigación y, finalmente, convertirse en médica y científica con un laboratorio propio que estudie el glioblastoma. Aspira a tener un laboratorio con los mismos enfoques fundamentales que ha presenciado en Mayo Clinic, una combinación de atención médica al paciente, investigación y educación, junto con la misma cultura de colaboración y apoyo científico.

“Mis mentores siempre me preguntan cuál es el siguiente paso y me ayudan a darlo. Eso ha sido muy importante, y quiero lo mismo para la gente a la que capacito”, indica. “Quiero que hagan grandes cosas”.

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