• Regeneración muscular después de cirugía debida a cáncer

Los avances en la microcirugía hacen posible aprovechar el poder curativo del cuerpo para regenerar la fuerza muscular después de algunas cirugías por cáncer, especialmente cuando se extirpa un sarcoma del tejido blando. En Mayo Clinic, los oncólogos ortopedistas se unen a los cirujanos plásticos para llevar a cabo un procedimiento, al que nombraron “oncorregeneración”, con la intención de perfeccionarlo para transferir un músculo largo a fin de cerrar la herida quirúrgica y después persuadir al músculo a que funcione igual que el sacrificado por el cáncer. La cirugía oncorregenerativa combina la transferencia de músculo libre con el control del dolor y la reconstrucción linfática a fin de restablecer la funcionalidad y, simultáneamente, evitar aquellos daños a nervios y ganglios linfáticos que pueden provocar dolor e hinchazón.

“Una de las razones principales por las que empezamos a hacer esta operación es la calidad de vida después de la cirugía. Aunque los pacientes con sarcoma tenían funcionalidad, se cansaban fácilmente, sobre todo porque debían usar otros grupos musculares para restablecer la funcionalidad anterior. En ocasiones, no basta con quedar bien después de una cirugía por cáncer. Con esta transferencia funcional, se intenta restablecer tanto la forma como la función muscular para que los pacientes puedan recuperar su estilo de vida anterior”, dice el Dr. Matthew Houdek, oncólogo ortopedista de Mayo Clinic.

La Sociedad Americana contra el Cáncer informa que en Estados Unidos, anualmente se diagnostican más de 13 000 nuevos casos de sarcoma del tejido blando y 5000 personas mueren por su causa. Hace pocas décadas, la única manera de tratarlo era mediante la amputación de la extremidad; en los últimos años, en cambio, se podía controlar el cáncer con la sola extirpación del tumor, pero los pacientes solían tener limitaciones en la movilidad debido a hinchazón, dolor y pérdida muscular. 

El procedimiento de Mayo Clinic consiste en una cirugía de colgajo libre que se realiza bajo microscopio con instrumentos de alta precisión, pero más pequeños que la punta de un bolígrafo. Estos microinstrumentos protegen a los vasos sanguíneos, las fibras nerviosas pequeñas y aquellos vasos linfáticos cuyo diámetro puede ser menor a 1 milímetro para que sea posible transferirlos hasta el lugar donde se hizo la resección tumoral. Los nervios y los vasos sanguíneos de un músculo sano se conectan a los nervios y a la provisión sanguínea del lugar donde se extirpó el cáncer de manera muy similar a la colocación de un tapón en un enchufe. Eso provoca regeneración, o sea, el músculo transferido es capaz de funcionar igual que el extirpado.

“Los avances en la técnica microquirúrgica han mejorado lo que se puede reparar y lo que se puede restablecer. Ahora, es factible reconstruir y controlar los nervios de una manera que permite minimizar la probabilidad de sufrir dolor fantasma crónico. Además, se reconstruyen los canales linfáticos para evitar aquella dolorosa acumulación de líquido e hinchazón que limita la movilidad y se conoce como linfedema. Es un gran adelanto para los pacientes”, comenta el Dr. Steven Moran de la División de Cirugía Plástica y Reconstructiva en Mayo Clinic.

Medicina Regenerativa de Minnesota, la iniciativa bipartita de todo el estado para avanzar los estudios, la instrucción y la práctica de la medicina regenerativa, confirió al Dr. Moran y a su equipo un subsidio para examinar más a fondo la capacidad regenerativa de los músculos. El estudio explorará oportunidades para nuevas terapias regenerativas que restablezcan el volumen y la función muscular después de una operación o un traumatismo.

Igual a tener más jugadas en un partido de béisbol

Para Mark Merila, la cirugía oncorregenerativa fue igual a tener más jugadas en un partido de béisbol. Este jugador profesional de ese deporte, de 48 años y entrenador del equipo Padres de San Diego superó un raro tumor cerebral a principios de la década del año 2000 gracias a  quimioterapia y radiación. Después, pasó a trabajar como ojeador de béisbol para el equipo de los Padres y pese a la secuela dejada por el tumor de parálisis en el lado derecho, disfrutaba de una vida activa; pero en el año 2018, en la pierna buena le apareció un bulto que resultó ser un sarcoma agresivo del tejido blando. El Dr. Houdek tuvo que extirparle más del 65 por ciento del músculo cuádriceps izquierdo para extraer todo el cáncer.

Ante el pronóstico de vivir en una silla de ruedas o de caminar con un aparato ortopédico, Merilla optó por la cirugía de colgajo libre. Los doctores Houdek y Moran, conjuntamente, transfirieron un pedazo del músculo dorsal ancho (músculo de la espalda y el hombro) hasta el cuádriceps, donde ahora funciona igual que el músculo normal del muslo.

“¿Ha escuchado el dicho de que un gato tiene nueve vidas? Pues, yo creo que tengo nueve y media. Vencí al cáncer dos veces antes de cumplir 50 años y estoy muy feliz por la oportunidad que tuve de someterme a esta cirugía que me devolvió la capacidad de caminar y, lo más importante, de conducir mi automóvil. La cirugía me regaló una nueva oportunidad para volver a trabajar y reanudar mis actividades normales, aunque sea a paso más lento”, acota Merila.

Si bien las transferencias más frecuentemente realizadas son en grupos musculares de menor tamaño de la parte superior del cuerpo, Mayo Clinic está entre los primeros en realizar con éxito las cirugías de colgajo libre funcional en músculos grandes de la parte inferior del cuerpo.

“Aquello requiere pericia en la reconstrucción linfática, en la reconstrucción nerviosa y en la reconstrucción muscular. Es muy raro encontrar todo esto en una sola institución médica, pero el increíble trabajo en equipo de Mayo Clinic lo hace posible”, acota el Dr. Moran.

“Esto representa un gran adelanto para los pacientes. Hay quienes han vuelto a correr, andar en bicicleta, saltar y hacer prácticamente todo lo que quieren”, añade el Dr. Houdek.

El equipo de Mayo Clinic espera aplicar la cirugía oncorregenerativa a más tipos de transferencias de músculos grandes. En cuando a Mark Merila, él espera que con más fisioterapia, algún día podrá reanudar sus actividades normales, incluido jugar al golf.

El Centro para Medicina Regenerativa en Mayo Clinic apoya el esfuerzo de los médicos y los científicos por impulsar la capacidad del cuerpo para restablecer la forma y la funcionalidad hasta un estado previo a la enfermedad.

Por Susan Buckles

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