Los tratamientos no quirúrgicos pueden reducir el dolor de la estenosis espinal

Ilustración médica de la estenosis espinal
Ilustración médica de la estenosis espinal. Ilustración de vértebras lumbares normales (izquierda) y de estenosis espinal con cambios degenerativos, osteofitos, estrechez del canal espinal y compresión de un nervio de la columna (derecha).

ESTIMADA MAYO CLINIC:
Me diagnosticaron estenosis espinal hace más o menos 12 años. Durante todos estos años no he presentado ningún síntoma, pero hace seis meses aproximadamente empecé a notar más molestia en las piernas. ¿Es la cirugía una alternativa para la estenosis espinal? De no serlo, ¿qué más se puede hacer? El dolor de la pierna me dificulta caminar.

RESPUESTA:
Normalmente no es necesaria una cirugía para tratar la estenosis espinal, sino que por lo general una combinación de cambios en el estilo de vida, fisioterapia y medicamentos logra reducir el dolor y las molestias fruto de este problema común de la espalda.

La estenosis espinal se produce cuando se estrechan los espacios abiertos que existen dentro de la columna y por ello, se presiona e irrita el tejido nervioso. Eso puede deberse a varias razones, aunque la estenosis espinal en su mayoría se debe al envejecimiento y al incremento de la artritis. En algunos casos, la estenosis espinal no provoca ningún síntoma y solo se descubre debido a un análisis médico realizado por otro motivo. La estenosis espinal y la compresión nerviosa que la acompaña tienden a desarrollarse lento; sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, puede haber presión sobre la médula espinal y los nervios que salen desde la columna hacia los brazos y las piernas, lo que puede ocasionar síntomas.

Cuando los nervios afectados están en el cuello, o sea en la zona conocida como columna cervical, el problema puede ocasionar entumecimiento, debilidad u hormigueo en un brazo o una mano y problemas de coordinación en una pierna o un pie. Además, a menudo causa problemas para andar y con el equilibrio, y también puede afectar a los nervios que llegan a la vejiga y al intestino.

Cuando la estenosis espinal afecta los nervios de la zona lumbar de la espalda, eso puede conducir a sentir dolor o calambres en las piernas después de permanecer de pie durante un rato largo o molestia en la espalda al ponerse de pie y al caminar. La molestia normalmente mejora al inclinarse hacia delante o sentarse.

En los casos en que la estenosis espinal produce síntomas que interfieren con las actividades cotidianas, el tratamiento normalmente empieza con medidas de autocuidado. Las personas con síntomas leves, por ejemplo, suelen beneficiarse de hacer cambios en la alimentación y nutrición porque perder peso de forma sana alivia un poco la tensión ejercida sobre la espalda, especialmente en la zona lumbar de la columna. Trabajar con un fisioterapeuta también puede ayudar, porque esa persona enseña ejercicios que ayudan a mantener la flexibilidad y estabilidad de la espalda, a desarrollar fuerza y resistencia, así como a mejorar el equilibrio.

Los medicamentos, tales como los analgésicos y los relajantes musculares, también pueden aliviar temporalmente las molestias de la estenosis espinal. No obstante, la recomendación general es de tomarlos solo durante un período corto, porque no hay muchas pruebas respecto a que su consumo prolongado sea provechoso.

Si todas estas medidas no bastaran, entonces inyectar un corticosteroide en el canal espinal puede ser otra alternativa. Las raíces nerviosas pueden irritarse e hincharse en los sitios donde la estenosis espinal las pinza y el corticosteroide posiblemente alivie un poco la presión porque reduce la inflamación. Sin embargo, los corticosteroides son fármacos poderosos y por ello, solamente se administran esas inyecciones pocas veces al año.

La cirugía para la estenosis espinal sirve únicamente cuando otras alternativas de tratamiento no logran brindar alivio. El objetivo de la cirugía es crear más espacio para la médula espinal. En este procedimiento, el cirujano extrae el hueso que ejerce presión sobre los nervios de la columna y en algunos casos, no se necesita ninguna otra intervención. Cuando la extracción del hueso reduce la fuerza o la estabilidad de la columna, entonces quizás sea necesario reforzar la columna mediante la fusión de dos vértebras con implantes metálicos o un injerto óseo.

Converse con su médico respecto al mejor tratamiento para su situación y pregunte acerca de otras alternativas menos invasivas que la cirugía, tales como perder peso y hacer ejercicio. Los dos conjuntamente pueden delinear un plan de tratamiento ajustado a sus necesidades y que le ayude a sentirse mejor.

Dr. Paul Huddleston III, Cirugía Ortopédica, Mayo Clinic de Rochester, Minnesota.