Remodelación estomacal no quirúrgica y con suturas es buena alternativa para terapia contra la obesidad
Para muchos, la posibilidad de perder peso puede ser algo inalcanzable. Cuando no funcionan los planes normales para bajar de peso, ni las dietas, ni las estrategias con ejercicio, o cuando existen otras comorbilidades como presión arterial alta, diabetes, hiperlipidemia (elevada cantidad de grasa en la sangre) y síndrome metabólico, lo que se requiere es un método médico más complejo. A veces, eso significa hacer un baipás gástrico, aunque no toda persona es apta para una intervención quirúrgica de ese nivel.
Existe, no obstante, un punto medio llamado gastroplastia endoscópica en manga. Este tratamiento se lleva a cabo por vía endoscópica y de forma ambulatoria, a través de un endoscopio que se introduce por la garganta, sin necesidad de una incisión quirúrgica.
El procedimiento implica suturar una parte del estómago para estrecharlo y que haya menos capacidad para la comida en ese órgano. A diferencia de algunas cirugías, esta alternativa puede revertirse con la extracción de las suturas, o también es posible reapretar con el tiempo para conservar la durabilidad del procedimiento.
La gastroplastia endoscópica en manga cuenta con la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, pero no se la ha estudiado a gran escala, ni de forma aleatoria, como parte de una terapia combinada contra la obesidad.
Al menos, no hasta el momento.
Los investigadores de Mayo Clinic, junto con otros colegas de varios centros médicos grandes, inscribieron a 209 voluntarios en dos grupos aleatorios: uno de control y otro de tratamiento. Ninguna de estas personas había logrado perder peso con los métodos tradicionales y todos eran entre leve y moderadamente obesos. Al inicio, 85 personas se sometieron a la gastroplastia y estuvieron de acuerdo en hacer cambios tanto en la alimentación como en el estilo de vida; además, se comprometieron a cumplir con esos cambios de por vida.
Los 124 miembros del grupo de control no se sometieron al procedimiento, pero hicieron los mismos cambios en el estilo de vida.
Al cabo de un año, fueron evidentes las siguientes diferencias importantes:
- Los participantes en el grupo de tratamiento perdieron un 13,6 por ciento del peso corporal, comparado con un 0,8 por ciento en el grupo de control.
- En el grupo de tratamiento, el 80 por ciento mostró mejoras en una o más comorbilidades.
- Después de dos años, el 68 por ciento de las personas en el grupo de tratamiento se mantenía con un 25 por ciento o más de pérdida de peso.
- La mitad de las personas en el grupo de control vieron empeorar una o más comorbilidades durante el mismo período.
En ambos grupos, la mayoría de los participantes eran del sexo femenino y la edad promedio era de 45 a 49 años.
Un año más tarde, los participantes en el grupo de control que cumplían con los requisitos pasaron al grupo de tratamiento y obtuvieron resultados similares en cuanto a perder peso.
Básicamente, el 12 por ciento de todo el grupo no pudo continuar en el estudio debido al inicio de la pandemia de COVID-19, que limitó el acceso a consultas presenciales en los centros del estudio. Sin embargo, una cantidad suficiente de participantes pudo continuar para proveer datos confiables.
Los investigadores dicen que los resultados ya publicados en la revista The Lancet muestran que la gastroplastia endoscópica en manga es un tratamiento seguro y eficaz para la obesidad de clase 1 y clase 2, cuando se la combina con una dieta recetada individualmente y un programa de ejercicios. Subrayan también que un tipo de terapia no siempre funciona en todos y que los tratamientos deben ser personalizados.
El estudio contó con el financiamiento de Apollo Endosurgery Inc. y de Mayo Clinic. El artículo sobre el estudio contiene una lista de los autores y de las afiliaciones.
— Bob Nellis