Nuevo consorcio del NIH hará más eficientes los ensayos clínicos para la enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines

La investigación sobre el cerebro humano y la pérdida de la memoria como símbolo del concepto del alzhéimer, con piezas faltantes en el rompecabezas ROCHESTER, Minnesota: Se espera que un nuevo consorcio de ensayos clínicos fundado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) acelere los estudios y los amplíe a terapias para tratar o prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines.

Bajo el nombre de Consorcio del Ensayo Clínico para la Enfermedad de Alzheimer, se anticipa que el acuerdo cooperativo otorgado hoy llegue a 70 millones de dólares en un plazo de 5 años, dependiendo de la disponibilidad de fondos.

La dirección del consorcio será conjunta entre los equipos investigativos de Mayo Clinic, la Universidad del Sur de California en San Diego, el Brigham and Women’s Hospital afiliado a la Universidad de Harvard y el Massachusetts General Hospital. El Instituto Nacional del Envejecimiento brindará la perspectiva científica.

“Con el fin de que los estudios sobre la enfermedad de Alzheimer continúen avanzando y los pacientes y familiares que enfrentan esta asoladora enfermedad reciban ayuda, es preciso que los científicos implementen pronto las intervenciones y los estudios de prevención”, comenta el Dr. Ronald Petersen (doctor en medicina e investigación), uno de los investigadores principales del consorcio, director del Centro para Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic y del Estudio sobre el Envejecimiento de Mayo Clinic, además de profesor Cora Kanow para investigación sobre la enfermedad de Alzheimer.

“El consorcio ayudará a los investigadores a reclutar participantes en el ensayo clínico y a eliminar los obstáculos logísticos que afrontan los científicos. Juntos, podremos hacer más para combatir esta compleja enfermedad”, añade el médico.

La enfermedad de Alzheimer afecta en Estados Unidos hasta a 5,3 millones de personas de 65 o más años de edad, informan los Institutos Nacionales de Salud. Sin una intervención eficaz, se proyecta que la cantidad aumente para el año 2050 a una cifra entre 11 y 16 millones.

El equipo dirigente del consorcio también incluye al Dr. Paul Stephen Aisen (doctor en medicina), otro de los investigadores principales y director del Instituto para la Investigación Terapéutica de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad del Sur de California, y a la Dra. Reisa A. Sperling (doctora en medicina), también investigadora principal y directora del Centro para Investigación y Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer del Brigham and Women’s Hospital.

“Esta colaboración nacional nos acercará más a técnicas para prevenir la enfermedad de Alzheimer. Ojalá que algún día sea posible extraer una muestra de sangre para identificar a las personas que necesitan medidas preventivas para combatir la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Pese a que todavía no lleguemos a ese punto, hay muchos estudios esperanzadores que van dejando las migajas para guiarnos hacia allí”, dice el Dr. Aisen.

Los ensayos clínicos necesitan explorar a miles de voluntarios para identificar a los participantes calificados y eso consume tiempo y recursos. Por ello, el consorcio ofrecerá servicios de apoyo compartidos para permitir a los investigadores controlar y analizar gran cantidad de datos, así como reclutar participantes de distintos contextos.

“Debemos revisar las actuales estrategias de reclutamiento para ensayos clínicos, especialmente a fin de mejorar la diversidad de los participantes en nuestros estudios y llegar a las personas que todavía no presentan síntomas de la enfermedad de Alzheimer para incluirlas en futuros ensayos de prevención”, comenta la Dra. Sperling.

El consorcio compartirá datos, software y muestras biológicas, tales como sangre, tejidos y líquido cefalorraquídeo. La red inicialmente abarcará a 35 lugares para ensayos clínicos en todo el país. Más adelante se añadirán otros lugares, según dicen los Institutos Nacionales de Salud. Durante el quinquenio del premio, se anticipa que el consorcio sea capaz de manejar entre 5 y 7 ensayos para toda la gama del alzhéimer y otras demencias afines, desde iniciativas de prevención a ensayos combinados para etapas sintomáticas avanzadas.

“Hemos llegado a un momento crítico en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines, con nuevas y emocionantes oportunidades de desarrollar lo aprendido. El consorcio brinda la infraestructura fundamental, los recursos centralizados y la experiencia conjunta para ayudarnos a probar nuevos tratamientos de forma más rápida y óptima, acota el Dr. Richard Hodes (doctor en medicina), director del Instituto Nacional del Envejecimiento.

Los investigadores de Mayo Clinic han permanecido a la vanguardia en el desarrollo de métodos radiológicos para identificar biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer y en la participación en estudios básicos y ensayos clínicos, así como en el estudio de posibles nuevas terapias.

“El gran impacto del alzhéimer sobre la salud pública afecta a todos de alguna forma, sea de manera económica, social o emocional. Realmente esperamos que este consorcio llene el grave vacío en el campo de la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer y ayude a progresar en la prevención y en el tratamiento para lentificar el avance de la enfermedad”, añade el Dr. Petersen.

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