Estos son los puntos más destacados de la edición de octubre de Mayo Clinic Health Letter.
ROCHESTER, Minnesota — 18 de enero de 2013. Imagine si se pudieran reprogramar las células de la piel y de la sangre para curar un órgano lesionado, o piense en los posibles ventajas que conocer el genoma personal y poder individualizar la atención médica a los propios genes ofrecería a todos los pacientes.
Este tipo de mejoras en la atención médica son el producto final ideal de la investigación traslacional. La edición de octubre de Mayo Clinic Health Letter incluye un informe especial sobre la investigación traslacional y la manera en que conduce hacia tratamientos de avanzada.
Mayo Clinic lidera la investigación traslacional, que a grandes trazos puede describirse como un ciclo de investigación: primero, se observa un problema en el sistema de atención médica; luego, se investiga el problema; y por último, los científicos convierten los descubrimientos en soluciones que benefician a los pacientes.
A continuación se mencionan algunos ejemplos:
ROCHESTER, Minnesota — Los cálculos biliares son comunes y la mayoría de personas no tiene problemas con ellos; pero cuando provocan síntomas dolorosos, lo que generalmente se recomienda es la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, dice la edición de octubre de Mayo Clinic Health Letter.
La vesícula biliar es un pequeño saco con forma de pera, escondido debajo del hígado en la parte superior derecha del abdomen, que sirve de reservorio para la bilis producida por el hígado. Cuando alguien consume alimentos con proteína o grasa, la vesícula biliar se contrae y vacía su contenido de bilis en el intestino delgado, a través de los conductos biliares. La bilis puede perder su equilibrio químico y formar unas partículas duras conocidas como cálculos biliares que, por lo general, se asientan inocuamente en el fondo de la vesícula biliar. En Estados Unidos, alrededor de 10 a 15 por ciento de la población sufre de cálculos biliares, y 75 por ciento de esas personas nunca presenta síntomas ni requiere tratamiento.
No obstante, los cálculos biliares a veces obstruyen la salida de la vesícula biliar, ocasionando un ataque de cálculos biliares que repentinamente produce un dolor moderado o fuerte en la parte superior derecha del abdomen, entre los omóplatos y debajo del hombro derecho. Los cálculos biliares generalmente vuelven a caer dentro de la vesícula biliar, poniendo fin a la crisis; pero el cálculo también puede deslizarse hacia el interior del conducto biliar, sin desprenderse. Otros síntomas podrían ser de fiebre alta y escalofríos, ictericia en la piel y esclerótica (parte blanca del ojo), orina de color oscuro y heces pálidas. Dichos síntomas ameritan atención médica inmediata, porque en algunos casos, el ataque de los cálculos biliares puede derivar en complicaciones mortales.
Cuando los cálculos biliares producen dolor u otros síntomas, 70 por ciento de las veces vuelven a formarse dentro del transcurso de dos años. Por ello, después de uno o dos ataques, los médicos normalmente recomiendan la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, órgano que no es vital. Los cálculos biliares generalmente suelen volver a formarse cuando se los extrae o disuelve con medicamentos.
Después de la extirpación de la vesícula biliar, el hígado continúa produciendo bilis en cantidad suficiente para digerir los alimentos de la comida normal. La bilis, en lugar de almacenarse en la vesícula biliar, sale del hígado y llega al intestino delgado. Después de la operación, la persona puede defecar más veces y las heces también pueden ser más suaves; pero por lo general, esos cambios son temporales.
ROCHESTER, Minnesota — La fractura de las costillas es una de las roturas de hueso más comunes entre los ancianos. A pesar de que no exista un tratamiento directo para las fracturas de costillas sin desplazamiento, tampoco deja de ser importante recibir atención médica para evitar complicaciones graves, indica la edición de octubre de Mayo Clinic Health Letter.
Las fracturas de las costillas pueden ser resultado de algún traumatismo importante, como una colisión vehicular. Las costillas fracturadas y con desplazamiento pueden provocar complicaciones mortales, tales como una punción o daño al pulmón y a otros vasos sanguíneos u órganos vitales. Alrededor de 19 por ciento de los ancianos con tres o cuatro costillas fracturadas muere debido a las complicaciones, indica un estudio.
Por otro lado, las fracturas de las costillas también pueden derivar de circunstancias comunes. Otro estudio realizado en ancianos mostró que 33 por ciento de las fracturas de las costillas se debían a un traumatismo moderado, como caer al piso desde la posición erecta, y que 40 por ciento de las fracturas de costillas no podían atribuirse a un traumatismo identificable ya que posiblemente obedecían a la tensión de toser, a un movimiento repetitivo como el swing del golf y a otros eventos sin ningún traumatismo.
A pesar de que las fracturas de las costillas debidas a un traumatismo leve o moderado, o a un movimiento repetitivo parezcan menos graves, no dejan de ser dolorosas y pueden conducir a complicaciones graves. Es normal sentir dolor al respirar profundo con las costillas rotas, pero si el paciente no puede respirar profundo o toser, aumenta el riesgo de que contraiga pulmonía. De hecho, alrededor de 30 a 35 por ciento de las personas mayores de 65 años con costillas fracturadas contrae pulmonía.
Existen otras complicaciones graves que también pueden ocurrir con las fracturas por traumatismos leves o moderados, tales como la presencia de hematomas o hinchazón en el pulmón, sangrado pulmonar o alrededor de los pulmones y colapso pulmonar, que requieren atención médica rápida. Para tratar estas complicaciones puede ser necesario introducir una sonda en el tórax o realizar alguna otra cirugía, administrar una transfusión sanguínea u ofrecer respiración artificial. Además, un paciente podría requerir atención médica de emergencia debido a mareo, falta de aire y mucho dolor del pecho, sobre todo si el problema empeora.
A pesar de que no constituya una emergencia médica, es importante buscar ofrecer atención a quien se cree que sufrió fracturas en las costillas para determinar el tratamiento y evitar complicaciones. El tratamiento posiblemente se enfocará en controlar el dolor y evitar actividades vigorosas. Cuando las costillas fracturadas no se desplazan, normalmente sanan durante el transcurso de seis semanas y el dolor disminuye gradualmente en el mismo tiempo.
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