Preguntas y respuestas: Reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de colon

Acercamiento de un hombre barbado, de mediana edad, mirada seria, lentes y con la mano en el mentón

ESTIMADA MAYO CLINIC:
¿Qué puedo hacer para evitar la recurrencia del cáncer de colon?

RESPUESTA:
La tasa de supervivencia del cáncer colorrectal después de 5 años desde el diagnóstico inicial aumenta, pero esta supervivencia conlleva un nuevo riesgo: la recurrencia. La recurrencia del cáncer colorrectal durante los primeros 5 años desde el final del tratamiento oscila entre 7 y 42 por ciento, según la etapa del cáncer.

Es comprensible que el riesgo de recurrencia sea un motivo común de preocupación y ansiedad para muchos que tuvieron cáncer. Aunque no es posible eliminar completamente la recurrencia, se puede tomar medidas para reducir el riesgo y aumentar la probabilidad de detectar pronto cualquier recurrencia.

Los detalles exactos de los programas de vigilancia varían según las recomendaciones de los proveedores de atención médica, pero en general, los oncólogos de Mayo Clinic toman tres medidas principales:

La primera medida es el seguimiento con colonoscopias. Después de que el cirujano extirpa el cáncer del colon o del recto, generalmente un año después se hace la colonoscopia de seguimiento. Si el resultado es normal, lo que se suele recomendar es un intervalo de 3 a 5 años para el seguimiento, según los resultados. Existen varios factores que pueden llevar a que este calendario se modifique.

Dada la posible recurrencia del cáncer rectal en las personas que recibieron tratamiento, se justifica hacer exámenes periódicos del recto, además de continuar con las recomendaciones para la colonoscopia.

La segunda medida es hacer un examen de sangre para revisar el antígeno carcinoembrionario. Un nivel sanguíneo elevado del antígeno carcinoembrionario puede ser señal de varios tipos de cáncer, entre ellos, del cáncer colorrectal. Después de extraer con éxito un cáncer colorrectal, los niveles del antígeno carcinoembrionario deben recuperar la normalidad y eso suele ocurrir dentro de las primeras seis semanas. El análisis del antígeno carcinoembrionario normalmente se hace cada 3 o 6 meses durante 2 años y luego cada 6 meses por otros 3 años.

La tercera medida es una exploración por tomografía computarizada. Si el cáncer fue agresivo o avanzado, se podría hacer anualmente algún tipo de examen por imágenes, sea una tomografía computarizada de tórax, abdomen y pelvis, durante por lo menos 3 años para buscar señales de recurrencia del cáncer. Estas pautas continúan evolucionando y podrían incluir una tomografía computarizada del abdomen y pelvis cada 6 o 12 meses para el cáncer del colon o del recto. Debido a que el cáncer del recto a menudo se disemina a los pulmones, se puede hacer una tomografía computarizada por lo menos una vez cada 6 meses durante los primeros 2 o 3 años.  En cuanto al cáncer de colon, al menos una vez al año se puede hacer una tomografía computarizada del abdomen y la pelvis.

Si bien no hay ninguna manera segura de detener la recurrencia del cáncer, se puede adoptar algunas medidas consideradas específicas para reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Lo primero es mantenerse en un peso sano, pues cada vez es mayor la evidencia de que el exceso de peso aumenta el riesgo de recurrencia del cáncer colorrectal. Si está gordo, colabore con el proveedor de atención médica para elaborar un plan que le permita perder peso.

Hay que eliminar o reducir considerablemente los alimentos relacionados con la recurrencia del cáncer colorrectal, como son las carnes rojas y procesadas, los cereales refinados y sumamente procesados y una alta ingesta de azúcar; en su lugar, es mejor adoptar una alimentación vegetal con mínimo procesamiento que incluya frutas, verduras, leguminosas, frutos secos y cereales integrales. Añada fuentes de proteína magra y consuma sobre todo grasas sanas, como el aceite de oliva. El consumo moderado de cafeína está permitido y hasta puede brindar una ligera ventaja para reducir el riesgo, aunque lo que se ha vinculado en particular con una reducción significativa del riesgo de recurrencia y de muerte por cáncer colorrectal es consumir, por lo menos, un par de porciones semanales de frutos secos, como almendras y nueces.

Parte de alimentarse sano es incluir mucha fibra en la comida. En un estudio reciente de 8 años, el incremento de la fibra alimentaria después del diagnóstico de cáncer colorrectal redujo el riesgo de morir por la enfermedad en 18 por ciento por cada 5 gramos de aumento en la ingesta diaria de fibra. Los cereales integrales parecen ser los que mayor beneficio aportan.

Otra medida que el proveedor de atención médica puede recomendarle es tomar una dosis baja de aspirina. Los estudios muestran que la ingesta diaria y prolongada de aspirina parece ejercer una función protectora contra la aparición del cáncer colorrectal y también puede reducir la recurrencia de pólipos y de cáncer tanto en el colon como en el recto. En las personas que corren bajo riesgo de sangrado estomacal por la aspirina, lo que generalmente se recomienda es una dosis baja de aspirina para quienes tienen entre 50 y 69 años y cuya expectativa de vida es de por lo menos 10 años.

Si fuma, deje el hábito. Los estudios revelan que fumar cigarrillos de forma prolongada es un factor de riesgo para pólipos colorrectales y cáncer. Además, fumar puede relacionarse con peores resultados oncológicos en las personas que tienen cáncer colorrectal.

Por último, haga entre 30 y 60 minutos de ejercicio de intensidad moderada en la mayoría de los días de la semana. La vida sedentaria aumenta el riesgo de cáncer, en general, y el ejercicio es parte importante de todo plan de prevención del cáncer y de su recurrencia. Al principio, tal vez esto no sea una realidad porque puede sentirse cansado y con muy poco estado físico, o tener efectos secundarios del tratamiento oncológico. Sin embargo, pida ayuda para crear un plan de ejercicio que mejore progresivamente su acondicionamiento físico. El ejercicio suele contribuir a mejor funcionalidad física, disminuye el cansancio y mejora la calidad de vida en las personas que tuvieron cáncer. (Adaptado de Mayo Clinic Health Letter).

Dr. Pashtoon Kasi, @pashtoonkasi, Hematología y Oncología de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida.

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