Un estudio muestra que una molécula del sistema inmunitario puede desempeñar un rol clave en la evolución de la ELA
JACKSONVILLE, Florida — Los investigadores y colaboradores de Mayo Clinic han identificado una proteína expresada en células inmunitarias que podría desempeñar un rol clave en el desarrollo de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig. El equipo también descubrió que un tratamiento inmunomodulatorio que bloquea la proteína era capaz de restaurar la función motriz en modelos preclínicos. Los hallazgos indican que la proteína, conocida como integrina α5 (pronunciado integrina alfa 5), es un posible blanco terapéutico para la ELA.
El estudio se publicó en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
Enfermedad mortal
La ELA es una enfermedad motoneuronal mortal. Las personas con ELA a menudo mueren dentro de los tres años del diagnóstico.
Aunque se han producido avances en el conocimiento de la ELA, no existe cura ni tratamiento que mejore significativamente la función motriz o prolongue la esperanza de vida de los que padecen la enfermedad. Aunque la pérdida de neuronas motoras es la característica distintiva de la ELA, el sistema inmunitario también se ve afectado en la mayoría de las personas.
La enfermedad provoca la activación de las células inmunitarias, incluidas las células microgliales y los macrófagos, que tienen propiedades proinflamatorias. Las células microgliales son células inmunitarias específicas del sistema inmunitario. Los macrófagos son células “de depuración” del sistema inmunitario general que se encuentran en el sistema nervioso periférico.
El equipo de investigación descubrió que la proteína integrina α5, que expresa las células microgliales y los macrófagos, está presente en abundancia en el sistema motriz de las personas con ELA, incluidas aquellas con una causa genética de la enfermedad.
“En nuestro estudio descubrimos que la integrina α5 se expresa en las células inmunitarias y también en los vasos sanguíneos en las etapas activas de la enfermedad, así como en la enfermedad en fase terminal”, afirma la Dra. Shanu F. Roemer, neuropatóloga de Mayo Clinic y coautora del estudio. El equipo también descubrió que la integrina α5 no se expresa en el tejido cerebral de personas sin ELA u otros trastornos neurodegenerativos o inflamatorios como la enfermedad de Alzheimer, la parálisis supranuclear progresiva (un trastorno parkinsoniano) o la septicemia.
“Los hallazgos indican que la integrina α5 desempeña un papel en la patología de la ELA”, Dra. Roemer. “Dado que la integrina α5 es selectiva para la ELA y aumenta en el cerebro y las fibras cerebrales fuera de la médula espinal en la ELA, se abre la posibilidad de explorar la integrina α5 como biomarcador de diagnóstico y tratamiento”.
Además de los modelos preclínicos, los investigadores examinaron tejido humano del Programa de Autopsias y Banco de Cerebros de personas con ELA de Mayo Clinic para determinar la prevalencia de la integrina α5 en la ELA. El Dr. Dennis W. Dickson, profesor de la cátedra Robert E. Jacoby para la investigación del alzhéimer y neurocientífico del Departamento de Neurociencia de Mayo Clinic de Florida, dirige el banco de cerebros y también es coautor del estudio. El banco de cerebros trabaja en estrecha colaboración con el Dr. Bjorn Oskarsson, director de la clínica de ELA de Mayo Clinic, e incluye una gran colección de tejido cerebral y de la médula espinal de personas con ELA que donaron sus cerebros a Mayo Clinic para la investigación de esta enfermedad. Los investigadores utilizaron más de 100 muestras de tejido afectado por la ELA en el estudio.
Posible vía novedosa
El equipo del estudio también exploró una vía de tratamiento posible. Descubrieron que un anticuerpo monoclonal que bloquea la integrina α5 era capaz de preservar la función motriz en modelos de ratón. Los anticuerpos monoclonales son proteínas sintetizadas del sistema inmunitario que se utilizan como tratamiento para una amplia gama de enfermedades.
“Nuestros resultados mostraron que el tratamiento con anticuerpos contra la integrina α5 parecía proteger la función motriz, retrasar la progresión de la enfermedad y aumentar la esperanza de vida”, afirma la Dra. Roemer. “En conjunto, los hallazgos relativos al aumento de la integrina α5 y su respuesta a un anticuerpo monoclonal indican que la integrina α5 puede ser un blanco terapéutico potencial para la modulación de la neuroinflamación en la ELA”.
Dado que existen varios fármacos destinados a otras integrinas para diferentes enfermedades, los investigadores indican que podría valer la pena realizar un ensayo clínico para probar la integrina α5 como objetivo farmacológico contra la ELA. Revise los detalles del estudio para obtener una lista completa de autores, revelaciones y financiamiento.
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