La Dra. Diane Jelinek es la nueva decana de investigación en Mayo Clinic de Arizona, a cargo de todas las actividades y programas de investigación de Mayo dentro del estado. La Dra. Jelinek se describe a sí misma como una “inmunóloga con carnet” y ha dedicado su carrera a estudiar el cáncer del sistema inmunitario, con particular interés en el mieloma múltiple y la leucemia linfocítica crónica o LLC.
Desde el año 1991, ha desempeñado varias funciones, entre ellas de directora del Departamento de Inmunología, decana de la Escuela de Posgrado de Mayo Clinic y especialista en la División de Hematología. Obtuvo sus títulos en la Escuela de Posgrado en Ciencias Biomédicas del Centro Médico Suroccidental de la Universidad de Texas, con dos fellowships posdoctorales en Genética Molecular y Medicina Interna.
La doctora habló recientemente con Discovery’s Edge respecto a sus nuevas funciones y su visión para la investigación en Arizona.
P: Volvamos al principio de su carrera: escuchamos que en algún momento, cuando empezaba sus estudios universitarios en microbiología en la Universidad Estatal de Michigan, usted quiso ser veterinaria. Cuéntenos al respecto.
R: Adoro los animales y creí que esa era mi vocación. Escogí la Universidad Estatal de Michigan precisamente por su escuela de veterinaria. El ingreso era bastante competitivo y aunque apliqué después del segundo y tercer años, no logré entrar. En mi último año de universidad, conseguí una entrevista, pero no logré que me aceptaran. Realmente se aprende más de los fracasos porque abren nuevos caminos.
Me gradué con una licenciatura en microbiología, pero sin ningún otro plan en mente.
P: ¿Qué la llevó a dedicarse a la inmunología?
R: Después de graduarme, conseguí un trabajo en la división de serología del Departamento de Salud Pública de Michigan. Empecé con proyectos de investigación pequeños y me dediqué a eso durante los dos años que estuve allí. Mi mentor, el Dr. Budzko, me dijo: “Parece que te gusta la investigación”, y me alentó a aplicar a la Facultad de Medicina Suroccidental de la Universidad de Texas en Dallas. Allí fue donde obtuve mi doctorado en inmunología. Se abrieron muchas puertas para mí gracias a haber estado en esa institución y a la capacitación recibida. Después de seis años de capacitación posdoctoral, era hora de buscar un trabajo y el Departamento de Inmunología de Mayo Clinic me ofreció un puesto… Acabo de cumplir 24 años en Mayo”
P: ¿Qué motiva a la científica dentro de usted? ¿Qué la impulsa a seguir adelante?
R: Ser científico es un trabajo que implica estudiar toda la vida. No hace falta más que leer alguna publicación o artículo pertinente para empezar a pensar y preguntarse si ese descubrimiento se vincularía a las enfermedades que uno estudia en el laboratorio.
Las grandes interrogantes siempre son las más difíciles de responder y las que roban el sueño.
Cuando estudiaba el posgrado, un profesor me dijo que para triunfar como científico, había que poner el 90 por ciento de la mente en la investigación. Lo que me impulsa a seguir adelante es intentar responder esas grandes interrogantes.
Una vez conocí a una paciente con mieloma múltiple que me dijo: “Diane, ¿qué me puede decir usted que sirva para ayudarme?”. Sus palabras causaron gran impacto en mí.
Los científicos quieren en última instancia marcar la diferencia, o sea descubrir algo que tenga un poco de valor: identificar nuevos objetivos que, de contar con nuevos fármacos, beneficiarían a las personas; o identificar biomarcadores capaces de predecir el avance de la enfermedad.
A muchos les gusta la educación. A mí me gusta dar conferencias y ser mentora de los estudiantes de posgrado… Eso también me motiva en el trabajo.
P: Parece que hoy en día la inmunología causa mucho revuelo. ¿Cree usted que los inmunólogos por fin están captando la atención que merecen?
R: Aunque no soy imparcial, creo que la inmunología se ubica exactamente en el punto central entre la salud y la enfermedad. Se ha concienciado mucho respecto a lo importantes que son las células del sistema inmunitario en varios problemas de salud diferentes, sea inflamación, dificultades cardiovasculares o cáncer. Entre 30 y 40 por ciento de todos los códigos clínicos se vinculan con alguna disfunción del sistema inmunitario, tal como excesiva inflamación, autoinmunidad o cáncer del sistema inmunitario.
Muchas cosas emocionantes han ocurrido en el último año o dos. Creo que lo que realmente despertó el interés de la gente por la inmunología fueron los relatos exitosos recientes que muestran que la manipulación del sistema inmunitario puede ser muy eficaz en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer. ¡Eso fue lo que siempre se predijo! Los científicos han realizado incursiones increíbles para entender mejor la existencia de ciertos tipos de células y señales que realmente logran apagar el sistema inmunitario. ¿Seremos suficientemente astutos para descubrir cómo evitar que las células cancerosas reduzcan la intensidad del sistema inmunitario?
P: ¿Qué fue lo que más la emocionó del nombramiento como decana de investigación en Arizona?
R: Siempre admiré de lejos la capacidad existente en El Valle de crear este tipo de sociedades tan únicas. Contar con una institución como la Universidad Estatal de Arizona —fuerte en muchas áreas de investigación, tal como la ingeniería y la geología— y unirla con la experiencia de los investigadores biomédicos de Mayo es algo muy emocionante. Se pone mucho énfasis en la innovación y en el potencial del “corredor biomédico de Arizona”. Es emocionante sentarse en la mesa a pensar cómo aprovechar con sociedades creativas el terreno de la sede de Mayo en Phoenix.
Contamos con un centro oncológico integral y eso ofrece ventajas directas a los pacientes de El Valle. El centro atrae a los pacientes por su fortaleza en la investigación y sus ensayos clínicos innovadores.
Además, se pone mucho énfasis en los descubrimientos y aquí, en Mayo de Arizona, entran en acción tanto la ciencia en equipo como los ensayos clínicos y la gestión empresarial, lo cual es fantástico.
P: ¿Cuál es su visión para el futuro?
R: Debido a la competencia que existe en El Valle, creo que es fundamental ampliar los beneficios de una institución como Mayo. En esta institución se llevan a cabo muchas investigaciones sobresalientes, por lo tanto, es preciso comunicar de mejor manera lo que significa la experiencia y acrecentar la colaboración en toda la organización.
Necesitamos continuar aprovechando nuestra sociedad con la Universidad Estatal de Arizona y TGEN. Además, exploramos también algunas colaboraciones en investigación con el Hospital Pediátrico de Phoenix.
Es preciso integrar más la investigación con la práctica clínica. ¿Cómo se podría conectar esos puntos para garantizar que nuestros científicos participen en proyectos relevantes para la práctica clínica y fortalecer los nexos de la colaboración?
Por otro lado, también me emociona mucho la contratación de médicos con experiencia académica en los departamentos clínicos. Los médicos interesados en realizar estudios marcarán una diferencia en la práctica y crearán más oportunidades de investigación. Es una situación en la que todos salen ganando.
P: ¿Alguna vez ha mirado atrás y preguntado cómo sería su vida si hubiese sido veterinaria?
R: Al mirar atrás, creo que la veterinaria me habría resultado aburrida.
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