• Preguntas y respuestas: Nuevo tratamiento con vapor para la hiperplasia prostática benigna

Ilustración médica de una próstata normal y de otra con hipertrofia prostática benignaESTIMADA MAYO CLINIC:
Hace 4 años, me diagnosticaron hiperplasia prostática benigna. Al principio, no me molestaba, por lo que el proveedor de atención médica recomendó la espera vigilante; pero ahora, me ocasiona algunos problemas y hemos hablado sobre una cirugía. He escuchado que hay un nuevo tratamiento con vapor para la hiperplasia prostática benigna y deseo saber cómo funciona. ¿Tiene algún efecto secundario?

RESPUESTA:
Existen varios procedimientos para el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna (BPH, por sus siglas en inglés), entre ellos, uno relativamente nuevo que emplea vapor para reducir el tamaño de la próstata y aliviar los síntomas. Este tratamiento ha demostrado ser capaz de eliminar el exceso de tejido prostático con un riesgo bajo de efectos secundarios.

La hiperplasia prostática benigna es el agrandamiento de la glándula prostática no relacionado con el cáncer y es una afección común entre los hombres, a medida que envejecen. La glándula prostática se encuentra debajo de la vejiga y el conducto que transporta la orina desde la vejiga, llamado uretra, la atraviesa por el centro. Cuando la hiperplasia prostática benigna recién empieza, puede o no provocar algunos síntomas; pero según la próstata crece con el tiempo, puede obstruir el flujo de orina a través de la uretra y eso causa problemas.

Los síntomas comunes de la hiperplasia prostática benigna incluyen necesidad frecuente o urgencia de orinar, dificultad para empezar a orinar, chorro de orina débil o interrumpido, más micción nocturna e incapacidad de vaciar por completo la vejiga.

El tratamiento de la hiperplasia prostática benigna se enfoca en controlar los síntomas, por lo que, igual que ocurrió en su caso, es común esperar a que aparezcan antes de iniciar el tratamiento. Los medicamentos pueden surtir efecto en la hiperplasia prostática benigna leve a moderada. No obstante, cuando los síntomas se vuelven fuertes y si los medicamentos no los controlan, lo que se recomienda es un procedimiento quirúrgico.

Existen varios procedimientos para el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna. La mayoría de ellos implica extirpar o destruir el exceso de tejido prostático. Algunos ejemplos son los procedimientos que utilizan rayos láser o un asa eléctrica para quemar la próstata desde el interior. Ahora, también existe la terapia con vapor de agua de Rezŭm para achicar la próstata.

El tratamiento con vapor para la hiperplasia prostática benigna se lleva a cabo en el consultorio del proveedor de atención médica y generalmente lleva menos de 15 minutos, sin requerir internamiento hospitalario. En este tratamiento, se introduce por la uretra una aguja diminuta y se la posiciona dentro de la glándula prostática. En 9 segundos, la aguja produce dentro de la próstata una bola de vapor que tiene alrededor de 2 centímetros de diámetro. Todo el tejido tocado por el vapor se destruye y así se elimina el exceso de tejido prostático que provoca los síntomas de la hiperplasia prostática benigna.

Los posibles efectos secundarios del tratamiento de la próstata dependen del tipo de procedimiento empleado. De manera general, las complicaciones de la terapia convencional incluyen infección de las vías urinarias, sangrado, reflujo del semen hacia la vejiga en lugar de salir por el pene durante la eyaculación, disfunción eréctil y, en raras ocasiones, pérdida del control de la vejiga y recrecimiento de la próstata con el tiempo.

Muchos de estos efectos secundarios ocurren porque el tratamiento daña los nervios que rodean la glándula prostática. En el tratamiento con vapor, el riesgo de estas complicaciones es bajo porque el calor no llega a los nervios, por lo que no sufren alteraciones. No obstante, siempre existe el riesgo de infección. Durante un tiempo después de realizado el procedimiento, los problemas con la micción pueden empeorar temporalmente, aunque en la mayoría de los casos, ese efecto secundario no dura.

El tratamiento con vapor es relativamente nuevo, por lo que todavía no hay datos a largo plazo sobre la tasa de éxito; pero en los tres años que ha estado ampliamente disponible, los estudios muestran que en el 90 al 95 por ciento de los hombres tratados con esta terapia, los síntomas de la hiperplasia prostática benigna son significativamente menores o han desaparecido.

Dr. Tobias Kohler, Urología de Mayo Clinic en  Rochester, Minnesota.

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