Mayo Clinic Health Letter de julio de 2012
Estos son los puntos más destacados de la edición de julio de Mayo Clinic Health Letter.
El tinnitus: maneras de reducir la irritación
ROCHESTER, Minnesota — 13 de septiembre de 2012. El tinnitus o acúfenos, nombre de aquel tintineo, zumbido, silbido o pitido en el oído, no es una enfermedad.
Por el contrario, según la edición de julio de Mayo Clinic Health Letter, se trata de un síntoma de que algo anda mal con el mecanismo de la audición, con los nervios auditivos o parte del cerebro que procesa los sonidos. Generalmente se cree que el tinnitus es resultado de algún daño de las células del oído interno debido a la pérdida auditiva que ocurre con la edad o por la exposición a ruidos altos. El daño deriva en una sensación de ruido realmente inexistente.
El tinnitus puede variar desde una molestia leve y temporal hasta un ruido alto y constante que produce cansancio y problemas para dormir, estrés, dificultades con la memoria, ansiedad, depresión e irritabilidad.
Cuando el tinnitus se presenta debido a la pérdida de la audición o a un daño auditivo, sin que haya ninguna causa subyacente corregible, el tratamiento se enfoca en descubrir maneras de disminuir la irritación y el ruido. Un audiólogo o un especialista en otorrinolaringología podrían recomendar una o varias de las siguientes tácticas:
Un audífono, que ayuda a quien sufre de pérdida auditiva a escuchar mejor los sonidos aledaños, y podría disminuir la concentración sobre el tinnitus.
Ruido para enmascarar, táctica que incluiría usar en el oído un pequeño dispositivo que emite constantemente ruidos suaves, tonos o música. Los aparatos de sonido portátiles podrían ayudar con el sueño, igual que un ventilador o un radio de frecuencia modulada sintonizado entre una y otra estación.
Terapia de reentrenamiento del tinnitus, en la que los pacientes escuchan un ruido estable de bajo nivel que con el tiempo podría desensibilizarlos al tinnitus. Este método generalmente es parte de un programa a largo plazo para controlar el tinnitus y reservado para los casos graves.
Las personas que padecen de un tinnitus molesto deben consultar con un audiólogo o un especialista en otorrinolaringología. A veces, el tinnitus puede tener una causa subyacente factible de tratar y los síntomas podrían disminuir o desaparecer, como por ejemplo cuando se debe al efecto secundario de algún medicamento. Otros factores podrían ser el exceso de cerumen, los problemas de las vértebras del cuello, las alergias, la enfermedad de Meniere, la presencia de líquido en el oído medio o los problemas de la tiroides, además de alguna enfermedad cardiovascular o de un tumor en la cabeza y cuello.
La EPOC quita el aliento, pero el tratamiento puede evitar que empeore
ROCHESTER, Minnesota — 13 de septiembre de 2012. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) literalmente quita el aliento y es causa principal de muerte en Estados Unidos. La EPOC abarca un grupo de enfermedades pulmonares que restringen el flujo del aire durante la exhalación, dificultando la espiración, y entre ellas están la bronquitis crónica y el enfisema. La mayoría de personas con EPOC padece ambas enfermedades.
La edición de julio de Mayo Clinic Health Letter ofrece una revisión de la EPOC y menciona sus causas, síntomas y alternativas de tratamiento.
Causas: la EPOC normalmente se atribuye a la exposición al humo del tabaco y a irritantes del aire durante un período prolongado. Lo más frecuente es que se presente entre las personas que fumaron durante mucho tiempo.
Síntomas: la falta de aire constante y la tos crónica que dura más de tres a seis semanas podrían ser señales de la EPOC. Otros síntomas podrían ser la sibilancia (jadeo), la opresión en el pecho y la producción de esputo o flema. Los síntomas por lo general avanzan lentamente, siendo más lento entre quienes dejaron de fumar y más rápido entre quienes continúan fumando.
Diagnóstico: la clave para diagnosticar la EPOC son las pruebas de la función pulmonar, en las que el paciente sopla dentro de un dispositivo llamado espirómetro para medir cuánto aire exhalan los pulmones y cuán rápido lo hacen. Este método también permite controlar la idoneidad del tratamiento.
Tratamiento: los médicos recomiendan tratar la EPOC para minimizar cualquier daño posterior, controlar los síntomas y prevenir un empeoramiento repentino, conocido como exacerbación. Sin un tratamiento oportuno, las exacerbaciones podrían conducir a la insuficiencia pulmonar y a la necesidad de hospitalizar al paciente.
El primer paso en el tratamiento es eliminar la exposición a los irritantes pulmonares, entre ellos, el humo del tabaco. Los pacientes que dejan de fumar presentan menos síntomas y podrían ver una ligera mejoría en su función pulmonar. La actividad física también es sumamente importante, porque las investigaciones demuestran que las personas con EPOC que hacen ejercicio se encuentran bien en general.
Otros tratamientos podrían incluir lo siguiente:
- Broncodilatadores, entre ellos, el albuterol, el ipratropium (Atrovent) y otros que relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias.
- Corticosteroides inhalados para disminuir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir las exacerbaciones repentinas.
- Antibióticos para combatir las infecciones respiratorias y que además ayudan a prevenir los brotes de EPOC.
El daño sufrido por los pulmones debido a la EPOC no se puede revertir completamente ni con el tratamiento, pero cuando la enfermedad se detecta pronto, controlarla mejora los síntomas y la supervivencia del paciente.
Sugerencias para limitar el mal aliento
ROCHESTER, Minnesota — 13 de septiembre de 2012. La fuente del mal aliento podría estar en las partículas de comida que se quedan en la boca. La edición de julio Mayo Clinic Health Letter ofrece sugerencias para eliminar esas partículas de comida que conducen al mal aliento o halitosis.
Limpiar los dientes después de comer: cepillarlos es lo mejor; pero cuando es imposible hacerlo, masticar goma sin azúcar o hacer enjuagues bucales durante 30 segundos puede ayudar a erradicar las partículas de comida de la boca.
Usar hilo de dental por lo menos una vez al día: eso retira la comida en descomposición de entre los dientes.
Limpiar el dorso de la lengua: el moco, fruto del goteo nasal posterior, puede descomponerse en el dorso de la lengua; y para retirarlo, se puede usar un raspador lingual o cepillar la lengua.
Beba agua o mastique goma: cuando la boca está seca, no hay suficiente saliva para despejar los restos de comida.
Limpiar a diario las dentaduras postizas: estas albergan a las partículas de comida y a las bacterias.
Restringir los alimentos y las bebidas que causan mal aliento: entre los peores están las cebollas, el ajo, el café y el alcohol.
Lo sabio es acudir al médico cuando las medidas simples no logran mejorar el mal aliento. La halitosis podría relacionarse con alguna enfermedad, como la periodontitis, un problema sinusal, la bronquitis crónica o algún problema de la garganta.
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