ESTIMADA MAYO CLINIC:
A principios de año y después de un fin de semana de jugar al golf, desarrollé dolor en la muñeca y la parte interior del codo. A pesar de que me apliqué hielo en el área durante unos días, el dolor todavía está presente cuando hago ciertos movimientos o intento levantar algo pesado. ¿Puedo haberme desgarrado algo en el codo mientras jugaba al golf? ¿En qué punto debo ir al médico?
RESPUESTA:
La afección que usted describe parece tratarse del codo de golfista. Es una lesión común que normalmente se relaciona con el exceso de uso y no se limita solamente a los golfistas. Por lo general, tomar medidas de autocuidado suele ser suficiente para tratar el problema; aunque debido a que usted todavía presenta síntomas después de haberse aplicado hielo durante varios días, valdría la pena que acudiera al proveedor de atención médica para una evaluación. Esa persona podrá, entonces, determinar si usted necesita más tratamiento.
El término médico para el codo de golfista es epicondilitis medial y ocurre cuando se dañan los músculos y tendones que controlan la flexión de la muñeca y de los dedos, generalmente a causa de excesiva tensión o de repetida tensión debido a movimientos fuertes de la muñeca o de los dedos. Los golfistas pueden desarrollar esta afección cuando golpean repetidamente la pelota de manera incorrecta o aplican técnicas inadecuadas en el swing.
En muchos casos, el codo de golfista requiere solamente de cuidados caseros: descansar del golf y de otras actividades repetitivas con la muñeca y la mano; aplicar hielo en la zona dolorosa por 15 a 20 minutos cada vez, entre 3 y 4 veces al día, durante varios días; así como tomar antiinflamatorios no esteroides de venta libre, como el ibuprofeno o el naproxeno sódico.
Cuando esas medidas no bastan para aliviar el dolor, entonces es momento de acudir al proveedor de atención médica. Esa persona puede recomendarle que use en el brazo adolorido un tipo de soporte ortopédico, conocido como codera de contrafuerza, que puede reducir la tensión sobre músculos y tendones. El proveedor de atención médica también puede remitirlo a un programa de fisioterapia o de terapia ocupacional donde le enseñen técnicas que ayuden a aliviar los síntomas, así como ejercicios de estiramiento y fortalecimiento. En la mayoría de los casos, no se necesita evaluar ni tratar más allá de ese punto.
No obstante, si el dolor continúa, entonces posiblemente sea necesario hacer exámenes por imágenes para valorar el daño. Un estudio músculo-esquelético con ecografía o una resonancia magnética pueden servir para evaluar si existe algún desgarre en uno de los músculos o de los tendones.
El tratamiento adicional de la lesión puede incluir administrar inyecciones de corticosteroides, las mismas que si bien pueden aliviar el dolor durante un tiempo, en general no son eficaces a largo plazo. Otro tratamiento más novedoso es administrar inyecciones de plasma con alto contenido de plaquetas. El objetivo de ese método es ayudar al tendón a sanar y promover el crecimiento de tejido nuevo y sano.
Cuando el dolor perdura pese a los tratamientos adicionales, puede ser necesario aplicar métodos más invasivos. Una alternativa se conoce como tenotomía percutánea mediante ecografía (TENEX, por sus siglas en inglés). El procedimiento consiste en que el médico, guiado por la ecografía, introduce una aguja en la parte dañada del tendón; luego, la energía ecográfica hace vibrar la aguja tan velozmente que licúa al tejido dañado para que, de ese modo, se lo pueda extraer mediante succión. Cuando los síntomas no mejoran después de la aplicación correcta de otros tratamientos, entonces la alternativa puede ser la cirugía para extraer el tejido dañado.
Una vez que los síntomas desaparezcan, tome medidas para evitar que vuelva nuevamente el codo de golfista. A fin de evitar lesionarse, recurra al entrenamiento con pesas para reforzar los músculos del antebrazo y haga ejercicios de estiramiento antes de ir a jugar al golf. Si usa acero en los palos de golf, considere modernizarlos a los de grafito que reducen la tensión y el estrés sobre las muñecas.
No juegue cuando sienta dolor; si nota alguna molestia en el codo o antebrazo, tómese un descanso. Por último, interésese en su forma de jugar al golf y su swing. Si juega con frecuencia, solicite a un instructor de golf que evalúe su forma de jugar y corrija cualquier hábito inadecuado, porque repetir el swing una y otra vez con mala mecánica plantea un riesgo mayor de sufrir otra lesión.
Dr. Bryan Ganter, Medicina Física y Rehabilitación de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona.
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