• Preguntas y respuestas: ¿Cuál son los riesgos para la salud de comer carne roja procesada?

Carne roja procesada, como perros calientes y salchichas, sobre una parrilla.ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Es verdad que comer mucha carne roja es malo para la salud? ¿Cuáles son los riesgos? Si reduzco el consumo de carne roja, ¿cómo me aseguro de consumir suficiente proteína? 

RESPUESTA:
Los estudios han demostrado que el consumo regular de carne roja, especialmente cuando es procesada, conlleva riesgos para la salud. Aunque no es necesario que suspenda completamente su consumo de carne roja, la mayor parte de su alimentación debe componerse de verduras, frutas, legumbres, frutos secos y cereales integrales. Si consume carne, considere otras alternativas sanas, como pescado o pollo. La mayoría de las personas logra ingerir suficiente proteína sin ningún problema, incluso cuando reducen la cantidad de carne roja.

Una revisión reciente de los estudios acerca del consumo de carne roja analizó 6 estudios que siguieron la pista a más de un millón y medio de personas durante 5½ años y hasta 28 años. La revisión descubrió que consumir regularmente carnes procesadas se relaciona con más riesgo de enfermedades del corazón, cáncer (sobre todo cáncer de colon) y muerte prematura. Las carnes procesadas incluyen tocino, salchichas, perros calientes, jamón, fiambres o carnes frías, carnes enlatadas, cecina y toda carne procesada, curada, fermentada o salada. Este tipo de carnes suele contener alta cantidad de grasa saturada, sodio y nitratos o nitritos, sustancias que parecen conllevar riesgos.

Las carnes procesadas y las carnes rojas son las grandes fuentes de proteína en el mundo occidental, por lo que reducir su consumo podría dar la impresión de que es difícil consumir una cantidad adecuada de proteína. Sin embargo, para la mayoría de adultos sanos, la cantidad diaria recomendada de proteína es de alrededor de 50 gramos (5½ onzas), dependiendo del peso, la edad, el sexo y la actividad física. Esa cantidad de proteína puede obtenerse fácilmente con una alimentación basada en productos vegetales e integrales, como frijoles, arvejas, soja, frutos secos y semillas.

A fin  de mejorar la salud del corazón, otra buena alternativa es el pescado silvestre. La Asociación Americana del Corazón recomienda comer, por lo menos, dos porciones semanales de pescado con alto contenido de ácidos grasos omega 3, como salmón silvestre, sardinas o caballa. Otras fuentes animales de proteína son los huevos, el pollo y los productos lácteos, que también le brindan otra alternativa si no desea seguir una dieta 100 por ciento vegetariana. Si consume proteínas animales, elija las no procesadas que tampoco contienen hormonas ni antibióticos y que son orgánicas, alimentadas con pasto y criadas en pastoreo.

Asimismo, tenga presente que la carne no debe ser la parte principal de la comida. Es decir, una porción de carne no debe exceder de 3 onzas, o aproximadamente el tamaño de un mazo de cartas. En lugar de ingerir porciones grandes de carne, otra alternativa para consumir bastante proteína y fibra es acompañar la comida con legumbres, como frijoles negros, frijoles tiernos de soja (edamame) o fideos hechos con leguminosas. Llene la mitad del plato, por lo menos, con verduras de varios colores para consumir más vitaminas, minerales y antioxidantes. Añada frutas enteras para ingerir más cantidad de esos nutrientes. Por último, procure comer como guarnición media taza, o una porción, de cereales integrales, como arroz integral, quinua o pan 100 por ciento integral.

Si tiene recelo de disminuir el consumo de carne roja, empiece a hacerlo poco a poco. Por ejemplo, intente todas las semanas incorporar en su alimentación varias cenas sin carne. Planifique el menú con platos que permitan fácilmente sustituir la carne por otros alimentos ricos en proteína, como los frijoles, las legumbres o el tofú, a fin de preparar sus recetas preferidas.

No se preocupe si no logra balancear todos los menús. Reducir el consumo de carne roja, especialmente de carnes procesadas, puede ser difícil para algunas personas. No obstante, hasta un cambio pequeño puede hacer gran diferencia en la salud a largo plazo.

Dra. Heather Fields, Medicina Interna para la Comunidad de Mayo Clinic en Scottsdale, Arizona.

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