ESTIMADA MAYO CLINIC:
A menudo tengo calambres en las piernas y me pregunto si me deberían examinar para enfermedad arterial periférica, puesto que mi padre la tuvo. ¿A qué otros síntomas de la enfermedad arterial periférica debería prestar atención?
RESPUESTA:
La enfermedad arterial periférica (PAD, por sus siglas en inglés) afecta a las arterias que proveen oxígeno y nutrientes a los músculos de las piernas, y provocar calambres en las piernas al caminar es uno de sus síntomas. El término médico para esto es claudicación intermitente, la cual normalmente pasa pocos minutos después de detenerse. Los antecedentes familiares de enfermedad arterial periférica pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, de manera que vale la pena que vaya al proveedor de atención médica y se someta a los exámenes pertinentes.
La enfermedad arterial periférica ocurre cuando se acumula placa en las arterias, lo que las estrecha y, a veces, obstruye completamente. Cuando las arterias se estrechan u obstruyen, el oxígeno y los nutrientes de la sangre no logran llegar con facilidad a los tejidos ni a los músculos. La velocidad con la que la placa se acumula y los síntomas empiezan a aparecer es diferente en cada persona.
Los síntomas de la enfermedad arterial periférica generalmente incluyen tensión, calambres, debilidad o entumecimiento en las pantorrillas, muslos o nalgas al caminar. En ocasiones, esos síntomas pueden conducir a sentir debilidad en la pierna y sufrir caídas. Otros síntomas pueden incluir una sensación fría en la parte inferior de la pierna o en el pie, llagas que no cicatrizan en los dedos, los pies o las piernas, cambios en el color de las piernas, pérdida del vello o crecimiento menos veloz del vello en los pies y las piernas, crecimiento lento de las uñas de los pies, piel brillante en las piernas, pulso débil o ausente en las piernas y pies, así como disfunción eréctil en los hombres.
El proveedor de atención médica puede diagnosticar enfermedad arterial periférica a través de un examen llamado índice tobillo-brazo, que mide la presión arterial en las piernas y la compara con la de los brazos. En las personas que no padecen enfermedad arterial periférica, la presión arterial en las piernas es mayor o igual a la de los brazos, mientras que quienes sufren de enfermedad arterial periférica tienen presión arterial mucho menor en las piernas.
Las personas con enfermedad arterial periférica corren mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. El tratamiento eficaz de la enfermedad arterial periférica generalmente incluye una combinación de cambios en el estilo de vida y de medicamentos; aunque, en algunos casos, es necesario un procedimiento para destapar las arterias.
Una de las mejores cosas que se puede hacer cuando uno padece enfermedad arterial periférica es empezar a caminar con regularidad. Camine durante 30 minutos diarios y al menos 4 o 5 días por semana. Si al principio eso fuese demasiado por el dolor de la pierna, entonces camine hasta el máximo que sea capaz de tolerar, o apenas algo más. Intente caminar un poco más a diario, hasta llegar a 30 minutos. El ejercicio mejorará la salud del corazón y de los vasos sanguíneos porque favorece la provisión de oxígeno a los músculos y, por lo tanto, les ayuda a funcionar mejor y más largo. Caminar también promueve el crecimiento de los vasos sanguíneos.
El colesterol alto es un factor que contribuye a la enfermedad arterial periférica, por lo que controlarlo es fundamental para que el tratamiento tenga éxito. Según cuál sea su situación personal, es posible que necesite una estatina para reducir el nivel del colesterol en la sangre. Alimentarse con una dieta balanceada y mantener un peso sano también pueden ayudar a reducir el colesterol.
La diabetes y la presión arterial no controladas también son otras enfermedades que pueden empeorar la enfermedad arterial periférica. Si usted padece alguna de esas afecciones, consulte al proveedor de atención médica acerca de un plan de tratamiento.
Por último, si usted padece enfermedad arterial periférica y fuma, deje de hacerlo. Fumar contribuye a la constricción y al daño de las arterias, además de que puede empeorar la enfermedad arterial periférica. Si usted fuma, dejarlo es el paso más importante que puede dar para disminuir el riesgo de sufrir complicaciones por la enfermedad arterial periférica. Si tiene problemas para dejar de fumar sin ayuda, consulte al proveedor de atención médica acerca de las opciones para dejar de fumar, incluidos los medicamentos que ayudan a dejar el hábito.
Dr. Fadi Shamoun, Enfermedades Cardiovasculares, Mayo Clinic de Scottsdale, Arizona.
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