¿Debe tratarse el hipotiroidismo durante el embarazo?
ROCHESTER, Minnesota: Cuando una mujer se embaraza, su cuerpo experimenta muchos cambios y uno de ellos ocurre en el nivel de varias hormonas producidas por el cuerpo.
En el caso de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), las mujeres embarazadas normalmente la producen en un nivel menor de lo normal (0.4 a 4.0 miliunidades internacionales por litro). Algunas pautas internacionales recomiendan que durante el embarazo, los niveles no superen de 2.5 o 3 miliunidades internacionales por litro. Cuando los niveles de TSH superan esas cifras, las mujeres pueden experimentar un hipotiroidismo subclínico, o sea que la tiroides está ligeramente menos activa, lo que puede ocasionar varios problemas de salud si se deja sin tratar.
Ahora, los investigadores de Mayo Clinic informan que uno de esos problemas puede ser la pérdida del embarazo y al investigar más, surgió el planteamiento de que pueden verse afectados hasta 15 de cada 100 embarazos. En un estudio publicado en The BMJ, los científicos mostraron que el tratamiento del hipotiroidismo subclínico (que no es exactamente el nivel al que se trataría a una mujer no embarazada) puede disminuir las pérdidas del embarazo, especialmente en quienes los niveles de TSH se ubican en el extremo superior de la normalidad o más alto.
“Un análisis reciente de 18 estudios reveló que las mujeres encinta con hipotiroidismo subclínico no tratado corren más riesgo de pérdida del embarazo, desprendimiento placentario, rotura prematura de las membranas y muerte neonatal. Aunque parecía que tratar el hipotiroidismo subclínico reduciría la probabilidad de esos hechos mortales, como se sabía que el tratamiento conllevaba riesgos, quisimos encontrar el punto en el cual las ventajas superaban a los riesgos”, explica la Dra. Spyridoula Maraka (doctora en medicina), endocrinóloga y autora principal del estudio.
A través de la bodega de datos de OptumLabs, la Dra. Maraka y su equipo examinaron la información médica de 5405 mujeres embarazadas, a quienes se diagnosticó hipotiroidismo subclínico. De ellas, 843 mujeres con una concentración promedio de TSH previa al tratamiento de 4.8 miliunidades internacionales por litro recibieron tratamiento con la hormona tiroides. El resto, o sea 4562 mujeres con una concentración promedio de TSH previa al tratamiento de 3.3 miliunidades internacionales por litro, no recibió tratamiento.
Comparado frente al grupo no tratado, la probabilidad de perder el embarazo de las mujeres tratadas era 38 por ciento menor, pero tenían una probabilidad mayor de tener un parto prematuro y de presentar diabetes gestacional o preeclampsia.
El equipo también analizó los niveles de TSH antes del tratamiento para determinar si hubo algún punto en el cual el tratamiento alcanzó el mayor efecto positivo en general.
“No es sorprendente que se haya descubierto que el tratamiento benefició más a las mujeres con los mayores niveles de TSH antes del tratamiento (entre 4.1 y 10 miliunidades internacionales por litro). La probabilidad bastante menor de perder el embarazo dentro de ese grupo fue lo que bajó el promedio y eso aporta un buen argumento para actualizar las pautas clínicas”, añade la Dra. Maraka.
Los investigadores descubrieron que en las mujeres con los niveles de TSH más bajos (2.5 a 4.0 miliunidades internacionales por litro), el riesgo de hipertensión gestacional, que puede llevar a preeclampsia, fue significativamente mayor en las mujeres tratadas que entre las no tratadas. No hubo diferencia entre las mujeres tratadas que tenían los niveles más altos de TSH (4.1 a 10 miliunidades internacionales) y las mujeres no tratadas.
“Los resultados nos llevan a pensar que el tratamiento excesivo es un posibilidad. Cuando los niveles de TSH están entre 2.5 y 4.0 miliunidades internacionales por litro, quizás lo mejor sería dejar sin tratar el hipotiroidismo subclínico”, señala el Dr. Juan Brito Campaña (doctor en medicina), endocrinólogo de Mayo Clinic y coautor del estudio.
El equipo no descubrió ningún otro resultado adverso que pareciera haber sido afectado por los diferentes niveles de TSH previos al tratamiento o por el uso posterior de la hormona tiroides.
El Dr. Brito Campaña añade que la asociación entre la terapia con levotiroxina (fármaco utilizado para tratar el hipotiroidismo) y el riesgo de resultado adversos relacionados con el embarazo (por ejemplo, preeclampsia o diabetes gestacional) debe tomarse como un resultado preliminar que requiere más estudios para evaluar la seguridad de la terapia con levotiroxina en las mujeres encinta y con hipotiroidismo subclínico.
Los resultados y las recomendaciones de este estudio parecen ser un tanto proféticos. El 6 de enero de 2017, la Asociación Americana de la Tiroides publicó pautas actualizadas para la atención médica con recomendaciones respecto al tratamiento de las mujeres que presentan enfermedad de la tiroides durante el embarazo.
“Esas pautas pueden ayudar a las mujeres y a los médicos a decidir juntos lo mejor para ellas. Estamos muy contentos de verlas y continuamos con nuestro compromiso de avanzar la investigación médica y de refinar la información disponible para ayudar a tomar decisiones conjuntas y mejorar la salud”, dice el Dr. Brito.
Esta investigación fue posible gracias al Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic, mediante la bodega de datos de OptumLabs. Dichos datos se componen de información retrospectiva sobre reclamos administrativos, incluido recamos médicos e información sobre elegibilidad de un gran plan de seguro de salud nacional de Estados Unidos, así como datos de los expedientes médicos electrónicos de una red nacional de grupos de proveedores de atención médica. Es un recurso de OptumLabs, entidad de colaboración investigativa y centro de innovación fundada en conjunto por Mayo Clinic y Optum en 2013. La investigación fue realizada en colaboración con la Unidad para Investigación sobre Conocimiento y Evaluación de Mayo Clinic. Esa unidad concentra la mayor parte de sus esfuerzos en el desarrollo y la validación de ayudas para tomar decisiones conjuntas en todo el sistema de atención médica. La Dra. Maraka es colaboradora investigativa en esa unidad.
Además de su trabajo en Mayo Clinic, la Dra. Maraka labora en la División de Endocrinología y Metabolismo del Centro para Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas de los Huesos de la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas y del Sistema de Atención Médica a los Veteranos de Guerra en la zona central de Arkansas, ubicado en Little Rock, Arkansas.
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