Consejos de salud: Humectantes
Descubre qué pueden o no hacer los humectantes por tu piel y cómo elegir el mejor para ti.
Escrito por personal de Mayo Clinic
Los humectantes previenen y tratan la piel seca, pero esa no es todo lo que hacen. Pueden proteger la piel sensible, mejorar el tono y la textura de la piel y disimular las imperfecciones. Existe una gran cantidad de humectantes disponibles. Aquí se incluyen consejos para ayudarte a elegir el humectante adecuado para ti.
¿Cuál es el mejor humectante para ti?
Al nivel más básico, los humectantes retienen el agua en la capa más externa de la piel y también sirven de barrera temporal.
Muchos humectantes contienen una combinación de humectantes, emolientes y otros ingredientes. La mayoría de los humectantes son a base de agua, lo cual los hace más fáciles de aplicar y no dejan residuos visibles después de su aplicación.
El más adecuado para ti dependerá de muchos factores, entre ellos, tu tipo de piel, tu edad y si tienes trastorno específicos como acné. En cuanto a las pautas generales, ten en cuenta lo siguiente
- Piel normal. La piel normal no es ni muy seca ni muy grasa. Para mantener un equilibrio natural de hidratación, usa un humectante a base de agua con una textura liviana y no grasosa. Estos humectantes suelen contener aceites livianos o ingredientes derivados de la silicona, como la ciclometicona.
- Piel seca. Para restaurar la hidratación de la piel seca, elige un humectante a base de aceite más espeso, que contenga ingredientes que ayuden a mantener la piel hidratada. Para pieles muy secas y agrietadas, se recomienda el uso de productos a base de petrolato, porque su efecto dura más tiempo que las otras cremas y son más eficaces para evitar que se evapore el agua de la piel.
- Piel grasa. La piel grasa tiende a presentar acné y otros tipos de lesiones. Aunque sea grasa, este tipo de piel aún necesita hidratación, especialmente después del uso de productos para el cuidado de la piel que quitan las grasas y secan la piel. Un humectante liviano también puede ayudar a proteger la piel después del lavarla.
Las lociones generalmente contienen un porcentaje más alto de agua que las cremas, son más fáciles de aplicar y tienen menos probabilidad de empeorar la piel propensa al acné. Elige un producto a base de agua que esté indicado como no comedogénico, es decir, que no obstruye los poros.
- Piel sensible. La piel sensible es propensa a sufrir irritaciones, enrojecimiento, picazón o erupciones. Busca un humectante que contenga ingredientes relajantes, como manzanilla o aloe, y que no contenga posibles alérgenos, como fragancias o colorantes. Evita también productos que contengan ácidos, ya que pueden irritar la piel sensible.
- Piel madura. Con la edad, la piel tiende a secarse más debido a que las glándulas productoras de aceite se vuelven menos activas. Para mantener la piel suave y bien hidratada, elige un humectante con aceite, cuya base sea de petrolato, junto con antioxidantes o alfa hidroxiácidos para combatir las arrugas. Estos ingredientes ayudan a mantener hidratada la piel y a evitar que se escame.
Ten en cuenta que el tipo de piel puede variar de acuerdo con el entorno; los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo y la menopausia; y las enfermedades.
Cómo aprovechar al máximo los humectantes
Para aprovechar al máximo la rutina de hidratación:
- Disponte a experimentar. Busca un humectante acorde a tu tipo de piel, que haga que esta se vea y sienta más suave. Es posible que debas probar distintas marcas con diferentes ingredientes hasta encontrar la que te guste.
- Protégete del sol. Puedes elegir un humectante con protector solar, que tenga la doble función de hidratar la piel y protegerla del daño solar.
- No compres necesariamente la marca más costosa. El hecho de que un humectante sea costoso no significa que sea más efectivo que aquellos productos menos costosos. El valor de muchos ingredientes de esas marcas costosas es cuestionable y pueden contener fragancias, coloraciones u otros componentes que no ayudan a humectar y proteger la piel.
- Aplícate humectante inmediatamente después del baño. Seca tu piel con palmaditas o apenas para quitarte las gotas de agua y aplica de inmediato el humectante para ayudar a retener el agua en las células superficiales.
- Aplícate la cantidad necesaria de humectante en manos y cuerpo. Aplica el humectante después de bañarte, antes de hacer ejercicios al aire libre cuando hace frío y cada vez que te laves las manos. Aunque se las suele ignorar, las manos tienen más exposición a los agentes irritantes que cualquier otra parte del cuerpo.
- Usa las cremas espesas adecuadamente. A menos que la resequedad sea excesiva, no te apliques cremas espesas en el rostro. Puedes usar cremas espesas a base de aceite en las piernas, las manos y los pies, ya que esas zonas tienden a ser más secas.
No todos los humectantes tienen la vida útil indicada en el envase, y ni siquiera contienen todos los ingredientes que se enumeran. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos no regula los cosméticos (como los humectantes) de forma tan rigurosa como lo hace con los medicamentos.
Si el humectante no mejora el estado de la piel o si notas problemas después de usar un humectante, consulta al médico o al dermatólogo. Esos profesionales podrán ayudarte a elaborar un plan personalizado para el tratamiento de tu piel, al evaluar el estado y el tipo de piel que tienes y al recomendar humectantes que surtan más efecto en ti.
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