ROCHESTER, Minnesota: Los investigadores de Mayo Clinic informan que las mujeres que sufrieron experiencias infantiles adversas o abuso en la edad adulta tienen el 62 por ciento de probabilidad de que se les extirpe los ovarios antes de los 46 años. Dichas extirpaciones obedecen a otros motivos diferentes a la presencia de cáncer de ovario o de elevado riesgo genético para desarrollar cáncer, dice un nuevo estudio publicado hoy en BMJ Open.
En estudios anteriores que examinaron los efectos de la extirpación ovárica en mujeres jóvenes, el equipo investigativo demostró innumerables riesgos para la salud de la extirpación de los ovarios.
“Los resultados actuales plantean que un abuso físico, emocional o sexual predispone a las mujeres a buscar atención médica debido a múltiples síntomas ginecológicos, tales como dolor abdominal o sangrado excesivo. Dichos síntomas ginecológicos potencialmente llevan a que una mujer y sus ginecólogos opten por extirpar los órganos reproductores a edad temprana, incluso cuando estos son completamente normales”, comenta la Dra. Liliana Gazzuola Rocca, médica psiquiatra de Mayo Clinic e investigadora en ciencias de la salud.
“Desgraciadamente, en la mayoría de los casos, los mecanismos psicológicos hacen que esas primeras experiencias de la vida sean inaccesibles para las mujeres, y los ginecólogos tal vez no estén conscientes de la importante conexión entre las primeras experiencias de la vida y los síntomas actuales. La incapacidad de reconocer y hablar abiertamente sobre los antecedentes de abuso puede conducir a cirugías innecesarias y nocivas. Nuestro deseo es disuadir a los cirujanos de ofrecer la extirpación ovárica como una alternativa para prevenir el cáncer en las mujeres sin cáncer de ovario ni variantes genéticas que las predispongan al mismo. La extirpación de ambos ovarios en las mujeres que todavía no han atravesado por la menopausia puede producir depresión, hiperlipidemia, arritmia cardíaca, arteriopatía coronaria, artritis, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y osteoporosis, afecciones que pesan mucho en contra de la extirpación indiscriminada de los ovarios”, añade la doctora.
Los otros problemas relacionados con la extirpación ovárica fueron descubiertos en estudios anteriores y descritos en un comunicado de prensa en 2016.
El término médico para la extirpación de ambos ovarios es ooforectomía bilateral, la cual generalmente se utiliza como medida contra el cáncer de ovario. Los cirujanos que realizan una histerectomía para eliminar varios problemas de salud no cancerosos, a menudo, ofrecen también la extirpación ovárica como un medio de prevenir el cáncer de ovario.
En el estudio actual, el equipo de la Dra. Gazzuola Rocca examinó los expedientes médicos de 128 mujeres menores de 46 años a quienes se les realizó una ooforectomía bilateral en el condado de Olmsted (Minnesota), entre 1988 y 2007. El grupo no incluyó a mujeres con cáncer de ovario, ni sin antecedentes médicos desde hace 15 o más años, ni con alguna discapacidad intelectual grave. Los investigadores compararon a estas mujeres con otro grupo de mujeres de edad similar, pero sin extirpación ovárica. Todos los expedientes de los estudios forman parte del Proyecto Epidemiológico de Rochester, que consiste en una colaboración para vincular expedientes médicos en Minnesota y Wisconsin.
Los investigadores descubrieron que las mujeres que informaron acerca de abuso físico, verbal, emocional o sexual en algún momento previo a la fecha de la cirugía tenían el 62 por ciento de probabilidad de que se les extirpe los ovarios frente a las mujeres que no informaron ningún abuso anterior. El equipo categorizó el abuso mediante una derivación del cuestionario de Experiencias Infantiles Adversas, combinado con la información de los expedientes médicos.
“Estos resultados se suman al conocimiento de que las experiencia de abuso, violencia o abandono de una persona conllevan efectos negativos de mucho mayor alcance sobre varias partes y funciones del cuerpo. En realidad no es tan sorprendente descubrir que el abuso se relaciona con problemas del sistema reproductor, pues hay muchos estudios que revelan vinculaciones psicológicas y fisiológicas”, dice la Dra. Stephanie Faubion, médica internista, especialista en salud femenina y coautora del estudio.
“Lo preocupante, sin embargo, es el hecho de que pese a la existencia de algunas asociaciones, no parece que las experiencias adversas de abuso sean parte de la conversación entre médicos y pacientes cuando se toma la decisión de extirpar los ovarios productores del estrógeno fundamental”, añade la doctora.
Si bien toda situación es única, los autores creen que entender la conexión entre un trauma previo y los posteriores síntomas ginecológicos puede brindar a las pacientes y los proveedores de atención médica otras vías de tratamiento para los problemas ginecológicos.
A través de los expedientes médicos y dentales del Proyecto Epidemiológico de Rochester, los investigadores pueden identificar la causa de las enfermedades y la respuesta de los pacientes con ciertas enfermedades a la cirugía, los medicamentos y otras intervenciones. Además, pueden determinar el posible futuro de los pacientes con determinadas enfermedades o afecciones, tal como predecir la salud y el bienestar de una mujer después de la extirpación ovárica.
Otros autores del trabajo, todos pertenecientes a Mayo Clinic, son:
• Dr. Walter Rocca (doctor en medicina)
• Carin Smith
• Brandon Grossardt
• Dra. Lynne Shuster (doctora en medicina)
• Dra. Elizabeth Stewart (doctora en medicina)
La Dra. Faubion es la directora de la Oficina para la Salud Femenina de Mayo Clinic que copatrocinó el estudio. El Dr. Rocca es el codirector del Proyecto Epidemiológico de Rochester. El Proyecto Epidemiológico de Rochester recibe el apoyo administrativo y económico del Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic.
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Información sobre el Proyecto Epidemiológico de Rochester
El Proyecto Epidemiológico de Rochester consiste en una colaboración entre clínicas, hospitales y otras instituciones de atención médica y dental del sur de Minnesota y oeste de Wisconsin. Fundado en el condado de Olmsted (Minnesota) por Mayo Clinic y el Centro Médico de Olmsted en 1966, esta colaboración ahora abarca 27 condados e incluye, en calidad de primer miembro de la salud pública, a los Servicios de Salud Pública del condado de Olmsted. La colaboración y compartición de información médica convierte a esta zona de Minnesota y Wisconsin en uno de pocos lugares donde se puede llevar a cabo investigaciones poblacionales. Si desea más información sobre el Proyecto Epidemiológico de Rochester, vea su nueva cronología o visite rochesterproject.org.
Información sobre Mayo Clinic
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